miércoles, 20 de abril de 2016

Cursa Nocturna de l'Hospitalet

Sé que dije que escribiría una previa de la cursa nocturna, pero al final, entre una cosa y otra no tuve tiempo de ponerme a escribir la correspondiente entrada en el blog, comentando el recorrido, posibles puntos buenos; y bajo mi punto de vista las peores zonas del recorrido y demás. Pues eso no lo hice ni el viernes por la tarde, ni el sábado por la mañana. Con lo que ya me planté el sábado por la tarde, igual que el año pasado, con pocas ganas de ponerme a correr (me había pegado la semana entera sin salir a correr ningún día). Así que aprovecho esta entrada para hacer la antesala de la cursa, y aprovechar para explicar la cursa en cuestión.

Como he dicho anteriormente, esta última semana no he salido ni un solo día a correr. Primero, que quise descansar un poco del duatlón (aunque no lo parezca, el cuerpo queda bastante agotado), y luego que tampoco es que tuviese muchas ganas de ponerme las mallas. Así que como conozco bastante bien mi cuerpo y sé que si estoy una semana sin correr tampoco iba a pasar nada; pues no le di excesiva importancia. Es más, sabría que haría un buen papel en la cursa, aunque tenía claro que mi mejor marca personal no la bajaría ni de coña. Lo de la cursa de Sant Antoni haciendo 47:03 fue una anécdota y creo que ahí se va a quedar durante bastante tiempo. Vamos, que entre una cosa y otra lo dejé todo en manos del destino. Aunque también he de decir que a punto estuve de no correr la cursa, porque entre el jueves y el viernes tenía la garganta un poco chunga y no las tenía todas que la cosa fuese bien. En fin, lo que tuviese que ser sería.

Ahora, centrándome ya en la cursa de nuevo, he de decir que este año ha habido una pequeña variación en el recorrido. Bueno, más que pequeña variación, para los que hacíamos los 10 kilómetros ya no nos metían por toda la zona del polígono Pedrosa, que eso era un agobio, sin nadie animando, calles anchas y solitarias, poca iluminación, y además que por esa zona el viento suele hacer malas pasadas. Por suerte este año ya no se han hecho esos tramos interminables y aburridísimos, y se ha contrarrestado llevando el circuito por la avenida Carrilet hasta avenida Fabregada, vamos, que por fin, la cursa de mi ciudad pasa por al lado de mi casa (ya iba siendo hora jeje); con lo que luego, al dar media vuelta y llegar de nuevo a Amadeu Torner se coincidía con los corredores algo más rezagados del trazado de 5 kilómetros hasta la gran vía, donde éstos ya se dirigían hacia la zona de meta. Esto a mi no me gustó mucho. Como recorrido me pareció muy guapo además de interesante (no va a pasar siempre por Santa Eulalia y las afueras de Gornal). Pero en cuanto a organización estuvo muy mal organizado. A ver señores de la organización de la cursa nocturna de Hospitalet, si está previsto un desdoblamiento para luego volverse a juntar, evidentemente los que han recorrido más distancia cuando se vuelven a juntar con los que han recorrido menos distancia, llevan un ritmo de carrera mucho más rápido. Pues bien cuando llegó el momento de juntarse no había separación entre unos corredores y otros, con lo que tenía que estar esquivando a los corredores que llevaban un ritmo de carrera más lento. Para esto hay varias soluciones. Lo más fundamental era que la organización hubiese delimitado con conos, vallas, cinta o lo que fuese el carril de los corredores de 5 Km. y el carril de los corredores de 10 Km. hasta el punto donde se vuelven a desdoblar las cursas, para así que cada uno pueda ir a su ritmo de carrera tranquilamente; igual que hacen en los metros finales de meta donde está bien delimitada la llegada para los corredores de la cursa de 5 kilómetros y para los corredores de la cursa de 10 kilómetros. Si por una de esas a la organización se le hubiese "olvidado" delimitar con conos las dos cursas, el propio corredor que va más lento ha de ser más consciente y continuar por su lado corriendo y no irse al otro lado de la calzada entorpeciendo a los que van más rápido; aunque ya se sabe que hay muchos algunos corredores que eso les da igual, como también les da igual a la hora de la salida colarse en el cajón que no le toca entorpeciendo el ritmo a los que están en su correspondiente cajón de salida, sólo para poder salir antes sin importarles si van a entorpecer el ritmo. Hablando de los cajones y la no demasiado buena organización; creo que solamente cuatro cajones de salida son muy pocos; lo suyo sería poner uno o dos cajones más, ya que los dos-tres primeros kilómetros de cursa son un poco agobiantes, porque hasta que vas en el grupo de la gente que lleva tu mismo ritmo, te van pasando por todas partes al igual que te ves metido en embudos por los que llevan un poco menos de ritmo. Bueno, siguiendo con las medidas a tomar para evitar estos "choques" de corredores con más ritmo con los de menos ritmo, otra buena medida a tomar por la organización sería hacer camisetas de un color para los que corren 5 kilómetros; y camisetas de otro color para los que corren 10 kilómetros, para así ver venir de lejos a los corredores con menos ritmo y uno poderse ubicar en otro lado para no tener que frenar el ritmo. Como última medida que podría tomar y ya se hizo en una de las ediciones, es que salgan primero los corredores de la cursa de 5 Km. y como una media hora más tarde los corredores de 10 Km. Si se hizo ya un año así no entiendo como no se ha vuelto a hacer; si se tiene que cortar el tráfico más rato se corta.

Después de las quejas (yo me seguiré quejando, pero por muy mal organizada que esté esta cursa la seguiré haciendo, ya que he participado en todas las ediciones, y para una cursa que se corre en mi ciudad no me la pienso perder... además que aunque esté mal organizada tiene lo mejor de todo, que ninguna otra cursa tiene, la fideuá, que mi mujer me la recoje antes de que llegue en un tupper y me la como ya en casita después de duchado) me toca explicar un poco por encima como me fue la cursa. Para empezar, al salir de casa ya me olvidé el cronómetro, y por no volver a subir, y como últimamente me da igual correr sin controlarme el tiempo, pues al igual que en el duatlón de Sant Celoni no me importó olvidarme el crono, en esta cursa tampoco me importó no llevármelo el sábado. Así que iría a mi ritmo y llegaría cuando tuviese que llegar; calculaba que como no me había preparado mucho supongo que estaría entre los 48 y los 49 minutos. Así que se dio el pistoletazo de salida (poco me enteré), me di cuenta porque la cosa empezaba a moverse; y ya cuando pasé por la moqueta de salida a arrancar con toda la masificación de gente intentando buscar el ritmo, adelantando a los que se han colado en el cajón como mi cuñado por ejemplo, que tenía que haber salido un cajón más tarde que el mío, y por casualidades de la vida me lo encuentro delante. Bueno así los dos-tres primeros kilómetros, que siempre se me hacen un poco agobiantes; aunque por suerte el ritmo que llevaba me hacía sentirme cómodo y con buenas sensaciones. Al poco de salir, en la rotonda del hotel Porta Fira, vi que estaba la liebre de 5 minutos el kilómetro, hice todo lo posible por pasarla lo más rápido que pudiese, porque ya me he dado cuenta que adelantar a las liebres, con la de gente que se pega a ellas, es casi misión imposible. El ir por delante de dicha liebre ya me tranquilizaba, pero al poco rato (más o menos por el kilómetro 2) veo que me vuelve a dar alcance la liebre, eso quería decir que me estaba relajando y con razón me encontraba tan cómodo corriendo. Por suerte la cursa poco a poco se iba estirando y podía comenzar a ir más a mi ritmo, excepto en los tramos de giro, que la gente se concentra en la zona cerrada del giro, y siempre están los iluminados que se creen que tardan menos tiempo recortando recorrido en los giros subiéndose por las aceras, cuando en realidad lo que hacen es engañarse a ellos mismos.

Cuando ya pude ir comenzando a encontrarme más cómodo fue en el primer desdoblamiento de la cursa, en el cruce de avenida Carrilet con Amadeu Torner, ahí los de 5 kilómetros giraban para bajar para Amadeu Torner y los de 10 kilómetros seguíamos por avenida Carrilet; y eso que a mi los tramos rectos de ida y vuelta siempre me han agobiado bastante. Pues esta vez no pasó eso. Tenía tantas ganas de pasar por al lado de mi casa, por un camino que estoy cansado de hacerlo tantas y tantas veces que se me pasó volando. Además como punto positivo en el tramo de ida el viento soplaba en contra, con lo que a la vuelta lo tendría todo a favor; con lo que me dejé llevar, vi a cuatro vecinos del barrio, los saludé y a seguir corriendo pasando por el kilómetro 4,5 a 22:15 llevando un ritmo suave de 4:59 el kilómetro. Y como viene siendo típico en mi, siempre hago el principio suave, viéndolas venir, y es luego cuando voy apretando. Aunque al volver a Amadeu Torner me encontré con los que venían de los 5 kilómetros a un ritmo mucho más lento y me tocó ir haciendo eses, y suerte que no me comí a nadie. Por suerte al llegar a la Gran Vía la cursa ya se desdoblaba de nuevo, y la cosa ya iba bastante estirada, con lo que ahí empezó mi verdadera cursa, me encontraba muy bien, tenía espacios y sólo me quedaban tres kilómetros para acabar la cursa, así que para alante. A la hora de atravesar el Gornal no vi a nadie conocido esta vez, aunque mi suegro me dijo que a lo mejor bajaba a verme, pero luego me enteré que se fue a dormir a las 21:30. A la hora de salir del Gornal y adentrarnos en lo que antiguamente era Can Pi era ya el kilómetro 8,5 pasé con un tiempo de 40:57; y del kilómetro 4,5 al 8,5 lo hice a un ritmo de 4:38 el kilómetro. Ya sólo me faltaban 1500 metros para acabar, no sabía ni siquiera cuanto tiempo llevaba (todos estos tiempos los estoy diciendo después de consultar los resultados), pero me encontraba con fuerzas para subir una marcha más y darlo todo hasta la meta. Aumenté tanto el ritmo que este último kilómetro y medio lo hice a un ritmo de 4:15 el kilómetro, parando el crono en 47:19. Vamos que ni yo me pensaba siquiera que iba a volar tanto en la cursa; me ha pasado lo mismo que el año pasado, que iba con pocas ganas y resulta que por 16 segundos no hago mi mejor marca. Aunque el que cuando menos cuenta me de supere mi marca será mi sobrino, que tan solo con 13 años hizo la cursa de 5 kilómetros en 21:05 llevando un ritmo de 4:13 minutos el kilómetro.

Después de la llegada, tocó la ansiada fideua, que tal y como he dicho antes me la recogieron y pude cenar en casa ya duchadito y todo; y a esperar a la 8ª cursa nocturna de Hospitalet. Ahora sí que me voy a tomar un tiempo de descanso, que me lo voy mereciendo; si acaso saldré a correr un día a la semana (si me apetece). Y así estaré hasta mediados de Junio, porque poco antes que comience el verano volveré otra vez a las 20 semanas de entrenamiento. Eso quiere decir que ya tengo en mente la próxima maratón. Aunque esta vez, cuando llegue el momento, no seré tan cansino con las entradas; sino que cuando me apetezca iré escribiendo. Pero ahora me toca descansar, con lo que el blog estará un par de meses prácticamente inactivo.

Saludos y a dejarse llevar por las piernas.

miércoles, 13 de abril de 2016

Duatlón de Sant Celoni

Ya puedo decir que soy duatleta; así como hace algo más de un año que ya soy maratoniano, ahora puedo decir que soy duatleta. Que nadie se haga ilusiones que el triatlón ni lo voy a tocar, eso de tener que ir nadando no va conmigo, pero el correr y el ir en bici sí que son mis grandes pasiones, y más aún como ha sido esta vez, por medio de la naturaleza, sintiendo el aire puro, ascensos duros, descensos divertidísimos, saltos, fango, agua, y a la llegada un buen bocata de butifarra (vamos, no dejé ni una miga jeje). Pero bueno, voy a ir contando todo ordenadamente, porque sino me empiezo a subir por las paredes y escribo un montón de cosas sin sentido y no estoy por lo que tengo que estar, que es el duatlón. Bueno, mejor dicho, mi primer duatlón del que sólo puedo sacar opiniones positivas, desde la organización, pasando por el avituallamiento, el recorrido y la gran labor de los voluntarios repartidos por todo el recorrido. Si tuviese que poner un pero, es la falta de señalización de los puntos kilométricos; pero claro, se entiende perfectamente si prácticamente un 90% del recorrido transcurre por zonas naturales. Al menos la señalización sí que estuvo muy bien marcada, poniendo cintas para saber en todo momento por donde había que tirar, pintando en el suelo flechas para saber hacia donde había que girar, y poniendo rayas horizontales en las bifurcaciones por las que no había que tirar (aunque eso sí, yo para no perder la costumbre me colé por un tramo que no debía de tirar, suerte que enseguida rectifiqué).

Ayer ya era raro que no me olvidase nada con tanta preparación, que si bolsa, champú, colonia, desodorante, chanclas, toalla, ropa de repuesto, maillot, casco, guantes, zapatillas para correr, zapatillas para la bici, un par de recámaras de repuesto, mancha para hinchar las ruedas, la propia bici. Pero me dejé dos cosas, que a la hora de la verdad, y más en mi, no son fundamentales. Lo primero que me dejé fue el cuentakilómetros de la bici. Realmente no es nada importante, pero como ya me intuía que no estarían marcados los kilómetros, me hubiese gustado poder llevar un seguimiento del número de kilómetros recorridos, pero bueno, nada sin importancia, porque como iba a pasármelo bien y a disfrutar, ya llegaría cuando tuviese que llegar; además sin conocer de nada el trazado, sólo de una imagen del google earth (y con eso no basta), pues tampoco sabía como gestionar el tramo de bici.

Continuando con la otra cosa que me olvidé fue el cronómetro. Ya sé que entreno siempre sin cronómetro y es lo más agradecido que hay al no estar con la carga de si he tardado más o menos (cosa que siempre he dicho en mis entradas del blog); pero me hubiese gustado saber cuanto tardé en hacer cada tramo y no estar expuesto únicamente a un tiempo final global. Y también saber cuanto tardé en hacer las transiciones, aunque ayer realmente las transiciones me las tomé con calma; la primera la hice de pie; pero la segunda, nada más colgar la bici me senté en el suelo y con toda la tranquilidad del mundo hice el cambio de calzado para afrontar el último tramo.

A las 6:00 de la mañana, cuando me despertaba aún estaba un poco empachado de lo que había comido por la tarde en la celebración de los cumpleaños de mi hermana y sobrinos. Vamos eso quiere decir que no cené, con lo que me suponía un dilema. Así que por la mañana, sólo pude comerme un yogurt con copos de avena. Con lo que después de pelearme un poco para poder meter la bici en el coche (tuve que acabar quitándole a la bici la rueda delantera) conseguí echarme a la carretera a eso de las 7:10-7:15, claro, como muy tarde tenía que estar a las 9:00 en la salida para poder guardar la bici en boxes y recoger mi dorsal.

Así que a eso de las 8:30 ya estaba por la zona en cuestión recogiendo mi dorsal (me tocó el número 93, el mismo que el piloto de motos Marc Márquez... eso sí, yo no gané jeje), dejé la bolsa de la ropa guardada en el guardarropa y me fui a aparcar la bici a boxes. He de decir que era mi primera vez que entraba en una zona de boxes de una prueba combinada; tampoco era una zona de transición como las que se ven en las olimpiadas, sino que aquello era un descampado vallado con dos salidas... pero bueno, ya valía para mi, me hacía sentir un gran atleta colocando mi bici de frenos de pastillas y ruedas de 26 pulgadas (cuando el resto de bicis eran pepinos de frenos de disco y ruedas de 29 pulgadas). Pero aún así yo iba todo orgulloso, y eso sí, mi bici ira conmigo hasta que dure, no pienso cambiar mi bici por nada, bien agustico que estoy con ella. Bueno, voy a seguir explicando; después de dejar ya la bici aparcada y practicar dos o tres veces corriendo la entrada y salida de boxes para ubicarme bien, ya solo me quedaban unos pocos minutos para calentar un poco y prepararme para tomar la salida. Las sensaciones en esos momentos eran de tranquilidad, de ay que bien estoy aquí, con este solecillo, poca gente (217 inscritos y 196 que finalizaron). Vamos que aún no era realmente consciente que iba a empezar un duatlón. Pero a la que el speaker comenzó con la cuenta atrás ya me empezó a entrar la cosilla esa que nunca sabré explicar. Ya puede ser una maratón, como una cursa de barrio, que a la hora de tomar la salida me entran un montón de emociones.

Con lo que ya empezaba mi primer duatlón, a ver como me lo montaba para saberme dosificar bien los 25,5 kilómetros totales. Me daba igual que a las primeras de cambio me pasase tanta gente (es lo que tiene hacer una salida sin cajones, que uno se coloca por donde puede, así que espero que no incordiase a nadie). Pero a los dos giros de calles cada uno iba ya a su ritmo y se iban tomando posiciones. Yo he de decir que preferí empezar muy suave aunque me quedase rezagado al final de la carrera; además eran los primeros metros y había que ir cogiendo sensaciones. Con decir que en el giro de 180 grados de la zona parecida a una urbanización, poco antes de adentrarme en la naturaleza vallesana, estaba prácticamente al final de la carrera. Pero al ir sin crono yo iba a disfrutar y a dosificarme bien para no tener luego pájaras innecesarias, ya que el tramo en bici según leí los primeros kilómetros se presentaban duros. Aún así, cuando empecé a adentrarme en la naturaleza me fui encontrando muy bien y aproveché para marcar mi ritmo, con lo que además aproveché para ir pasando a gente; me hubiese gustado tirar un poco más fuerte, pero preferí no arriesgarme. Aunque cuando menos cuenta me dí, ya estaba de nuevo en la zona de salida dirigiéndome a la zona de transición.

La zona de transición ¿cómo la hago, deprisa y corriendo, o tranquilamente? Decidí hacerla tranquilamente y sin nervios; además llevaba los guantes puestos, con lo que me apliqué al refrán "vísteme despacio que tengo prisa". Pues lo apliqué. Llegué de correr, fui en busca de mi bici y sin prisa pero sin pausa hice el cambio de zapatillas, puse las de correr bien puestas porque después del tramo de bici tenía que volver otra vez a dejarla y ponerme las zapatillas de correr. Total, que sin pararme pero sin prisas tampoco me hice el cambio de atuendo, me puse el casco, cogí la bici y a encarar el Montnegre.

El tramo en bici, he de decir que me encantó, pero que a la vez el principio (una vez la carrera se adentra en el corredor del Montnegre) es muy duro, rampas cortas pero con un alto porcentaje de pendiente, vamos que había tramos en los que me tenía que poner de pie en la bici, aunque me patinase un poco la rueda. Pero todo esfuerzo tiene su merecida recompensa, ya que después de la subida siempre viene la bajada, además las bajadas eran muy guapas, sin ser excesivamente técnicas, pero había tramos muy divertidos en los que había que tomar más precauciones. Pero aún así el trazado me encantó. Después de ese primer durísimo tramo las subidas y bajadas se iban alternando, haciendo muy llevadera y divertida la carrera pasando por pistas, alguna trialera, tramos en los que se podía saltar, tramos de fango, algún que otro charco; vamos que el trazado tenía todos los alicientes para que fuese genial. Si hace unos días decía que el tramo de bici me lo iba a tomar con calma realmente me equivocaba, porque tal y como lo estaba disfrutando en los tramos de subida si podía apretar un poco más lo hacía, y en la bajada me dejaba llevar disfrutando al máximo, en algún momento arriesgando más de la cuenta, ya que en una curva casi me salgo del camino. En otros tramos era mejor ir fuerte para pasar mejor los baches. También (aunque estaba todo muy bien señalizado) hubo otro momento que me quería ir por otro camino. Por la cabeza se me estaba pasando otra cosa, y a la que me salí del camino correcto enseguida me di cuenta, y si no me hubiese dado cuenta detrás mio iba una chica que me dio la voz de alarma. Aunque el gran momento del tramo en bici fue mi caida y suerte que estaba prácticamente parado. Venía de una bajada, de repente una curva y una subida inesperada y llena de raíces; no me dio tiempo a subir de piñones para hacer la subida más fácil, con lo que de repente me quedé clavado, no tuve ni tiempo a soltar el pie del pedal y al suelo que fui a parar. Por suerte sólo fue el golpe y pude seguir hasta el final para afrontar los últimos 2500 metros de carrera.

En la segunda zona de transición, después del tute que me había pegado con la bici no tenía ganas de hacerlo deprisa, así que nada más colgar la bici en su correspondiente puesto me senté en el suelo, me quité los guantes, saqué las recámaras de repuesto del maillot y a hacer el cambio de zapatillas con toda la calma del mundo. Aunque cuando acabé el cambio de zapatillas y ya me disponía a hacer el último tramo, tuve que volver a la bici porque me iba con el casco puesto. Así que me quité el casco, lo dejé en la bici, y ahora sí a afrontar el último tramo de la carrera; me bebí un vaso de bebida isotónica y a por todas.


Mi idea de afrontar el último tramo era dándole caña, pero después de 18 kilómetros en bici por plena montaña donde he tenido que hacer bastante esfuerzo las piernas no responden como me gustaría que respondiesen. Así que no me quedó otra que amoldarme a lo que las piernas me respondían. Aunque poco a poco me iría creciendo al ver que delante mío tenía a otro duatleta y lo pasé con cierta facilidad (el pobre iba peor que yo). En ese tramo, aunque iba picando la subida hice todo lo que pude por seguir tirando como pudiese. Suerte que a lo lejos vi a otra chica y ese fue mi objetivo. Cuando llegué al punto de dar media vuelta, enseguida noté que el trazado era bajada, y fue a partir de ahí cuando decidí ya darlo todo; a los pocos metros de dar la vuelta pasé a la chica y a partir de ahí iba totalmente solo para afrontar el final. A la que dejé el tramo de naturaleza para meterme de nuevo en las calles de Sant Celoni las piernas parecía que no querían tirar más, pero yo las hice trabajar todo lo que pude, estaba a nada y menos de la ansiada meta. Por suerte ya estaba encarando la recta final, vi a mi mujer, levanté los brazos y a por la meta lleno de alegría. El tiempo que tardé es lo de menos y la posición tampoco, porque me quedo con la experiencia; pero al menos rondé el tiempo que tenía previsto hacer. Tardé 2:07:01, quedando en la posición 159 de los 196 que cruzaron la meta.

Y así ha finalizado mi primer duatlón, comiéndome un gran bocata de butifarra a la llegada, dándome una ducha calentita (había servicio de duchas) y llevándome una grandísima experiencia en la iniciación a este tipo de competiciones. Yo creo, que visto mi nivel de exigencia, un duatlón así es del calibre perfecto para mi, porque para disfrutarlo va de coña. Además de discurrir por un espacio natural y respirando el aire puro. Así que si las circunstancias lo permiten puede que el año que viene vuelva a repetir esta grandísima experiencia; que para ser una carrera de nivel popular (no hacía falta chip) está muy bien organizada, grandísima labor de los voluntarios, muy buen recorrido, y con poca gente. Vamos que no tengo ninguna pega, a excepción de los pequeños comentarios que he hecho al principio de esta entrada. Eso sí, mi rodilla también se lleva un buen recuerdo de esta competición jeje.

Acabo un duatlón, y enseguida estoy de nuevo en otra carrera. Este sábado es ya la mítica cursa nocturna de Hospitalet, que desde que se inició en 2010 no he faltado ningún año. Eso sí, la previa la haré en cuanto tenga la camiseta y el dorsal en mi poder.

Saludos y a dejarse llevar por las piernas.

martes, 5 de abril de 2016

Recta final del duatlon

Hacía ya tiempo que quería escribir, correr, coger la bici; y realmente, lo que he hecho un poco ha sido correr, porque coger la bici, desde que escribí la última entrada sólo salí una vez más con la bici. Circunstancias que por una cosa u otra no he podido coger la bici, ya que siendo solamente los fines de semana cuando podía coger la bici, muchas veces surgían improvistos. En el tema de correr, realmente, no lo he llevado tan constante como me hubiese gustado, y para esto sí que no tenía excusas para no salir a correr, pero hoy por hoy no hay quien consiga sacarme a las 6 de la mañana para salir a correr. Luego por otras causas externas, la motivación por salir a correr han bajado mucho, lo que he dicho tantas veces, tira más el factor mental que las piernas. Pero bueno esta última semana he decidido ponerme las pilas para estar a tope en mi primer duatlón.

El domingo, después de estar como dos semanas sin salir a correr (algo raro en mí, pero como ya he dicho antes el estado de ánimos no es que lo tuviese en perfectas condiciones), y realmente me agoté en seguida, pero me agoté más por mente que por piernas. Quise haber hecho 8 kilómetros, pero a los 6 kilómetros me planté, no quise forzar más la máquina. Además que tampoco le di excesiva importancia. Por suerte conozco ya bastante bien mi cuerpo, y sé que si tengo un día malo no pasa absolutamente nada, al día siguiente lo subsano haciendo un buen entrenamiento. Cosa que pasó ayer, que aproveché para volver a salir a correr; y esta vez hice eso que tanto me gusta hacer como son las series, cinco series de 800 metros. Pues aunque parezca increíble, ayer me sentí mucho más cómodo que el domingo, y eso que cuando hago series no lo paso excesivamente bien. Sí, ayer también sufrí, pero no tanto como el domingo, y la recuperación fue también mucho más rápida. Eso sí, después de la ducha y la cena estaba como nuevo. En cambio el domingo estuve bastante tiempo agotado. Vamos que antes de ayer no fue mi día, no sé si porque no tenía la cabeza centrada, por el sábado no haber comido demasiado bien, o porque era un día que no tocaba estar fino. Y ahora me pregunto yo, que pasa si el domingo no estoy fino? La respuesta está bien clara, el día del duatlón, de la maratón, cursa aunque sea de tres kilómetros voy a tener la moral por las nubes, y ni una noche loca, o no haber dormido me va a impedir darlo todo. Vamos, que este domingo aunque esté bajo de forma (eso es lo que creo yo) lo haré lo mejor que pueda y disfrutaré.

Centrándome ya en el duatlón, que es lo importante, ya que hasta que no haga dicha competición no volveré a escribir una entrada para no dar mucho la brasa, jeje. Aún sigo dándole vueltas a la cabeza en como dosificarme; porque una cosa es correr 10, 20, 40 Km. que sé de sobras como me los puedo gestionar, porque sólo es correr y es algo constante; pero cuando primero tengo que correr 5 kilómetros, luego hacer 18 kilómetros en bici, y luego otros 2,5 kilómetros corriendo hay que saber gestionárselo muy bien, sobretodo al principio.

Claro, el comienzo que es lo más importante de todo y son sólo 5 kilómetros tampoco puedo fliparme demasiado pensando que es sólo una distancia corta, ya que luego toca coger la bici. Así que más me valdrá hacer la primera parte de carrera con toda la calma del mundo, y sobretodo sin tener en cuenta la gente que me pase, como si voy el último, yo lo que voy es a disfrutar y a poder acabar mi primer duatlón. Vamos que prefiero hacer la primera parte en media hora antes que en 25 minutos; si luego más adelante me encuentro con ganas tiraré más fuerte, pero la primera parte la haré con la calma, para ver las sensaciones, ir cogiendo contacto con la cursa y verlas venir. Con lo que esos primeros cinco kilómetros serán para ir preparando las piernas.

Luego toca el tramo en bici. Hará ya tiempo que no la cojo, el 26 de febrero fue el último día que me subí a la bici y me hice una ruta de algo más de 30 kilómetros que incluía la carretera de les Aigües, subida al Tibidabo, bajada a Vallvidrera, subida a Sant Pere Martir y para casa. En ese aspecto estoy tranquilo, porque la forma de la bici se recupera muy rápido; puedo estar como dos meses sin cogerla y luego llevar un buen ritmo. Eso sí, en el tramo de bici lo tengo bien claro que iré a mi ritmo, ahí sí que soy un Carlos Sastre, yo voy a mi ritmo, sin forzar y cuando llegue pues llegué, y más en los tramos de subida, no me apetece para nada desfondarme antes de tiempo. Aunque cuando llegue el tramo de la bajada ahí si que lo voy a dar todo; yo soy persona de las que me gustan sufrir en las subidas porque sé que luego viene la bajada. Claro, viendo a mitad del tramo en bici, según las sensaciones que tenga, decidiré apretar un poco más o no; todo esto, claro está, sin dejar de disfrutar, porque lo más importante es disfrutar, ya que para mi no es una competición. Para mi lo del domingo es ir a divertirme y a pasármelo en grande, igual que disfruté en San Sebastián o en Sitges. Lo que no voy a hacer es desfondarme para acabar arrastrándome y sufriendo y más sabiendo que aún queda el tramo final, que son solo 2,5 kilómetros, pero hay que hacerlos.

Y ya toca el último tramo, los 2500 metros. No sé como tendré las piernas después del primer tramo corriendo y el segundo tramo en bici. Mi idea es estar en suficientes condiciones para hacer esos 2500 metros a un ritmo fuerte. Aunque del dicho al hecho hay un trecho, y como ya digo de antemano, no se como me encontraré, puedo decir y hacer muchas espectativas ahora y a la hora de la verdad ir ya algo cansado y tener que hacer el último tramo dejándome llevar. No lo sé realmente, porque como ya he dicho este es mi primer duatlón y no se como responderán las piernas entre un estilo y otro; porque una vez que en el gimnasio me dio por hacer piscina, bici y cinta; cuando pisé la cinta me costó bastante coger el ritmo porque las piernas me hacían cosas raras después de estar tanto rato pedaleando. Así que puedo decir de hacer mucho y luego que las piernas no me respondan lo bien que me deberían responder. Yo, lo que sé, es que (aunque lo diga mil veces) iré a pasármelo en grande disfrutando del corredor del Montnegre en plena cordillera Litoral, que si alguien no ha estado por allí le recomiendo que vaya, es un sitio precioso para ir en bici; no sé si tendrá algo que ver que fue por aquella zona por la que yo aprendí a ir en bici.

En fin, que el domingo sea lo que tenga que ser y que acabe, eso es lo más importante. Me da igual tardar dos horas que tres horas. Sé que cuando acabe me espera un bocata de butifarra y luego, cuando acabe, me duche y todo, me iré a la localidad cercana Breda a comer a un restaurante en el que se come de maravilla... pero eso ya lo explicaré el próximo lunes.

Saludos y a dejarse llevar por las piernas.