Segundo objetivo cumplido y muy satisfactoriamente. Creía que me iba a costar más por la falta de preparación; sabía perfectamente que no iba a bajar la marca del año pasado de 1:47:33, con lo que mi objetivo era intentar no pasar de las dos horas y disfrutar al máximo; pero como me pasa casi siempre, que cuando voy con esa filosofía y me tomo la primera mitad con calma, luego comienzo a apretar y hago una segunda mitad bastante buena. A veces, más vale ir con esa mentalidad; que es lo que más efecto me está surgiendo, comenzar con la carrera con la calma, verlas venir y si luego me encuentro bien a tirar, y si no, pues a disfrutar al máximo; que para eso corro, para disfrutar, despejarme, olvidar mis preocupaciones y problemas, que bastantes problemas hay en la vida y para un momento de disfrute hay que aprovecharlo.
Así como el sábado decía que me faltaba esa motivación y que iba tan tranquilo, pues el domingo después de casi dormirme (porque con lo bien que estaba en la cama me tuvo que sonar el despertador jeje) y estar subido en el tren camino a Sitges me empezó a entrar esa cosilla que tanto echaba de menos; porque podré correr todas las cursas que sean, da igual la distancia a recorrer, pero cada vez que paso por el arco de salida me entra un no sé qué en el cuerpo. Habrá gente que no lo entienda, pero un runner lo entiende a la perfección. Y ya digo que no tiene nada que ver el estar entrenando, que el correr una cursa; porque estar rodeado de gente, el público (que aunque sea poco, pero si anima ya motiva), el ambiente y demás hace vivir la cursa; y más aún si uno va a disfrutar y no se obsesiona. Supongo que después de haber corrido tantas cursas uno empieza a disfrutarlas; porque las primeras cursas que uno corre, al menos siempre desde mi punto de vista (es mi opinión personal y cada uno opina de maneras distintas), se las toma muy a pecho, hacerlas bien, llevar un buen ritmo, ir mirando a cada kilómetro el ritmo. Pero cuando ya se llevan unas cuantas ya se va de otra manera, disfrutar, pasárselo bien, y como he dicho antes empezar suave y si luego se puede tirar pues mejor que mejor. Por eso como decía en la anterior entrada prefiero las medias antes que una cursa de 10 kilómetros; porque la de 10 Km. me la tomo demasiado en serio y no la disfruto tanto como me gustaría.
Todas estas sensaciones que tenía en el tren desaparecieron enseguida nada más bajarme del tren; porque en el tren iba calentito y a gusto; y fue bajarme y encontrarme con 10 grados de temperatura y en la costa (que con la humedad la sensación de frío es mayor). Y eso que iba con la sudadera, porque en cuanto dejé la ropa en el guardarropa y me quedé únicamente con la camiseta de la cursa (esta vez no llevaba camiseta térmica debajo, pero al menos era de manga larga), fue cuando pasé más frío. Así que después de ver llegar al primero del cuarto de maratón (antes de la media se hizo el cuarto), decidí ponerme a calentar para ver si así conseguía entrar un poco en calor, que por suerte lo conseguí; aunque eso sí, con toda la calma del mundo, ya que hasta cinco minutos antes del pistoletazo de salida, no me coloqué en mi correspondiente puesto para afrontar los 21,097 kilómetros.
Y ya, por fin se dio el pistoletazo de salida a una media maratón que hacía fuera de la ciudad de Barcelona y en la que sólo corrían 3000 personas, y a mi parecer muchísimo mejor que la cita barcelonesa; la vi más familiar, más acogedora y no tan espectacular como la de Barcelona a la que van atletas de medio mundo. Además para disfrutar la carrera es más bonito correr por una ciudad como es Sitges, que por el asfalto de Barcelona. Pues lo que iba diciendo, al pasar por el arco de salida los pelos se me pusieron de punta, y era hora de tomar contacto con la cursa, escoger un ritmo cómodo y adecuado para pasármelo en grande. La verdad que estaba ilusionado, me estaba divirtiendo y durante los primeros kilómetros empecé a tener muy buenas sensaciones. Los mocos y el catarro ya formaban parte del pasado, no me costaba respirar, y la garganta la tenía despejada; así que veía que lo pasaría bien; además correr justo por al lado de la playa o por una calle con pinos a ambos lados es algo precioso. He de decir que cuando se pasa por debajo de las vías del tren, se coge un tramo de carretera, o la zona del campo de golf se hizo un poco más aburrida; es más la zona del campo de golf me recordó mucho a la zona industrial de la maratón donostiarra. Y fue allí al final, donde se tenía que dar la vuelta (kilómetro 6,200) donde estaba la primera de las moquetas de control de tiempo, con lo que ese primer tramo pasé a 34:47 llevando un ritmo de 5:36 el kilómetro.
A partir de ese punto, tocaba volver al centro de Sitges, acabar la primera vuelta y comenzar la segunda vuelta. La suerte de este tramo, que quitando el paso por encima de la vía del tren va picando un poco la bajada y uno se puede dejar llevar para irse relajando; aunque también hay que ir con cuidado en las bajadas, no conviene envalarse mucho, porque aunque parezca mentira también cansa. Y más a la que se entra en la zona del casco viejo donde las calles son estrechas y la bajada comienza a ser más pronunciada. Ese trozo me encantó, porque tenía su encanto; alguna gente que estaba por allí de paso se quedaban un poco alucinados al ver a un montón de locos corriendo por las calles de la zona antigua de Sitges. Eso sí, había un punto en el que había que irse con muchísimo cuidado. La bajada era bastante fuerte y ya se estaba a punto de llegar a la zona de la catedral, cuando por suerte había un par de voluntarios que estaban diciendo que había un giro brusco a la derecha y donde la bajada era aún más pronunciada (desde aquí quiero dar las gracias a todos los voluntarios por el gran trabajo realizado). Una vez ya en el paseo marítimo quedaba nada y menos para finalizar la primera vuelta. Yo iba disfrutando de lo lindo, las piernas me estaban respondiendo perfectamente y podía afrontar con muchas garantías la segunda vuelta. El paso por el Km. 10 lo hice a 54:48 y llevando este segundo tramo un ritmo de 5:16 el kilómetro. Eso quería decir que el ganador de la prueba no consiguió doblarme.
Después de pasar por el Km. 11 más o menos sobre la hora exacta, y ver que me encontraba en perfecto estado decidí que iba siendo hora de ponerse un poco más serio. Sí, hace un rato había dicho que iba a disfrutar, pero si me encuentro bien y estoy disfrutando, el poder apretar y ver como voy pasando a la gente me hace disfrutar más aún. También hay que tener que hasta llegar al kilómetro 16,800 (en la primera vuelta el 6,200), aunque no me diese cuenta iba picando la subida, aún así conseguí llevar un ritmo de 5:19 el kilómetro y pasando por dicho punto a 1:31:03. Y a partir de ahí, ver que sólo me quedaba bajada, y que no paraba de pasar a gente, y que nadie me pasase, hizo que me creciese más aún, me lo estaba pasando en grande, vamos casi mejor que el día de Reyes en el momento de abrir los regalos. Claro al llegar a la zona del casco viejo y con más bajada aún, ya decidí envalarme; estaba en los últimos 1500 metros y en estos momentos es cuando esas series que tanto odio dan su resultado, haciendo mi paso por el Km. 20,594 a 1:48:49, bajando ya de los 5 minutos el kilómetro, 4:41 minutos el kilómetro. Ya sólo me faltaba afrontar los últimos 500 metros; ahí ya lo di todo, apretando más aún. Estaba disfrutando tanto y pasándomelo tan bien (aunque también el cansancio empezaba a hacer un poco de mella) que en la recta final me desmelené del todo (hablando en sentido figurado, ya que en sentido literal es imposible jeje) y me puse a esprintar con todo lo que me quedaba consiguiendo parar el crono en 1:50:59 y haciendo estos últimos 500 metros a un ritmo de 4:16 el kilómetro.
No es que fuese mi mejor media maratón de las cuatro que he hecho hasta el momento, pero estoy totalmente satisfecho, ya que lo importante es que he disfrutado y me lo he pasado en grande, y más aún, casi sin preparación (desde que acabé la maratón de San Sebastián no le pude dedicar todo el tiempo que me hubiese gustado por cansancio, resfriado, falta de ganas...). Es más cuando estaba acabando me decía a mi mismo que esta distancia me encantaba. Es que para mí, es la distancia perfecta, porque se disfruta y no requiere tanta preparación y mentalidad como una maratón. A ver, que acabar una maratón es lo más, es un momento único, pero requiere mucha dedicación y durante esa preparación siempre hay algún momento de bajón y no es que se pase demasiado bien. Y sobretodo hay que tener la cabeza muy bien puesta. En cambio la media maratón, no se hace tan corta como una de 10 Km., se disfruta mucho más y no me exijo tanto.
Ahora, la próxima cursa el domingo que viene, de 10 kilómetros. No quiero hacerme planteamientos de como la afrontaré y todo eso. Ya como venga vendrá. Lo que tengo que hacer es disfrutar y pasármelo bien. Así que en cuanto tenga el dorsal en mi poder ya veré como me encuentro y ya contaré.
Saludos y a dejarse llevar por las piernas.
Así como el sábado decía que me faltaba esa motivación y que iba tan tranquilo, pues el domingo después de casi dormirme (porque con lo bien que estaba en la cama me tuvo que sonar el despertador jeje) y estar subido en el tren camino a Sitges me empezó a entrar esa cosilla que tanto echaba de menos; porque podré correr todas las cursas que sean, da igual la distancia a recorrer, pero cada vez que paso por el arco de salida me entra un no sé qué en el cuerpo. Habrá gente que no lo entienda, pero un runner lo entiende a la perfección. Y ya digo que no tiene nada que ver el estar entrenando, que el correr una cursa; porque estar rodeado de gente, el público (que aunque sea poco, pero si anima ya motiva), el ambiente y demás hace vivir la cursa; y más aún si uno va a disfrutar y no se obsesiona. Supongo que después de haber corrido tantas cursas uno empieza a disfrutarlas; porque las primeras cursas que uno corre, al menos siempre desde mi punto de vista (es mi opinión personal y cada uno opina de maneras distintas), se las toma muy a pecho, hacerlas bien, llevar un buen ritmo, ir mirando a cada kilómetro el ritmo. Pero cuando ya se llevan unas cuantas ya se va de otra manera, disfrutar, pasárselo bien, y como he dicho antes empezar suave y si luego se puede tirar pues mejor que mejor. Por eso como decía en la anterior entrada prefiero las medias antes que una cursa de 10 kilómetros; porque la de 10 Km. me la tomo demasiado en serio y no la disfruto tanto como me gustaría.

No es que fuese mi mejor media maratón de las cuatro que he hecho hasta el momento, pero estoy totalmente satisfecho, ya que lo importante es que he disfrutado y me lo he pasado en grande, y más aún, casi sin preparación (desde que acabé la maratón de San Sebastián no le pude dedicar todo el tiempo que me hubiese gustado por cansancio, resfriado, falta de ganas...). Es más cuando estaba acabando me decía a mi mismo que esta distancia me encantaba. Es que para mí, es la distancia perfecta, porque se disfruta y no requiere tanta preparación y mentalidad como una maratón. A ver, que acabar una maratón es lo más, es un momento único, pero requiere mucha dedicación y durante esa preparación siempre hay algún momento de bajón y no es que se pase demasiado bien. Y sobretodo hay que tener la cabeza muy bien puesta. En cambio la media maratón, no se hace tan corta como una de 10 Km., se disfruta mucho más y no me exijo tanto.
Ahora, la próxima cursa el domingo que viene, de 10 kilómetros. No quiero hacerme planteamientos de como la afrontaré y todo eso. Ya como venga vendrá. Lo que tengo que hacer es disfrutar y pasármelo bien. Así que en cuanto tenga el dorsal en mi poder ya veré como me encuentro y ya contaré.
Saludos y a dejarse llevar por las piernas.
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