Sé que hace unos días que tendría que haber escrito, tal y como dije la semana pasada. Pero entre una cosa y otra no he tenido tiempo a pararme un ratillo a escribir la entrada correspondiente; y para colmo se me junta con la entrada de la Cursa Nocturna de Hospitalet. Pero bueno iremos por partes, ordenadamente y con la calma, que las prisas no son buenas, claro, siempre y cuando no tenga una cursa que entonces sí que hay que correr, je je.
Poco antes de comenzar el entrenamiento de los 140 días hice una visita al Momasterio deMontserrat. Y estando por allí decidí hacer una promesa. Si conseguía acabar la maratón subiría desde Monistrol de Montserrat al monasterio peregrinando; y del monasterio a la Santa Cova (donde dicen que se encontró la imagen de la Virgen de Montserrat) y allí dejar como ofrenda la camiseta de la maratón con el dorsal.
He de decir que en Catalunya es bastante habitual la peregrinación al monasterio de Montserrat, bien desde la localidad de Monistrol de Montserrat, o bien desde la locqlidad de Collbató. También de vez en cuando se organizan caminatas desde Hospitalet hasta Montserrat. Esa ruta la tengo pendiente de hacer alguna vez.
Volviendo otra vez a mi peregrinación particular, me hubiese gustado haberla hecho corriendo, pero resulta ser casi imposible hacer la peregrinación corriendo. El primer motivo era la dificultad del recorrido; senderos estrechos, algunos tramos con bastante vegetación, otras zonas en las que había que utilizar las manos. El segundo motivo y el principal era el gran desnivel del recorrido. En 7 kilómetros de trazado creo que eran 600 metros de desnivel. Así que decidí hacer la ruta caminando pero a un paso ligero tirándo a rápido.
Nada mas alejarme de la localidad de Monistrol de Montserrat y comenzar con el duro ascenso todos los males se van rápidamente al observar las preciosas vistas que ofrece esta zona. Lo malo de la primera parte del recorrido era la escasa vegetación alta. Hay mucha vegetación pero tipo arbusto, con lo que no estaba muy tapado del sol. Así que como iba que parecía una cebolla no tardé mucho en hacer una pausa para empezar a quitarme capas de ropa.
A medida que iba subiendo y acercándome a la mitad del recorrido, por donde se encuentra el monasterio de Sant Benet el recorrido se iba complicando bastante hasta el punto de que en un tramo hay un alambre incrustado en la roca para ayudarse a subir.
Después del monasterio de Sant Benet el recorrido cambia totalmente. Se cruza la carretera y parece que se entra en otro mundo. La dificultad baja bastante, también el desnivel es menor, ya no hay zonas en la que hay que ayudarse de las manos; y lo mejor de todo que tal el sol que hacía la semana pasada, es que se entra en una zona de pinos hasta que se llega a la carretera que va al Bruc.
A partir de aquí el camino ya se suaviza mucho y podía haberme puesto a correr pero no me apetecía. Estaba disfrutando mucho del recorrido, las vistas; y cada dos por tres paraba a hacer fotos.
Después de ir junto a la carretera más o menos durante 1 kilómetro ya se afronta la última parte del recorrido. Unas escaleras y un pequeño caminito que da acceso al Via Crucis que lleva directamente a Montserrat. Después de tanta subida y tanto camino estrecho se agradece mucho llegar a un camino ancho, con sombra y prácticamente llano.
Y ya por fin, más o menos después de una hora y cuarto de haber arrancado llegaba al monasterio de Montserrat. Ahora ya sólo me quedaba ir a la Santa Cova a dejar la camiseta y ya tendría la promesa cumplida. Aunque no lo haría del tirón, ya que cuando llegué al monasterio era prácticamente la hora de comer y también mi mujer me estaba esperando por allí.
Así que después de comer hice el camino hacia la Santa Cova. Unos 2 kilómetros y poco en los que exceptuando los últimos 500 metros va picando la bajada. Eso sí ese camino me tocaría hacerlo a la vuelta. Aunque si ya había conseguir subir hasta Montserrat, la vuelta de la Santa Cova no supondría ninguna dificultad.
Con lo que llegué a la Santa Cova, hice mi ofrenda, puse una vela y di las gracias por todo. Y una vez hecho todo esto vuelta al monasterio y de allí para casa.
Esta vez la vuelta desde el monasterio la hice en el Cremallera, ya que como iba con mi mujer, y también iba algo cansado no me apetecía meterme de nuevo por esos caminos. Total, yo solo prometí subir y no bajar.
Mi próxima entrada va a ser muy seguida a esta, ya que tengo pendiente hacer el resumen de la Cursa Nocturna de Hospitalet, del que sólo daré un brevísimo resumen:
Acabé rebentado y lo bordé.
Así que con estos dos conceptos, los seguidores de este blog (aunque muchos de los lectores ya sabréis como me fue).
Saludos y a dejarse llevar por las piernas.
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