jueves, 14 de julio de 2016

Semana 4. El sábado no hubo entrenamiento

Hay muchos motivos por los que un día no se salga a hacer un entrenamiento, bien porque se haya cenado demasiado y aún se esté empachado; bien porque no hay muchas ganas de salir a correr; uno se puede quedar a medio entrenamiento, o nada más comenzar ver que no se va a aguantar. Pero hasta ahora no me había pasado lo que me pasó el sábado pasado a la hora de ponerme a correr. He de decir que se juntaron varios factores. Primero, que el viernes me fui a la cama bastante tarde; claro, eso no es excusa, ya que cuando me despertase me pondría a correr. Pero claro al despertarme a las 8 de la mañana hacía un calor y un bochorno tremendo... y claro entre una cosa y otra pasé de salir a correr los 16 kilómetros que me tocaban; aunque tampoco me alarmé porque como esto ya no me coge de nuevo, y por un día que me salte al principio tampoco va a pasar nada. Eso sí, no me puedo ir columpiando todos los sábados porque sino no sé cómo podré coger el fondo necesario.

De esta cuarta semana de entrenamiento tampoco es que tenga mucha cosa que contar, a parte del bochorno que hace ya de buena mañana. Es salir a correr a partir de las 8 de la mañana y ya se nota que el sol calienta de lo lindo; pero no es por el calor en sí, sino que más bien es por ese bochorno insoportable, que a los cinco minutos de estar corriendo ya tengo la camiseta empapada; y cuando acabo de correr y me la quito pesa bastante de lo empapada que la dejo. También será cuestión de salir a correr con la mochilita-cantimplora y llenármela de bebida isotónica.

La semana empezaba con los temidos cambios de ritmo, con lo que a mi me gustan. Me encanta eso de ir a un ritmo, acelerar y luego volver a coger el ritmo, no cansa para nada y se hace a las mil maravillas. Evidentemente estoy hablando en un tono hirónico. Ya he dicho por activa y por pasiva que odio hacer series y los cambios de ritmo, que yo soy un Carlos Sastre del running, voy a mi ritmo y cuando llegue pues llegue. El único motivo por el que hago las series y los cambios de ritmo es porque así me lo dice el plan de entrenamiento; y luego para ir cogiendo fondo va muy bien. Pero si tuviese que hacerlo por gusto ya me han visto a mi. Es más, cuando entreno por libre (vamos cuando no tengo nada importante a la vista) ni de coña me voy a poner a hacer cambios de ritmo o series.

A lo que iba, el pasado lunes comencé con los cambios de ritmo; y como me desperté tarde y perreé bastante en la cama, hasta las nueve de la mañana no salí a correr. Evidentemente el bochornazo que hacía era pequeño, pero aún así rendí y pude hacer mis 7 kilómetros con sus respectivos cambios de ritmo; me costó un poco acabar, pero lo conseguí. Eso sí, mientras estaba haciendo los estiramientos de recuperación seguía sudando la gota gorda y notaba que pesaba como diez kilos más de lo que había empapado la ropa, siendo la camiseta técnica, que si llega a ser una camiseta de las normales ni quiero contar lo que podría llegar a pesar.

El resto de semana transcurrió como van transcurriendo las semanas normalmente, que lo más curioso es como trabaja la mente dependiendo de la distancia que tenga que recorrer. Si por una de esas he de correr 5 kilómetros, cuando los hago, que nadie me pida más porque no hay manera de seguir. En cambio, cuando tengo que hacer las tiradas largas, el chip me cambia totalmente y resisto la tirada entera; de ahí a que no me preocupe por no haber salido a correr el sábado. Primero porque aún es poca distancia, y segundo porque por un sábado que me salte no va a pasar nada. En la primera preparación creo que fueron los 29 kilómetros los que no hice; y en la preparación para la maratón donostiarra, hubo alguna que otra tirada que me quedé a medias y aún así conseguí acabar la maratón y bajando marca. Pues por eso voy la mar de tranquilo.

He de decir que esta preparación me la estoy tomando con otra mentalidad. Sí, me voy levantando por las mañanas, hago mi entrenamiento y listo. Por eso, suerte que ahora sólo me ha dado por escribir una vez por semana, porque sino ni sabría que escribir. También tiene mucho que ver la situación personal por la que estoy pasando (que no viene a cuento contarlo). Pero a lo que voy diciendo siempre, que la mentalidad juega muchísimo en la preparación de una maratón.

En fin, la semana que viene seguiré comentando mis aventuras.


Saludos y a dejarse llevar por las piernas.

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