miércoles, 26 de febrero de 2020

Por fin me he quitado la espina. No hay dos sin tres!!

Lo conseguí, después de más de cuatro años haciendo vagos intentos, he conseguido finalizar mi tercera maratón. Me he quitado esa espina que tenía clavada, que si porqué la cabeza no chuta, que si me pongo y uff no tengo ganas, que si la excusa del trabajo y miles de excusas absurdas para no ponerme; pero esta vez sí que lo he conseguido, he sufrido muchísimo, pero lo he conseguido. Reconozco que he sufrido porque esta vez no he sido nada constante con mis entrenamientos (el tiempo lo dice todo, media hora más que en la maratón donostiarra), pero me da igual el tiempo que haya hecho. Ahora me siento realizado por conseguir el objetivo que tanto tiempo iba buscando. Desde que no hice la maratón de las Vías verdes de Tortosa, sino que hice la media maratón (finales de Octubre de 2016), por mi cabeza siempre ha rondado hacer la tercera maratón, y eso rondando por la cabeza prácticamente día sí, día también pues como que ralla un poco. Pero ahora no voy a ponerme a contar penas de una cosa ni de otra.

La verdad, es que esta vez la preparación ha sido muy escasa, de ahí a escribir tan poco, y ver que había días que me quedaba a medias, otros días estaba en plan perro "ya haré el entrenamiento mañana", "hoy hace mucho viento", "Con el temporal Gloria no voy a salir a correr"
, y así un sinfín de excusas. Y he de decir que el plan de entrenamiento lo comencé con ganas y bien lejos de casa, ya que estaba por tierras chilenas, aprovechando que hacía una temperatura agradable lo cogí con muchas ganas, pero esa misma primera semana ya se truncó la cosa, porque una noche no dormí demasiado bien y en lugar de salir a correr por la tarde lo dejé estar. Luego coincidió mi vuelta a España, donde sufrí el jet lag, y hasta que no se hizo el cambio de hora mi cuerpo no consiguió adaptarse al horario europeo. También he decir que creo que no he salido a correr ni un solo día a primera hora de la mañana, con lo que eso lleva a que muchas tardes, como llegaba petado de trabajar pues ni salía a correr. Y de los días de tiradas largas o de las series ni quiero hablar, porqué tiradas largas me quedé en los 19 km, hasta la tirada de los 32 km no volví a hacer una tirada larga (ese día me quedé clavado en los 24 km), luego reestructuré los kilometrajes porqué se acercaba peligrosamente la fecha, y el día que tenía que haber hecho 30 km, hice 27 corriendo y los otros 3 caminando; y el día que tenía que hacer 36 km, hice 18 y listos. Así luego pasa lo que pasa... y con las series pues más de lo mismo, creo que sólo he hecho unas series de 200 metros, dos series de 400 metros y una serie de 1500 metros.

En resumen, que con la poca preparación que he tenido ya me podía ir encomendando a todos los santos, buscar a los chamanes, hacer mil rituales, o doparme si quería conseguir hacer la maratón sevillana. Si hay algo que me ha ayudado bastante ha sido que la mentalidad siempre la he tenido ahí arriba y un gran punto lo tenía ganado, que si la cabeza no funciona como tiene que funcionar no hay manera de tirar para adelante.

Bueno, después de llorar durante no se cuantas líneas, voy a centrarme en lo que realmente toca, los momentos previos a la maratón y la misma maratón.

Pese a no prepararme la prueba al 100%, como ya he dicho antes, la mentalidad la tenía a tope. Y más aún cuando la última semana ya envían el mail con el número de dorsal, estudio un poco el recorrido y demás. Ahí ya comenzaron un poco a aflorar los nervios; claro, no las tenía todas porqué no sabí
a lo que pasaría a partir del Km 30. Ya que si no podía hacer todo corriendo, al menos hasta el km 30 tenía que llegar, pero a partir de ahí ¿? Visto lo visto, y que en los entrenamientos previos, que los había hecho a ritmo de unos 6 minutos el kilómetro, mi idea era (por raro que parezca en mi), engancharme a la liebre de las 4:30, para así poder llevar un ritmo constante de 6:20 el Km, y estaba convencidísimo que así lo conseguiría. Al menos un punto lo tenía ganado, que era el convencimiento y la mentalidad, que para las carreras de fondo es fundamental.

Y ya por fin llegó el momento de viajar a Sevilla, ya no había vuelta atrás, lo que tuviese que ser que fuese, y no quedaba otra que disfrutar y pasárselo bien, y también aprovechar para visitar una ciudad tan hermosa como Sevilla. Así que al llegar a la estación de Santa Justa fui a buscar el dorsal, para el hotel y a disfrutar de la ciudad, sin pensar ni un solo momento en el gran evento del día siguiente. Bueno algo sí que pensaba porque por las calles por las que discurría la maratón estaba la línea verde pintada en el suelo. En una tarde no se puede visitar mucho, pero al menos dar una vuelta por las estrechas calles del centro, ver la giralda, la Torre del Oro, parque de María Luisa y puente de Triana; y ya que no pude hacer el entrenamiento previo a la maratón para soltar piernas, al menos lo hice caminando para arriba y para abajo por las calles de Sevilla. He de decir que entre una cosa y otra me iba a la cama bien pasadas las 12 de la noche, y por raro que parezca dormí del tirón... pero para no dormir del tirón en una cama gigante del hotel. Así que a las 6 de la mañana no tenía ni ganas de levantarme, pero lo tenía que hacer, pegarme un buen desayuno maratoniano y a por todas.

Ya durante el calentamiento empecé con la mosca detrás de la oreja porque tenía leves molestias en la rodilla (desde que estuve trabajando años atrás con las botas de seguridad, esta rodilla siempre me ha dado problemas), pero bueno, estaba allí y había que darlo todo. Así que después de calentar, hacer unos estiramientos y demás me fui para mi cajón de salida (mejor dicho me fui para atrás del todo), esperando el ansioso pistoletazo de salida, y como no, se me saltaron las lágrimas de la emoción; 42,195 Km estaban por delante de mi para poder hacer mi tercera maratón. He de decir que para la cantidad de inscritos (entre 13500 y 14000) sólo tardé seis minutos en pasar por el arco de salida, y lo mejor de todo que antes de pasar por dicho arco ya estaba corriendo; vamos de las mejores salidas que he tenido en todo el tiempo que llevo haciendo cursas, comparado con la maratón de Barcelona que tardé 15 minutos en pasar por el arco de salida.


Enseguida pude engancharme a la liebre de las cuatro horas y media, que había salido bastante más adelantada que yo, y pude ir comenzando a tomar sensaciones, me encontraba bien y creía que llevaba un buen ritmo, aunque el endomondo me iba chivatando que el ritmo del km era más rápido de lo que tenía que hacer la liebre, claro luego me enteré que iban buscando las cuatro horas y media de tiempo real, no tiempo oficial, y eso pues me descuadró un poco, pero como iba cómodo tiraba bien. Pero claro, dicha liebre no llevaba un ritmo constante, sino que a veces tiraba más fuerte, otras aflojaba y así durante los 15 primeros kilómetros, que ya me cansé y empecé a ir a mi propio ritmo (ya sabéis que siempre he dicho que no me gustan las liebres), y yo iba algo por delante de la liebre, y me encontraba bien y a gusto, con decir que eso, los primeros 15 Km se me pasaron sin darme cuenta, eso era buena señal. Al paso de la media maratón me notaba un poquillo cansado pero iba bien, pasé aproximadamente a 2:10, aún habría suerte y manteniendo el ritmo acabaría la maratón en 4:20. Nada más lejos de la realidad, ya que a partir del Km 25 empecé a notar la falta de entrenamientos y de preparación, las piernas se me cargaron, me dolía la rodilla y fui poco a poco bajando el ritmo.

A medida que me iba acercando al "muro" de los 30 Km iba bastante tocado, sufriendo y haciendo un esfuerzo kilómetro tras kilómetro. Me estaban esperando en el Km 30 para animarme y no podía defraudar, tenía que pasar por allí corriendo; aunque por la cabeza se me pasó la idea de abandonar en ese punto kilométrico que coincidía donde tenía el hotel. Pero me harté de fuerzas, estaba allí para acabar, sólo eran 12 km más y listo, y no me había pegado ese viaje para abandonar, sino para acabar. Además un kilómetro más adelante estaba el campo del Betis y tenía que pasar por al lado del campo, y a la vuelta por la calle de abajo me estarían esperando. Con lo que sufriendo con las piernas, con los dedos de los pies y con la fatiga, seguí, bajé el ritmo pero seguí; estaba cerca la plaza España y quería pasar por allí corriendo.

Pasé plaza España corriendo o yendo al trote cochinero, pero yo seguía tirando con mas moral que los del Alcoyano, llevaba 9 kilómetros sufriendo bastante y sólo me quedaban 8 Km al paso por el Km 34. Ahí ya iba tirando de corazón y alma, medio arrastrándome, y llegué al Km 35 donde estaba el avituallamiento. Allí ya no pude más y decidí ponerme a caminar, a paso bien ligero, pero caminando, al menos para no perder mucho tiempo (más o menos a unos 8:30 el kilómetro). Pensé al poco rato ponerme a correr, pero veía a varios de mi alrededor que hacían lo mismo y enseguida paraban por el desgaste físico y la carga de las piernas; con lo que seguí caminando hasta el Km 39 donde ya estaba por las calles del centro, y la gente te lleva en volandas. Otra cosa no, pero el público de una maratón es muy agradecido, saben el esfuerzo que uno está haciendo, ven tu nombre en el dorsal y te empiezan a animar. Así que en el Km 39 retomé de nuevo la carrera, las primeras zancadas costaron, pero luego fui cogiendo el ritmo y ya sólo faltaba hacer un último esfuerzo, sólo eran 3 kilómetros y ya no iba a parar hasta el final, ahora ya tocaba darlo todo. Y este último esfuerzo valió la pena. Los últimos 500 metros fueron brutales, ver la Avenida María Luisa (una avenida de cinco carriles de ancho) reducida a un carril por la gente que hay animando, es algo espectacular, que motiva y pone las pilas a full para encarar ya la recta de los últimos 200 metros, viendo el arco de meta al fondo, ya es inevitable levantar los brazos de emoción, de rabia, de esfuerzo, el pensar que ha valido la pena no abandonar, sólo por hacer esos metros finales, ver que me están animando al lado de la meta y cruzar ese arco con los brazos en alto y con los ojos llenos de lágrimas.


Al final, después de cuatro horas, cuarenta y tres minutos y treinta y dos segundos crucé el arco de la meta, consiguiendo así quitarme esa espinita que tenía clavada desde hace unos años. No hay dos sin tres y aquí está el claro ejemplo. He sufrido muchísimo, no he tenido la preparación que me hubiese gustado tener; pero lo importante es que lo he conseguido y eso ya nadie me lo va a quitar.

Y con esto se cierra otro capítulo de mis experiencias como runner. Creo que esta sí que ha sido mi última maratón. Realmente no estoy para tanto esfuerzo en los entrenamientos, ni para tanta dedicación. Hace cinco años era capaz de levantarme a las 5 o las 6 lloviendo para salir a correr, ahora ni eso; es por eso que los 42,195 Km aquí se quedan... aunque no quiere decir que no siga corriendo medias maratones, ya que sigo diciendo que esa distancia me encanta y alguna haré en un futuro no muy lejano.

Saludos y a dejarse llevar por las piernas.

viernes, 29 de noviembre de 2019

Voy cogiendo buenas sensaciones

Después de haber estado unos cuantos días acatarrado, esta semana la afrontaba con cierto respeto. Más que nada porque los 16 km que me tocaban hacer el viernes pasado, no los hice, más que nada porque mi nariz parecía una regadera. Así que me tocaba enfrentarme a los 19 km, cuando la última tirada larga había sido de 13 km.

En mis buenos tiempos no me hubiese preocupado en absoluto el no haber entrenado un día de tirada larga. Pero en mi actual estado de forma tenía miedo. Me venía a la cabeza la maratest del Prat, los últimos kilómetros en los que me iba prácticamente arrastrando. Pero me estoy empezando a dar cuenta que poco a poco voy poniéndome en forma y que cada vez me va apeteciendo más salir a correr. Si no salgo a correr cuando me despierto (he de decir que esta semana lo he conseguido hacer un día, que por cierto hacía una humedad tremenda), pues si es una tirada de 5 km, en el trabajo antes de comer salgo a correr. Y sino pues por la tarde al llegar a casa. Si tengo algún compromiso ya me lo monto de cualquier manera para hacer mi entrenamiento, y eso me encanta... quien me lo iba a decir unas semanas o unos meses atrás? La verdad que me encuentro bien y con mucha fuerza para afrontar el entrenamiento día a día. Si siempre lo he dicho que cuando la cabeza está bien puesta las piernas tiran, y si hay algún momento de debilidad la cabeza manda un mensaje a las piernas y a seguir para adelante.

Durante la semana el entrenamiento ha ido bien, así que no entraré mucho en detalle; bueno, ayer hice 5 km y si digo la verdad me supieron a poco, vamos que me recuerda a los entrenamientos de la maratón de Barcelona y San Sebastian, que cuando me tocaba hacer 5 km era un paseo.

El entrenamiento de hoy me lo he tomado con calma y buscando un ritmo suave, hoy he vuelto a subir a Montjuic y no quería llegar a la subida ya petado. Más o menos desde el km 7 hasta el 11 era la subida, teniendo alguna bajada en la zona de la Foixarda. Como hace un par de semanas he optado por hacer los 4 últimos km de la maratón del 92; me encanta ese recorrido, ya que pasa por zonas interesantes de ver, donde hay naturaleza, campo de rugby, zona de escalada, guiris viendo la "font màgica" y lo mejor de todo, que estando al lado del bullicio de plaza España se respira un ambiente de calma y tranquilidad.

He de decir que hoy a la que he llegado a la subida de detrás del estadio olímpico ha sido muy dura, y cuando he llegado a la parte de arriba de dicho estadio estaba petado, pero no he parado y durante la bajada me he dejado llevar. Aunque por la zona de la Guardia Urbana he empezado a temer (no me iban a detener ni nada jeje), sino que empezaba a tener principio de flato y aún me faltaban 6 o 7 km para finalizar el entrenamiento. Por suerte a la que he llegado a la zona llana todo mi cuerpo se ha estabilizado y he podido seguir bien. Si he de poner una pega, los semáforos, que ya con unos cuantos km en las piernas pararse en un semáforo era un peligro por las sobrecargas. Y si he de poner otra pega las últimas subidas, las piernas se resienten bastante.

Vamos que la valoración del entrenamiento de esta semana es muy positiva y tengo ya ganas que se me recuperen las piernas para afrontar la próxima semana de entrenamiento, que es suave porque no hay tiradas largas, pero intensa porque a parte de las temidas series del domingo el resto de semana las distancias son entre 8 y 10 km.

Y como apunte final decir que hoy 29 de noviembre hace exactamente cuatro años que hice la maratón de San Sebastian, así que el entrenamiento de hoy ha sido un buen homenaje a la maratón donostiarra.

Saludos y a dejarse llevar por las piernas.

miércoles, 27 de noviembre de 2019

Después de tanto tiempo he vuelto

Pues si, han pasado unos tres años desde mi última entrada, y anda que no ha llovido.

He de decir que en casi todo este tiempo he estado de capa caída, muy baja forma, muy pocas ganas de salir a correr, y mucha, pero mucha vaguería, poniendo cualquier tipo de excusa. Ay, tengo sueño, ya saldré a correr mañana; buff, hace mucho calor y mucho bochorno; ay, se me ha caído la moto encima y me he hecho un esguince; uy, me hacen daño las plantillas... y así nos podríamos estar horas y horas. Pero vamos, que resumiendo que entré en un círculo vicioso de desidia y desgana llegando al punto de tener una forma física nula y ganar unos cuantos kilos. Así que iré por partes explicándolo, como siempre lo he hecho en este blog donde cuento mis experiencias de un runner aficionado.

Después de acabar la media maratón de las vías verdes por Tortosa, aún iba haciendo algún entrenamiento, e incluso me apunté a la media maratón de Granollers y a la Maratest de Badalona. Para quien no sepa que es la maratest, es como si digésemos un test previo a la Maratón de Barcelona que se celebra tres semanas antes de dicho evento. Hay dos modalidades la de 30 Km y la de 15 Km, yo en mi caso por el 2017 hice la de 30 Km. Pero realmente ahí iba comenzando mi decadencia, salía muy poco a entrenar, una o dos veces por semana, y podía presumir de la confianza y de la forma física que tenía por aquel entonces.

Ya para empezar no hice la cursa dels Nassos, ahora no recuerdo si fue por falta de ganas o por catarro, hace ya tanto que ni me acuerdo. Con lo que mi próxima cita sería la media maratón de Granollers. Pero, como he dicho antes los entrenamientos no eran los que a mi me hubiese gustado hacer. Aún así la hice, y acabé realizando un tiempo decente (1:57:12), hay que decir que es dura la media de Granollers, ya que la primera mitad va picando la subida y por Les Franqueses hay alguna subida que se las trae, aunque la peor es por el km 16 aproximadamente, que después de ir bajando viene una buena subida de esas que no se ven el final. Mi idea era en la bajada final tirar fuerte, pero claro, al no estar en plena forma, después de esa subida, los dos amigos con los que iba me dejaron atrás y yo lo único que pude hacer fue dejarme llevar hasta el final. Aunque después de todo no estuvo nada mal.

Después de la media, a las dos semanas me tocaban los 30 kilómetros de la Maratest en Badalona, que en buenas condiciones físicas y habiendo hecho los correspondientes entrenos podría haber bajado seguramente de las 3 horas, pero en esas dos semanas creo que solamente salí a correr una o dos veces; y así no se pueden conseguir los objetivos. Perdí esa ilusión por salir a correr, puedo poner como excusa el trabajo agotador que tenía (estaba todo el día recorriendo Barcelona de punta a punta), pero la cabeza seguía sin estar en su correspondiente lugar, y como he dicho siempre, si la cabeza no está las piernas no tiran. Por suerte la maratest también la conseguí hacer en un tiempo decente (3:02:51), y con el aliciente que antes de empezar la cursa me encontré al gran Carles Castillejo y me pude hacer una foto con él.

Pero después de la maratest ya vino la gran decadencia, no salía a correr, y cuando lo hacía sólo conseguía salir un par de días y luego ya me pegaba meses sin correr, y poniendo como excusa que si el trabajo, que si las botas de seguridad me matan, que llego muy petado a casa. Y podría haber sido una excusa creíble, pero cuando uno tiene ganas de correr saca el tiempo de donde sea, aunque sea para correr sólo 5 kilómetros, o algún sábado o domingo por la mañana... pero cuando no era el trabajo, era el frío, si no era el frío era el calor, sino el sueño, o sino que la noche anterior había estado con los amigos y había llegado a casa algo chispado.

Claro, esta situación no podía seguir más, tenía que poner un poco de orden en mi cabeza, en mis piernas y en mi alimentación, para al menos volver a tener un poco de forma física, que tanta dejadez no era buena, pero claro una cosa lleva a la otra y se entra en una espiral viciosa. He de decir que toda esta situación también me generaba tal ansiedad que cuando salía a correr enseguida me fatigaba. Por suerte más o menos por abril de 2018 la cosa comenzó a revertirse; cambio de trabajo, y cambio de aires me ayudaría a despejarme un poco. Lo malo que tenía que desplazarme todos los días a 40 kilómetros de Barcelona, pero poco a poco iba entrando en la buena dinámica. Tanto es así que me apunté de nuevo a la cursa nocturna de Hospitalet, aunque fuese solamente a la de 5 kilómetros, no había que empezar fuerte, ya que desde febrero de 2017 hasta abril de 2018 no había corrido ninguna cursa.

La verdad es que no salía mucho a correr, pero al menos cuando me apetecía salía un ratito y me hacía 5 kilómetros, con lo que no me costó mucho acabar la cursa, eso sí haciendo una marca de 26:25, pero bueno por ahí se empieza. Aunque la constancia se puede decir que no la tenía, entrenaba a lo mejor una semana sí y cuatro no. La cabeza me volvía a hacer malas jugadas y no había manera de establecerme unas pautas, con lo que volvía a la dejadez. Pero esta vez por suerte me motivaba cuando veía una cursa que me pudiese gustar y me apuntaba. No tenía esa constancia de todas las semanas al menos salir a correr tres días pero bueno a la que se acercaba una cursa hacía algo; y creo que otro punto de inflexión fue por diciembre del año pasado que volví a hacer otra cursa, también de 5 kilómetros y volví a hacer un tiempo algo decente (26:30).

Esta cursa me comenzó a motivar para prepararme la cursa dels Nassos, y esta vez quería bajar de la hora (sí, ya sé que años atrás la hacía en 48 minutos, pero milagros a Lourdes). Mi sobrino (el mismo que corrió conmigo los dos últimos kilómetros de la maratón de Barcelona), me motivó y me dijo que haría la cursa conmigo para hacerme de liebre (y eso que yo siempre me he quejado de seguir a las liebres... pero bueno en este caso necesitaba a alguien a mi lado). Así que la constancia por entrenar iba en aumento; hasta tal punto de llevarme la ropa de correr al trabajo, acabar de trabajar y salir a correr por el parque que había delante de la oficina cuando plegaba, y luego cambiarme en el coche. Así conseguí hacer Nassos en 59:19 y gracias a mi sobrino que me llevó hasta el km 8, luego él se puso a tirar y en dos kilómetros me sacó dos minutos. ¿Esto que hizo? Pues motivarme aún más y yo como un masoca me apunté a la maratest (esta vez se hacía en el Prat y me apunté a la de 15 km). Pero ¿qué pasó? pues que en un mes y medio más o menos sólo salí a correr dos veces, y evidentemente no me preparé para correr 15 km, con lo que a partir del km 11 ya iba arrastrándome y acabé haciendo un tiempo de 1:37:19.

Por suerte, esto hizo que me volviese a poner las pilas y comencé ya a ir saliendo más a menudo a correr, y ya me estaba poniendo como objetivo la maratón de Valencia para este próximo 1 de diciembre. Para comenzar ya me apunté a la cursa del Corte Inglés y a la nocturna de Hospitalet, y fueron bastante satisfactorias 1:05:31 y 55:35 respectivamente. Pero un día antes de la cursa nocturna se volvió a truncar mi suerte. Salía del trabajo a toda leche, y cuando me subí a la moto me olvidé quitarle la pinza (candado que se coloca en el disco del freno delantero), claro a la que puse primera y arranqué se me clavó la moto, perdí el equilibrio, me fui al suelo y la moto se me cayó encima (200 kg de moto) haciéndome un esguince intercostal. La cursa nocturna la hice sufriendo, pero eso ya supuso luego un parón de más de dos meses, y para colmo se acercaba el verano y el comienzo de la preparación para la maratón de Valencia. Algún día, ya recuperado, intenté salir, pero con el bochorno y el calor era prácticamente imposible salir a correr.

No sé si he de decir por suerte o por desgracia cuando quise apuntarme a la maratón de Valencia las inscripciones estaban ya agotadas, con lo que ya tenía la excusa perfecta para no salir a entrenar durante el verano. Aunque como ya he dicho antes, soy masoca, y no me iba a quedar de brazos cruzados, así que en cuanto vi que no me podía apuntar a la maratón de Valencia, automáticamente me apunté a la de Sevilla, y sí, esta vez estoy apuntado y ya tengo hasta la reserva de hotel y los billetes; así que no hay vuelta atrás; y por raro que parezca estoy siguiendo el plan de entrenamiento, algún contratiempo he tenido (esta semana pasada un resfriado me ha impedido entrenar) pero ya estoy de nuevo siguiendo el plan. Aunque he de decir que empecé dentro de las fechas, un viaje inesperado y un cambio de hora me trastocó un poco y en lugar de las 20 semanas previstas, son 17 semanas de entrenamiento lo que me toca hacer.

Voy ya por la quinta semana de entrenamiento y veo que va a ser un camino duro que recorrer. Hay días que noto que me cuesta hacer 5 kilómetros, pero cuando tuve que hacer 13 los hice bien incluyendo subida a Montjuic (eso ya lo puse en mi Instagram). El viernes me tocan 19 kilómetros, primera prueba de fuego para ver si voy bien de forma. Si los consigo hacer bien puede ser muy buena señal para ir siguiendo. Pero eso ya lo iré explicando en futuras entradas.

Creo que por hoy basta con toda esta parrafada que he soltado, claro, después de tres años sin escribir una sola entrada tenía que ponerme un poco al día. En futuras entradas iré explicando como van mis entrenamientos. No sé si escribiré cada día, cada semana o cuando me apetezca, pero seguiré escribiendo.

Saludos y a dejarse llevar por las piernas.


viernes, 28 de octubre de 2016

Alea jacta est

Alea jacta est, o lo que es lo mismo, la suerte está echada. Se acabaron los entrenamientos antes de la media maratón, y lo que tenga que ser pues será. Ya no hay marcha atrás, ya no me puedo arrepentir, y que ni se me ocurra. Ahora sólo me queda pensar en el domingo y disfrutar la carrera al máximo, como en mis mejores momentos. Sé que no es lo que yo quería, pero las circunstancias así han querido que fuese; quien me lo iba a decir (ayer lo comentaba con un amigo), que yo pensaba que desde agosto con todo el tiempo del mundo me podría preparar a tope una maratón, que podría a salir a entrenar cuando quisiese, que si una cosa o la otra. Pero nada de esto ocurrió, mi cabeza no estaba centrada, y como dije en alguna entrada anterior no había manera de pasar los 25 kilómetros.

Es curioso, pero la mente las malas jugadas que llega a pasar, y si la de arriba no responde como es debido, las piernas no tienen narices de tirar los 42 kilómetros. Por suete me he podido cambiar de distancia y ahora sí que disfrutaré la cursa sin ir arrastrándome por los suelos y esperando que el coche escoba venga a recogerme; al menos eso espero, je je, porque la semana pasada no salí a entrenar ni un solo día, y esta, en cambio sólo me he saltado un día.

Claro, la semana pasada no salí a entrenar ni un solo día, porque como casi todo el mundo yo también me resfrié y estuve tres días bastante fastidiado, y luego cuando ya me encontraba mejor, aún me quedaban mocos en el cuerpo y no tenía ganas de salir a correr en este estado; en la pasada cursa dels nassos ya lo hice y lo pasé un poquillo mal. También como confío en mi cuerpo (demasiada confianza le estoy dando) sé que acabaré sin problemas la media maratón, es ya mi quinta media y sé como planteármela, cuando pueden venir posibles bajones, dosificarme y demás.

Con esta media maratón, esta vez no voy buscando ninguna marca, voy a ir a pasármelo bien, y si tardo más de dos horas pues voy a sentirme igual de satisfecho. Las circunstancias que he vivido me hacen plantearme la cursa del domingo de otra manera. Voy a ir a correr por una vía verde, vamos en plena naturaleza, respirando aire puro; ¿y por eso voy a ir a hacer marca y a sufrir? No, bastante he sufrido ya desde el verano viendo que no llegaba a los entrenamientos, no saliendo a correr cuando me tocaba, pasando mucho calor, y comiéndome mucho la cabeza por cosas que me han afectado a los entrenamientos. Maratones ya habrá otra ocasión para hacerlas y que mi mente esté bien. Así que el domingo voy a ir a pasármelo bien, a disfrutar de la naturaleza, a correr por una vía verde, y encima con poca gente, lo que a mi me gusta ¿qué más puedo pedir? Con estos alicientes como para no disfrutar de una bonita carrera, y si tardo más o menos, que más da.

Hasta hacía no mucho aún no es que viviese mucho el momento, pero ahora que ya está aquí y esta mañana he recibido el mail con las instrucciones, recorrido y todo lo referente a la cursa pues estoy muy ilusionado y animado. Bueno, realmente llevo así toda la semana ya. Hace ya unos cuantos meses que no participo en ninguna cursa y ya hay ganas de engancharme un dorsal en el pecho, ir a recoger una camiseta, y lo mejor de todo, que a parte de correr también voy a ir a disfrutar de un fin de semana a la ciudad tarraconense de Tortosa. Por eso, ¿voy a frustrarme con un fin de semana perfecto? Como si en lugar de media maratón es una carrera de 100 metros lisos. Ya habrá otra ocasión para correr una maratón, si no es en las vías verdes de Tarragona, será en las vías verdes de Girona, o sino repito Barcelona, o me voy a Valencia, Ibiza o Sevilla. Pero eso sí, cuando lo haga, que tenga la cabeza bien centrada.

Saludos y a dejarse llevar por las piernas.


domingo, 16 de octubre de 2016

Variando el entrenamiento

Ya va quedando menos para la media maratón de las vías verdes, y ahí voy poniéndome poco a poco en forma y con ganas de afrontar este nuevo reto; no es la maratón, pero lo disfrutaré casi o incluso más que la propia maratón, ya que para esta cursa sí que me veo preparado. Las circunstancias no han querido que corriese la maratón, pero bueno, el mundo no se acaba por no correr una maratón; hay que tener la cabeza muy buen amueblada, y lo que yo creía que me ayudaría a centrarme y a prepararme bien me ha pasado factura y no me ha ayudado a centrarme. Y lo que siempre he dicho en montones de entradas de este blog, para correr una maratón no sólo hace falta tener buenas piernas, sino que la cabeza hay que tenerla muy centrada, y hay que saber concentrarse para poder afrontar los 42,195 Km. y yo, pues como que no estaba para ese reto, esta vez no, así que afrontaré la mitad del recorrido y podré afrontar la distancia disfrutando al máximo.

Sé que tenía que haber escrito una entrada la semana pasada, pero últimamente estoy bastante vago para ponerme a escribir. Lo que sí que puedo decir es que no he seguido al pie de la letra el plan de entrenamiento, ya que entre medio he hecho una ruta en bici y un ascenso al Matagalls (1697 metros sobre el nivel del mar), con un desnivel en ascenso de 800 metros. Así que voy a explicar un poco por encima cómo han ido estos "entrenamientos" variados y las consecuencias que han llevado, porque claro, uno está acostumbrado a un tipo de entrenamiento, y en cuanto lo varía haciendo otras cosas el cuerpo se resiente con las dichosas agujetas, y luego hay días en los que no se puede salir a entrenar.

La semana pasada comenzó la cosa bien, haciendo mis entrenamientos, aguantando las series con bastante dignidad. Pero el viernes de la semana pasada me dio por hacer una ruta de unos 30 kilómetros en bici con mi sobrino por el Prat, vamos haciendo la ruta que tantas veces he hecho corriendo preparándome las tiradas largas, pues esta vez lo hice en bici. Si hay una cosa que me pasa a mi con la bici, es que mil veces digo que voy a ir tranquilo, pero empiezo a pegarle a los pedales y ya no veo nada. Con lo que al día siguiente pasa lo que pasa, que intento salir a correr y a los 500 metros tengo que parar porque no hay manera que las piernas me respondan. Suerte que ya conozco muy bien mi cuerpo y que esto es una carrera de fondo, que requiere mucha preparación, y hay que conocerse bien el cuerpo, y si hay algún día que no se puede pues no se puede, porque sé de sobras que cuando llegue el día clave lo daré todo y la motivación va al 200%. Eso sí tampoco hay que dejarlo todo el rato, porque sino acabaría haciendo la cursa arrastrándome, y eso tampoco es plan.

Así que con esta variación se acabó el entrenamiento de la semana pasada y esta semana el entrenamiento comenzaría con una motivación extra, hacer una excursión al Montseny subiendo al Matagalls. Mi primo Juan Carlos me dijo que se iba a hacer una ruta por el Montseny de unos 14 kilómetros, me propuso irme con él, así que yo no me lo pensé ni dos veces, y el lunes me cogí el coche con dirección al Montseny. Siendo motivación extra un día entre semana, con lo que gente prácticamente ni habría (en toda la ruta sólo nos encontramos a una pareja en el pico, y luego en la bajada nos encontramos a dos chicas con tres perros, y ya está).

La ruta comenzaba en el hotel Sant Bernat (a unos 15 kilómetros de Sant Esteve de Palautordera), a partir de ahí comienza un duro ascenso de cuatro kilómetros y 800 metros de desnivel, con tramos en los que había casi que escalar por la roca, venciendo escalones naturales de bastante altura, superando tramos de vegetación muy espesa, y tramos de niebla densa, frío y viento; sobretodo al llegar al pico del Matagalls; claro allí, sin vegetación alrededor, con viento y mucha niebla, prácticamente acabé con las manos congeladas. Pero a quien realmente le gusta caminar, hacer rutas por la montaña y correr, cuando pasa por todos estos contratiempos, la satisfacción de haber conseguido el objetivo de coronar la cima es sensacional. El llegar hasta la cima lo conseguimos gracias a unas marcas un poco curiosas que había por el camino; la gente para hacer que otros no se pierdan han usado el método "pulgarcito", dejando montañitas de piedras por el camino, para que el resto de gente no se pierda.

Después de la dura subida, ya cualquier cosa que viniese después no era nada; por suerte a medida que íbamos bajando la congelación e insensibilidad de las manos fue desapareciendo, llevando a continuación un descenso de unos 10 kilómetros precioso, con unas vistas espectáculares, unos árboles preciosos y si además se mezcla con la niebla da la sensación de película. Vamos una pasada de recorrido. Lo malo, es que cuando estábamos comiendo a medio descenso se nos puso a llover, y el final del camino lo hicimos con una llovizna, por suerte suave; aunque eso no fue nada comparado con el sufrimiento del ascenso. También he de decir, que gracias a la buena compañía y al apoyo mutuo "vam aconsseguir fer el cim". En el siguiente enlace quien quiera puede hacer esta maravillosa ruta. http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=15125403

Claro, tanto esfuerzo pasó factura en mi cuerpo, y tanto martes como miércoles estuve que casi ni podía moverme por culpa de las agujetas; con lo que los entrenamientos de ambos días no los pude hacer, y aquí fue donde cometí un pequeño error. Al haber estado dos días sin salir a correr, aproveché el jueves para también descansar (que era así como lo marcaba el plan de entrenamiento), cuando realmente tenía que haber hecho dos días de entrenamiento. Pero decidí esperarme al viernes y hacer los entrenamientos tal y como me había propuesto en mi plan de entrenamiento; haciendo 11 kilómetros el viernes, 10 kilómetros el sábado y 19 kilómetros hoy domingo. Los entrenamientos de viernes y sábado los hice a la perfección, pero hoy ya me ha pasado todo factura y a los 12 kilómetros he tenido que parar el entrenamiento porque ya no podía más. Si hubiese hecho jueves y viernes el entrenamiento, descansando el sábado, estoy seguro que hoy habría podido cumplir con creces el entrenamiento; pero ha sido mucho tute para mi cuerpo esta semana, así que espero que la semana entrante vaya mejor y no haga "variaciones" de entrenamientos, llevando a cabo los descansos pertinentes y disfrutándolo al máximo, que es lo que toca. Con lo que la semana que viene ya explicaré si todo ha vuelto a la normalidad, que la media se me echa encima y la quiero disfrutar, que sé que lo haré.


Saludos y a dejarse llevar por las piernas.

martes, 4 de octubre de 2016

Cambio de planes. Vamos a por la media maratón.

Hacía muchos días que no escribía y que todo esto lo estaba dejando estar abandonado. Podría ser; a veces cuando la mente no responde como es debido las piernas tampoco tiran y se entra en un bucle vicioso del que es muy difícil salir, porque una cosa lleva a la otra, y cuando llegan los días clave de entrenamiento el cuerpo no responde.

Todo esto es lo que me ha pasado durante todas estas semanas. Desde que me marché de vacaciones el subconsciente me empezó a hacer malas jugadas, también se juntó con días de muchísimo calor; saliese a la hora que saliese pasaba calor, y en la cama se estaba muy bien. Claro, ¿qué pasa? Pues pasa lo que tiene que pasar, que uno no tiene la cabeza bien amueblada por su situación, comienza la perrería, y como he dicho antes una cosa lleva a la otra y los días de tiradas largas se van dejando estar, además de entrar en una fase como de frustración al ver que no se ha salido a entrenar, que entre semana sí que se va haciendo el entrenamiento más o menos, pero no he tenido narices de pasar de los 24 kilómetros. Me he quedado estancado en esa famosa barrera psicológica de no poder llegar ningún solo día a los 30 kilómetros, y eso afecta bastante. Es por este motivo por el que he dicho que el buen estado mental es fundamental, y lo acabo de vivir en mis propias carnes.

¿Se puede considerar fracaso el no llegar a tiempo ni física ni mentalmente a una maratón? Yo no lo considero así habiendo pasado todo lo que he pasado que no me ha dejado centrarme como me tenía que centrar. Una retirada a tiempo nunca es fracaso, ya que uno conoce sus propios límites; y si hay una cosa bien clara es que yo corro para disfrutar; y si en una maratón uno no está preparado ni física, ni mentalmente, entonces el disfrutar se va al carajo. Otra persona se hubiese arriesgado a correr la maratón, pero yo me puse tiempo límite ayer; y si no conseguía hacer los 32 kilómetros desistía de la maratón. Y así fue, a los 17 o 18 kilómetros viendo que no iba a llegar ni de coña al objetivo requerido decidí parar y ponerme en contacto con la organización de la maratón de las vías verdes. Y por suerte han sido considerables y me han dejado cambiarme a la media maratón, que esta distancia sí que estoy seguro al 100% que la acabaré, y además lo podré disfrutar. Porque para sufrir ya está la vida llena de obstáculos. Por eso prefiero haber hecho este cambio, pasármelo bien, disfrutar del paisaje, que no verme que llego al kilómetro 25 y no puedo seguir más, comenzando a sufrir y acabar arrastrándome. Lo siento pero eso no va conmigo. Yo siempre he dicho que esto de correr para mi es un hobby y que lo hago para pasármelo bien, tarde lo que tenga que tardar. Esta vez no he podido ponerme a punto, pues no pasa nada, ya habrá otras oportunidades y otras ciudades. Además, bastante bien estoy llevando toda la situación que me rodea, así es normal no poderme centrar en las tiradas largas.


Una vez confirmado el cambio de distancia, hoy me he levantado ya con el chip totalmente cambiado, y con la mentalidad positiva. Lo que no era normal es todo lo que me estaba pasando, que hasta ni escribía en el blog. Por eso he pegado un golpe en la mesa, he cambiado la mentalidad y también he cambiado la distancia. No es lo que me hubiese gustado, pero es lo que hay. Que uno se pueda reconocer sus propias limitaciones es un logro. Además, si no me hubiese preparado como es debido no sé ni que me hubiese pasado a media carrera. Y con la salud no se juega. Así que ahora vuelvo a estar contento y motivado, porque veo la salida del túnel y que me voy a Tortosa a correr una media maratón distinta y cono poca gente, vamos, lo que a mi me gusta correr sin aglomeraciones ni amontonamientos, ni liebres que te echan literalmente como vayas más despacio que ellas, ya que hay gente que no es capaz de seguir su propio ritmo. Yo ya he hablado muchas veces de lo que opino de las liebres.

Con el cambio hecho el recorrido de la media maratón cambia bastante en comparación a si hubiese hecho la maratón, ya que la maratón comienza en el pueblo de Bot y hasta la mitad del recorrido más o menos va siendo bajada y se pasa por una zona de muchos túneles. Claro, todo eso al hacer la media maratón me lo pierdo, ya que la media empieza en Benifallet, y prácticamente todo el recorrido va pegado al río Ebro (sólo espero que no haya concentración de esas mosquillas incordiantes que van en plagas, que suelen estar pegadas al río). Además también se puede decir que el recorrido es totalmente llano, con lo que si se quiere hacer marca personal es ideal. Aunque yo esta vez no voy a buscar marca, sólo con acabar y acabarla bien me conformo, ya que me dará un subidón de moral poder volver a acabar una cursa, que desde abril no corro ninguna. Y si bajo marca pues mejor que mejor, y si no habré disfrutado. Yo voy a pasármelo bien, y a disfrutar de un fin de semana por Tortosa.
De aquí a que sea el día de la competición seguiré escribiendo una vez por semana explicando como van las sensaciones del mi nuevo renacer, soy como el ave Fénix, jeje. Por suerte, durante todo este tiempo de pasotismo y desidia no he dejado de salir a correr. Sí hacía como mucho 15 kilómetros, pero para mi preparación ya me vale. Que en lugar de salir los cinco días a la semana, solo salía tres o cuatro. Eso también me ha ayudado a no perder la forma y a tener un mínimo de esperanza. Ya que ha habido días en los que me veía a punto de dejarlo estar. Por suerte tuve la idea de poder preguntar si existía la posibilidad del cambio de distancia y así es. Con lo que la semana que viene ya volveré a estar por aquí explicando mis batallitas, y sobretodo con las ideas claras y animado, que es lo que más importa.


Saludos y a dejarse llevar por las piernas.

martes, 2 de agosto de 2016

Semana 7. Semana rara

Esta séptima semana de entrenamiento se puede decir que ha sido bastante rara en cuanto a los días de entrenamiento se refiere, ha sido una semana de ocho días, pero en cambio sólo han sido cuatro días los que he salido a correr, con lo que se puede considerar una semana rara. Rara también en lo personal, que no me ha hecho tener la cabeza al 100% para entrenar, y cuando la cabeza no anda muy fina es difícil que las piernas funcionen a tope en los días de tiradas largas. Tanto cambio y tanta cosa para arriba y para abajo pues como que me notaba más cansado mentalmente. Y el fin de semana entre un improvisto, la falta de motivación y las circunstancias, pues como que me han impedido salir a correr, y tener que esperar al lunes para hacer la tirada de los 24 kilómetros; porqué lo que no iba a hacer era saltarme otra tirada de las largas; la cosa ya se está poniendo seria y hay que esforzarse. Pues por todas estas circunstancias, situaciones personales, estado mental, calor... considero que ha sido una semana más bien rara.

Para comenzar el lunes por la mañana no había quien me sacase de la cama, y sabiendo que me tocaban series de 1500 metros (las peores), pues como que más pereza me entraba de tener que salir de la cama; así que como el día es muy largo decidí hacer las temidas series por la tarde, a ver si por esas horas estaba más animado para hacerlas; por suerte me animé a hacer las dichositas series, pero como ya he dicho por activa y por pasiva odio hacer las series, y más aún si son las de 1500 metros, que como era de esperar me dejaron agotadísimo. Y como sigo diciendo, aguanto mejor una tirada larga, que voy tranquilito y a mi ritmo, que no tener que ir apretando, sabiéndose dosificar para cumplir la distancia requerida. Eso sí, no me gusta nada, pero cuando acabo de hacer las series la satisfacción que me entra.

El martes me lo voy a saltar, porque fue un día normal y corriente, aunque volví a salir a correr por la tarde. Porqué en un principio la entrada de esta semana se tendría que haber llamado "Saliendo a correr por la tarde", pero tal y como ha transcurrido la semana he preferido ponerle el actual título, porque realmente sólo salí a correr por la tarde lunes y martes, ya que el miércoles me lo salté, pensando en salir a correr el jueves (otro motivo más para decir que ha sido una semana rara); es que el miércoles no es que estuviese muy animado para salir a correr, así que lo dejé estar para el jueves, que sí que lo cogí con más ganas (pero no muchas más), tenía demasiadas cosas en la cabeza que me impedían estar como a mi me gustaría estar. Claro, este estado de ánimo se trasladó al viernes también, que nada más despertarme ya me di cuenta que era mejor no salir a correr, y siendo solamente 5 kilómetros lo que tenía que correr lo dejé estar y así inentar relajar la mente en toda la medida de lo posible y estar a tope para el sábado.

¿El sábado? Eso sí que fue una situación rara, mi idea era despertarme temprano para hacer la tirada de los 24 kilómetros, pero comenzaba a dudar donde irme a correr, si a la carretera de les Aigües, o bien irme hacia el delta del Llobregat; pero no sé lo que me pasa en esta preparación que no me apetece nada ir hacia el delta del Llobregat, no sé si es que no quiero hacer la primera zona ni en pintura o que sé yo, pero no me animo; así que mi intención era irme a la carretera de les Aigües, y a las 6:30-6:45 ya estaba vestido y prácticamente preparado para irme a correr; pero un improvisto hizo que me diesen prácticamente las 7:30 en casa. Claro, eso ya me chafó un poco y que también luego tenía otros compromisos, tendría que correr mucho (y no en el sentido de correr del running, sino en sentido de correr para estar listo jeje). Así que el sábado lo dejé estar, pero claro, el domingo tampoco podía salir a correr porque tenía otros compromisos; y lo que yo no quería era perder un día de tirada larga. Con lo que sin correr sábado y domingo, y el lunes teniendo ya 100% de disponibilidad decidí irme el lunes a la carretera de les Aigües.

Lunes, 7:30 de la mañana, y aún estaba por casa; suerte que me llené de valor, y tiré de fuerza de voluntad y me fui hacia la carretera de les Aigües, y ahora no me arrepiento de nada, porque lo agradezco muchísimo el haber ido allí a correr; porque primero de todo la temperatura acompañaba, y segundo porque veo que voy aguantando los días de tiradas largas, que es lo que más importa; aunque lo digo ahora, luego en un futuro, no sé si lo cumpliré, pero creo que no voy a correr ninguna maratón más que sea por Octubre o Noviembre; es muy duro tener que correr en pleno verano, porque con esta preparación me voy a comer los tres meses de verano, y además en una zona como es Barcelona, que el bochorno es insoportable. Luego me pasará lo de siempre, veré una maratón que me llame la atención y ni me fijaré en la fecha y pasará lo que pasará, como si no me conociese. Porque mi primera intención era hacer la maratón de Valencia, pero después de correr la media de Sitges, me dieron la propaganda de esta maratón y correr por una vía verde tiene muchísimo más encanto que correr por medio de una ciudad.

De ayer, puedo decir que disfruté muchísimo, además como la carretera de les Aigües son 9 kilómetros de ida y otros 9 kilómetros de vuelta, hacían un total de 18 kilómetros; con lo que faltaban 6 Km. para hacer los 24. Así que cada 1500 metros retrocedía 500 metros y los volvía a hacer hasta ganar esos 6 kilómetros que me faltaban; porque lo que no me apetecía era hacer los 18 kilómetros, luego volver a hacer 3 kilómetros y volver para atrás y más teniendo que hacer el primer kilómetro de la carretera de les Aigües que es durísimo. Pero en fin, lo conseguí y el buen cuerpo que se me quedó es de las mejores experiencias que puede tener un runner al finalizar una tirada larga de entrenamiento. Y para acabarlo de rematar, la jornada finalizó con una piscinita en casa de mis primos.

Esta semana entrante ya va a ser bastante distinta, para comenzar que ayer perteneció a la anterior semana, y el resto ya lo contaré en la próxima entrada.

  

Saludos y a dejarse llevar por las piernas.