viernes, 28 de octubre de 2016

Alea jacta est

Alea jacta est, o lo que es lo mismo, la suerte está echada. Se acabaron los entrenamientos antes de la media maratón, y lo que tenga que ser pues será. Ya no hay marcha atrás, ya no me puedo arrepentir, y que ni se me ocurra. Ahora sólo me queda pensar en el domingo y disfrutar la carrera al máximo, como en mis mejores momentos. Sé que no es lo que yo quería, pero las circunstancias así han querido que fuese; quien me lo iba a decir (ayer lo comentaba con un amigo), que yo pensaba que desde agosto con todo el tiempo del mundo me podría preparar a tope una maratón, que podría a salir a entrenar cuando quisiese, que si una cosa o la otra. Pero nada de esto ocurrió, mi cabeza no estaba centrada, y como dije en alguna entrada anterior no había manera de pasar los 25 kilómetros.

Es curioso, pero la mente las malas jugadas que llega a pasar, y si la de arriba no responde como es debido, las piernas no tienen narices de tirar los 42 kilómetros. Por suete me he podido cambiar de distancia y ahora sí que disfrutaré la cursa sin ir arrastrándome por los suelos y esperando que el coche escoba venga a recogerme; al menos eso espero, je je, porque la semana pasada no salí a entrenar ni un solo día, y esta, en cambio sólo me he saltado un día.

Claro, la semana pasada no salí a entrenar ni un solo día, porque como casi todo el mundo yo también me resfrié y estuve tres días bastante fastidiado, y luego cuando ya me encontraba mejor, aún me quedaban mocos en el cuerpo y no tenía ganas de salir a correr en este estado; en la pasada cursa dels nassos ya lo hice y lo pasé un poquillo mal. También como confío en mi cuerpo (demasiada confianza le estoy dando) sé que acabaré sin problemas la media maratón, es ya mi quinta media y sé como planteármela, cuando pueden venir posibles bajones, dosificarme y demás.

Con esta media maratón, esta vez no voy buscando ninguna marca, voy a ir a pasármelo bien, y si tardo más de dos horas pues voy a sentirme igual de satisfecho. Las circunstancias que he vivido me hacen plantearme la cursa del domingo de otra manera. Voy a ir a correr por una vía verde, vamos en plena naturaleza, respirando aire puro; ¿y por eso voy a ir a hacer marca y a sufrir? No, bastante he sufrido ya desde el verano viendo que no llegaba a los entrenamientos, no saliendo a correr cuando me tocaba, pasando mucho calor, y comiéndome mucho la cabeza por cosas que me han afectado a los entrenamientos. Maratones ya habrá otra ocasión para hacerlas y que mi mente esté bien. Así que el domingo voy a ir a pasármelo bien, a disfrutar de la naturaleza, a correr por una vía verde, y encima con poca gente, lo que a mi me gusta ¿qué más puedo pedir? Con estos alicientes como para no disfrutar de una bonita carrera, y si tardo más o menos, que más da.

Hasta hacía no mucho aún no es que viviese mucho el momento, pero ahora que ya está aquí y esta mañana he recibido el mail con las instrucciones, recorrido y todo lo referente a la cursa pues estoy muy ilusionado y animado. Bueno, realmente llevo así toda la semana ya. Hace ya unos cuantos meses que no participo en ninguna cursa y ya hay ganas de engancharme un dorsal en el pecho, ir a recoger una camiseta, y lo mejor de todo, que a parte de correr también voy a ir a disfrutar de un fin de semana a la ciudad tarraconense de Tortosa. Por eso, ¿voy a frustrarme con un fin de semana perfecto? Como si en lugar de media maratón es una carrera de 100 metros lisos. Ya habrá otra ocasión para correr una maratón, si no es en las vías verdes de Tarragona, será en las vías verdes de Girona, o sino repito Barcelona, o me voy a Valencia, Ibiza o Sevilla. Pero eso sí, cuando lo haga, que tenga la cabeza bien centrada.

Saludos y a dejarse llevar por las piernas.


domingo, 16 de octubre de 2016

Variando el entrenamiento

Ya va quedando menos para la media maratón de las vías verdes, y ahí voy poniéndome poco a poco en forma y con ganas de afrontar este nuevo reto; no es la maratón, pero lo disfrutaré casi o incluso más que la propia maratón, ya que para esta cursa sí que me veo preparado. Las circunstancias no han querido que corriese la maratón, pero bueno, el mundo no se acaba por no correr una maratón; hay que tener la cabeza muy buen amueblada, y lo que yo creía que me ayudaría a centrarme y a prepararme bien me ha pasado factura y no me ha ayudado a centrarme. Y lo que siempre he dicho en montones de entradas de este blog, para correr una maratón no sólo hace falta tener buenas piernas, sino que la cabeza hay que tenerla muy centrada, y hay que saber concentrarse para poder afrontar los 42,195 Km. y yo, pues como que no estaba para ese reto, esta vez no, así que afrontaré la mitad del recorrido y podré afrontar la distancia disfrutando al máximo.

Sé que tenía que haber escrito una entrada la semana pasada, pero últimamente estoy bastante vago para ponerme a escribir. Lo que sí que puedo decir es que no he seguido al pie de la letra el plan de entrenamiento, ya que entre medio he hecho una ruta en bici y un ascenso al Matagalls (1697 metros sobre el nivel del mar), con un desnivel en ascenso de 800 metros. Así que voy a explicar un poco por encima cómo han ido estos "entrenamientos" variados y las consecuencias que han llevado, porque claro, uno está acostumbrado a un tipo de entrenamiento, y en cuanto lo varía haciendo otras cosas el cuerpo se resiente con las dichosas agujetas, y luego hay días en los que no se puede salir a entrenar.

La semana pasada comenzó la cosa bien, haciendo mis entrenamientos, aguantando las series con bastante dignidad. Pero el viernes de la semana pasada me dio por hacer una ruta de unos 30 kilómetros en bici con mi sobrino por el Prat, vamos haciendo la ruta que tantas veces he hecho corriendo preparándome las tiradas largas, pues esta vez lo hice en bici. Si hay una cosa que me pasa a mi con la bici, es que mil veces digo que voy a ir tranquilo, pero empiezo a pegarle a los pedales y ya no veo nada. Con lo que al día siguiente pasa lo que pasa, que intento salir a correr y a los 500 metros tengo que parar porque no hay manera que las piernas me respondan. Suerte que ya conozco muy bien mi cuerpo y que esto es una carrera de fondo, que requiere mucha preparación, y hay que conocerse bien el cuerpo, y si hay algún día que no se puede pues no se puede, porque sé de sobras que cuando llegue el día clave lo daré todo y la motivación va al 200%. Eso sí tampoco hay que dejarlo todo el rato, porque sino acabaría haciendo la cursa arrastrándome, y eso tampoco es plan.

Así que con esta variación se acabó el entrenamiento de la semana pasada y esta semana el entrenamiento comenzaría con una motivación extra, hacer una excursión al Montseny subiendo al Matagalls. Mi primo Juan Carlos me dijo que se iba a hacer una ruta por el Montseny de unos 14 kilómetros, me propuso irme con él, así que yo no me lo pensé ni dos veces, y el lunes me cogí el coche con dirección al Montseny. Siendo motivación extra un día entre semana, con lo que gente prácticamente ni habría (en toda la ruta sólo nos encontramos a una pareja en el pico, y luego en la bajada nos encontramos a dos chicas con tres perros, y ya está).

La ruta comenzaba en el hotel Sant Bernat (a unos 15 kilómetros de Sant Esteve de Palautordera), a partir de ahí comienza un duro ascenso de cuatro kilómetros y 800 metros de desnivel, con tramos en los que había casi que escalar por la roca, venciendo escalones naturales de bastante altura, superando tramos de vegetación muy espesa, y tramos de niebla densa, frío y viento; sobretodo al llegar al pico del Matagalls; claro allí, sin vegetación alrededor, con viento y mucha niebla, prácticamente acabé con las manos congeladas. Pero a quien realmente le gusta caminar, hacer rutas por la montaña y correr, cuando pasa por todos estos contratiempos, la satisfacción de haber conseguido el objetivo de coronar la cima es sensacional. El llegar hasta la cima lo conseguimos gracias a unas marcas un poco curiosas que había por el camino; la gente para hacer que otros no se pierdan han usado el método "pulgarcito", dejando montañitas de piedras por el camino, para que el resto de gente no se pierda.

Después de la dura subida, ya cualquier cosa que viniese después no era nada; por suerte a medida que íbamos bajando la congelación e insensibilidad de las manos fue desapareciendo, llevando a continuación un descenso de unos 10 kilómetros precioso, con unas vistas espectáculares, unos árboles preciosos y si además se mezcla con la niebla da la sensación de película. Vamos una pasada de recorrido. Lo malo, es que cuando estábamos comiendo a medio descenso se nos puso a llover, y el final del camino lo hicimos con una llovizna, por suerte suave; aunque eso no fue nada comparado con el sufrimiento del ascenso. También he de decir, que gracias a la buena compañía y al apoyo mutuo "vam aconsseguir fer el cim". En el siguiente enlace quien quiera puede hacer esta maravillosa ruta. http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=15125403

Claro, tanto esfuerzo pasó factura en mi cuerpo, y tanto martes como miércoles estuve que casi ni podía moverme por culpa de las agujetas; con lo que los entrenamientos de ambos días no los pude hacer, y aquí fue donde cometí un pequeño error. Al haber estado dos días sin salir a correr, aproveché el jueves para también descansar (que era así como lo marcaba el plan de entrenamiento), cuando realmente tenía que haber hecho dos días de entrenamiento. Pero decidí esperarme al viernes y hacer los entrenamientos tal y como me había propuesto en mi plan de entrenamiento; haciendo 11 kilómetros el viernes, 10 kilómetros el sábado y 19 kilómetros hoy domingo. Los entrenamientos de viernes y sábado los hice a la perfección, pero hoy ya me ha pasado todo factura y a los 12 kilómetros he tenido que parar el entrenamiento porque ya no podía más. Si hubiese hecho jueves y viernes el entrenamiento, descansando el sábado, estoy seguro que hoy habría podido cumplir con creces el entrenamiento; pero ha sido mucho tute para mi cuerpo esta semana, así que espero que la semana entrante vaya mejor y no haga "variaciones" de entrenamientos, llevando a cabo los descansos pertinentes y disfrutándolo al máximo, que es lo que toca. Con lo que la semana que viene ya explicaré si todo ha vuelto a la normalidad, que la media se me echa encima y la quiero disfrutar, que sé que lo haré.


Saludos y a dejarse llevar por las piernas.

martes, 4 de octubre de 2016

Cambio de planes. Vamos a por la media maratón.

Hacía muchos días que no escribía y que todo esto lo estaba dejando estar abandonado. Podría ser; a veces cuando la mente no responde como es debido las piernas tampoco tiran y se entra en un bucle vicioso del que es muy difícil salir, porque una cosa lleva a la otra, y cuando llegan los días clave de entrenamiento el cuerpo no responde.

Todo esto es lo que me ha pasado durante todas estas semanas. Desde que me marché de vacaciones el subconsciente me empezó a hacer malas jugadas, también se juntó con días de muchísimo calor; saliese a la hora que saliese pasaba calor, y en la cama se estaba muy bien. Claro, ¿qué pasa? Pues pasa lo que tiene que pasar, que uno no tiene la cabeza bien amueblada por su situación, comienza la perrería, y como he dicho antes una cosa lleva a la otra y los días de tiradas largas se van dejando estar, además de entrar en una fase como de frustración al ver que no se ha salido a entrenar, que entre semana sí que se va haciendo el entrenamiento más o menos, pero no he tenido narices de pasar de los 24 kilómetros. Me he quedado estancado en esa famosa barrera psicológica de no poder llegar ningún solo día a los 30 kilómetros, y eso afecta bastante. Es por este motivo por el que he dicho que el buen estado mental es fundamental, y lo acabo de vivir en mis propias carnes.

¿Se puede considerar fracaso el no llegar a tiempo ni física ni mentalmente a una maratón? Yo no lo considero así habiendo pasado todo lo que he pasado que no me ha dejado centrarme como me tenía que centrar. Una retirada a tiempo nunca es fracaso, ya que uno conoce sus propios límites; y si hay una cosa bien clara es que yo corro para disfrutar; y si en una maratón uno no está preparado ni física, ni mentalmente, entonces el disfrutar se va al carajo. Otra persona se hubiese arriesgado a correr la maratón, pero yo me puse tiempo límite ayer; y si no conseguía hacer los 32 kilómetros desistía de la maratón. Y así fue, a los 17 o 18 kilómetros viendo que no iba a llegar ni de coña al objetivo requerido decidí parar y ponerme en contacto con la organización de la maratón de las vías verdes. Y por suerte han sido considerables y me han dejado cambiarme a la media maratón, que esta distancia sí que estoy seguro al 100% que la acabaré, y además lo podré disfrutar. Porque para sufrir ya está la vida llena de obstáculos. Por eso prefiero haber hecho este cambio, pasármelo bien, disfrutar del paisaje, que no verme que llego al kilómetro 25 y no puedo seguir más, comenzando a sufrir y acabar arrastrándome. Lo siento pero eso no va conmigo. Yo siempre he dicho que esto de correr para mi es un hobby y que lo hago para pasármelo bien, tarde lo que tenga que tardar. Esta vez no he podido ponerme a punto, pues no pasa nada, ya habrá otras oportunidades y otras ciudades. Además, bastante bien estoy llevando toda la situación que me rodea, así es normal no poderme centrar en las tiradas largas.


Una vez confirmado el cambio de distancia, hoy me he levantado ya con el chip totalmente cambiado, y con la mentalidad positiva. Lo que no era normal es todo lo que me estaba pasando, que hasta ni escribía en el blog. Por eso he pegado un golpe en la mesa, he cambiado la mentalidad y también he cambiado la distancia. No es lo que me hubiese gustado, pero es lo que hay. Que uno se pueda reconocer sus propias limitaciones es un logro. Además, si no me hubiese preparado como es debido no sé ni que me hubiese pasado a media carrera. Y con la salud no se juega. Así que ahora vuelvo a estar contento y motivado, porque veo la salida del túnel y que me voy a Tortosa a correr una media maratón distinta y cono poca gente, vamos, lo que a mi me gusta correr sin aglomeraciones ni amontonamientos, ni liebres que te echan literalmente como vayas más despacio que ellas, ya que hay gente que no es capaz de seguir su propio ritmo. Yo ya he hablado muchas veces de lo que opino de las liebres.

Con el cambio hecho el recorrido de la media maratón cambia bastante en comparación a si hubiese hecho la maratón, ya que la maratón comienza en el pueblo de Bot y hasta la mitad del recorrido más o menos va siendo bajada y se pasa por una zona de muchos túneles. Claro, todo eso al hacer la media maratón me lo pierdo, ya que la media empieza en Benifallet, y prácticamente todo el recorrido va pegado al río Ebro (sólo espero que no haya concentración de esas mosquillas incordiantes que van en plagas, que suelen estar pegadas al río). Además también se puede decir que el recorrido es totalmente llano, con lo que si se quiere hacer marca personal es ideal. Aunque yo esta vez no voy a buscar marca, sólo con acabar y acabarla bien me conformo, ya que me dará un subidón de moral poder volver a acabar una cursa, que desde abril no corro ninguna. Y si bajo marca pues mejor que mejor, y si no habré disfrutado. Yo voy a pasármelo bien, y a disfrutar de un fin de semana por Tortosa.
De aquí a que sea el día de la competición seguiré escribiendo una vez por semana explicando como van las sensaciones del mi nuevo renacer, soy como el ave Fénix, jeje. Por suerte, durante todo este tiempo de pasotismo y desidia no he dejado de salir a correr. Sí hacía como mucho 15 kilómetros, pero para mi preparación ya me vale. Que en lugar de salir los cinco días a la semana, solo salía tres o cuatro. Eso también me ha ayudado a no perder la forma y a tener un mínimo de esperanza. Ya que ha habido días en los que me veía a punto de dejarlo estar. Por suerte tuve la idea de poder preguntar si existía la posibilidad del cambio de distancia y así es. Con lo que la semana que viene ya volveré a estar por aquí explicando mis batallitas, y sobretodo con las ideas claras y animado, que es lo que más importa.


Saludos y a dejarse llevar por las piernas.

martes, 2 de agosto de 2016

Semana 7. Semana rara

Esta séptima semana de entrenamiento se puede decir que ha sido bastante rara en cuanto a los días de entrenamiento se refiere, ha sido una semana de ocho días, pero en cambio sólo han sido cuatro días los que he salido a correr, con lo que se puede considerar una semana rara. Rara también en lo personal, que no me ha hecho tener la cabeza al 100% para entrenar, y cuando la cabeza no anda muy fina es difícil que las piernas funcionen a tope en los días de tiradas largas. Tanto cambio y tanta cosa para arriba y para abajo pues como que me notaba más cansado mentalmente. Y el fin de semana entre un improvisto, la falta de motivación y las circunstancias, pues como que me han impedido salir a correr, y tener que esperar al lunes para hacer la tirada de los 24 kilómetros; porqué lo que no iba a hacer era saltarme otra tirada de las largas; la cosa ya se está poniendo seria y hay que esforzarse. Pues por todas estas circunstancias, situaciones personales, estado mental, calor... considero que ha sido una semana más bien rara.

Para comenzar el lunes por la mañana no había quien me sacase de la cama, y sabiendo que me tocaban series de 1500 metros (las peores), pues como que más pereza me entraba de tener que salir de la cama; así que como el día es muy largo decidí hacer las temidas series por la tarde, a ver si por esas horas estaba más animado para hacerlas; por suerte me animé a hacer las dichositas series, pero como ya he dicho por activa y por pasiva odio hacer las series, y más aún si son las de 1500 metros, que como era de esperar me dejaron agotadísimo. Y como sigo diciendo, aguanto mejor una tirada larga, que voy tranquilito y a mi ritmo, que no tener que ir apretando, sabiéndose dosificar para cumplir la distancia requerida. Eso sí, no me gusta nada, pero cuando acabo de hacer las series la satisfacción que me entra.

El martes me lo voy a saltar, porque fue un día normal y corriente, aunque volví a salir a correr por la tarde. Porqué en un principio la entrada de esta semana se tendría que haber llamado "Saliendo a correr por la tarde", pero tal y como ha transcurrido la semana he preferido ponerle el actual título, porque realmente sólo salí a correr por la tarde lunes y martes, ya que el miércoles me lo salté, pensando en salir a correr el jueves (otro motivo más para decir que ha sido una semana rara); es que el miércoles no es que estuviese muy animado para salir a correr, así que lo dejé estar para el jueves, que sí que lo cogí con más ganas (pero no muchas más), tenía demasiadas cosas en la cabeza que me impedían estar como a mi me gustaría estar. Claro, este estado de ánimo se trasladó al viernes también, que nada más despertarme ya me di cuenta que era mejor no salir a correr, y siendo solamente 5 kilómetros lo que tenía que correr lo dejé estar y así inentar relajar la mente en toda la medida de lo posible y estar a tope para el sábado.

¿El sábado? Eso sí que fue una situación rara, mi idea era despertarme temprano para hacer la tirada de los 24 kilómetros, pero comenzaba a dudar donde irme a correr, si a la carretera de les Aigües, o bien irme hacia el delta del Llobregat; pero no sé lo que me pasa en esta preparación que no me apetece nada ir hacia el delta del Llobregat, no sé si es que no quiero hacer la primera zona ni en pintura o que sé yo, pero no me animo; así que mi intención era irme a la carretera de les Aigües, y a las 6:30-6:45 ya estaba vestido y prácticamente preparado para irme a correr; pero un improvisto hizo que me diesen prácticamente las 7:30 en casa. Claro, eso ya me chafó un poco y que también luego tenía otros compromisos, tendría que correr mucho (y no en el sentido de correr del running, sino en sentido de correr para estar listo jeje). Así que el sábado lo dejé estar, pero claro, el domingo tampoco podía salir a correr porque tenía otros compromisos; y lo que yo no quería era perder un día de tirada larga. Con lo que sin correr sábado y domingo, y el lunes teniendo ya 100% de disponibilidad decidí irme el lunes a la carretera de les Aigües.

Lunes, 7:30 de la mañana, y aún estaba por casa; suerte que me llené de valor, y tiré de fuerza de voluntad y me fui hacia la carretera de les Aigües, y ahora no me arrepiento de nada, porque lo agradezco muchísimo el haber ido allí a correr; porque primero de todo la temperatura acompañaba, y segundo porque veo que voy aguantando los días de tiradas largas, que es lo que más importa; aunque lo digo ahora, luego en un futuro, no sé si lo cumpliré, pero creo que no voy a correr ninguna maratón más que sea por Octubre o Noviembre; es muy duro tener que correr en pleno verano, porque con esta preparación me voy a comer los tres meses de verano, y además en una zona como es Barcelona, que el bochorno es insoportable. Luego me pasará lo de siempre, veré una maratón que me llame la atención y ni me fijaré en la fecha y pasará lo que pasará, como si no me conociese. Porque mi primera intención era hacer la maratón de Valencia, pero después de correr la media de Sitges, me dieron la propaganda de esta maratón y correr por una vía verde tiene muchísimo más encanto que correr por medio de una ciudad.

De ayer, puedo decir que disfruté muchísimo, además como la carretera de les Aigües son 9 kilómetros de ida y otros 9 kilómetros de vuelta, hacían un total de 18 kilómetros; con lo que faltaban 6 Km. para hacer los 24. Así que cada 1500 metros retrocedía 500 metros y los volvía a hacer hasta ganar esos 6 kilómetros que me faltaban; porque lo que no me apetecía era hacer los 18 kilómetros, luego volver a hacer 3 kilómetros y volver para atrás y más teniendo que hacer el primer kilómetro de la carretera de les Aigües que es durísimo. Pero en fin, lo conseguí y el buen cuerpo que se me quedó es de las mejores experiencias que puede tener un runner al finalizar una tirada larga de entrenamiento. Y para acabarlo de rematar, la jornada finalizó con una piscinita en casa de mis primos.

Esta semana entrante ya va a ser bastante distinta, para comenzar que ayer perteneció a la anterior semana, y el resto ya lo contaré en la próxima entrada.

  

Saludos y a dejarse llevar por las piernas.

miércoles, 27 de julio de 2016

Semana 6. Correr por necesidad

Se puede salir a correr por gusto, para entrenarse, para ponerse en forma o para perder unos cuantos kilos. Estos días realmente yo no estoy corriendo por ninguno de estos motivos, bueno sí, en el fondo me estoy preparando para correr los famosos 42,197 kilómetros, vamos una maratón. Pero realmente, estos últimos días estoy corriendo por pura necesidad, para desestresarme, o más bien para quitarme el estado de ansiedad que llevo encima desde prácticamente que empecé con la preparación de esta maratón. Saliendo a correr consigo estar mucho más relajado, me evado durante ese momento de todo, me introduzco en mi mundo y sólo estoy por y para mi entrenamiento, o pensando mis cosas que no tienen que ver con la realidad. Aunque supongo que a partir del lunes la cosa va a cambiar porque comienzan mis vacaciones indefinidas y ya no tendré que pararme a pensar en esa gente que no ha tenido empatía, y que ni han sido capaces después de comunicarme que me iba a la empresa más grande de España, de preocuparse por mi, después de estar 10 años dando el callo como nadie.


Bueno, voy a centrarme en lo mío, que esto es un blog de running y no de temas laborales. Como iba diciendo, a partir de Agosto al tener vacaciones indefinidas me quitaré ya de toda presión, y lo que es mejor, podré dedicarme totalmente en mi entrenamiento, sin preocuparme si he de madrugar más o menos, porque mi única obligación será la maratón; así que no hay mal que por bien no venga; y después de la maratón ya será otra cosa, pero mientras tanto voy a dedicarme a lo que me gusta y a lo que me hace sentir bien, desconectado de todo lo que me rodea y centrándome en mi mismo.

Después de esta charla filosofal que he pegado, voy a ponerme a explicar como me ha ido esta sexta semana de entrenamiento, que a lo tonto a lo tonto ya me quedan menos de 100 días de entrenamiento. No sé, pero esto de escribir una vez a la semana se lleva mucho mejor que escribir todos los días, y sé que mucha gente también lo agradecerá, porque se hace más ameno y no tan repetitivo explicando siempre que si tengo mucho sueño, que si hace mucha calor, que si esto o lo otro.

La semana empezaba bien en lo que a temperatura se refiere, a ver hacía bochorno, pero no tanto como en otras ocasiones que casi ni se puede salir a correr porque el bochorno que hace es insoportable; esta semana ha sido más tranquilita en cuanto a temperatura y bochorno se refiere. Lo que no empezaba tan bien fue el entrenamiento en sí. Ya lo digo una y otra vez, eso de las series no me gusta nada, además de que son un esfuerzo (porque muchas veces acabo bastante más cansado que en un entrenamiento normal) hay que saber dosificarse bien y saber marcarse el ritmo. Porque claro, si se va muy suave no sirve de nada hacer una serie, y si se aprieta demasiado, a lo mejor ni se puede acabar. Con lo que hay que saber plantearse muy bien las series; las cortas aún, pero las largas hay que montárselo bien. En este caso, fueron de 400 metros, que no son largas, pero tampoco se puede ir a tope, porque sino a la mitad de la segunda serie uno ya no da más. De ahí que odie tanto hacer series, porque no puedo ir a mi ritmo, acabando sobrado. Así que, queridos lectores, ya os podéis imaginar como acabé las series, pues con pocas ganas que luego me mareasen mucho.

El resto de semana fue bastante más tranquila; ahora ya empiezo a intercalar semanas de tiradas largas con semanas de tiradas cortas; claro, la anterior semana al hacer 19 kilómetros, esta última semana ha sido mucho más light. Aunque entre semana, ya no son días cortos, sino que los entrenamientos van rondando los 10 kilómetros. Vamos que al final entre una cosa y otra más o menos se acaba corriendo la misma distancia al final de la semana haciendo un sábado de tirada larga o un sábado de tirada corta.

Esta semana también he de decir que el miércoles no salí a correr, y esta vez no lo cambié por el jueves; en este caso el cansancio se apoderó de mi. El martes trasnoché un poco y me iba bastante tarde a la cama, y el miércoles cuando me desperté, ya era demasiado tarde para salir a correr, porque sino no llegaría al trabajo. Así que en un principio decidí salir a correr por la tarde; pero cuando llegué a casa a las 9 de la noche ya no había quien me hiciese salir a correr; y el jueves, pues que voy a contar, que se estaba demasiado bien en la cama y no había quien me despertase. Si está visto que como duerma poco, luego eso se va arrastrando toda la semana; y lo que no iba a hacer era salir el jueves por la tarde/noche cuando el viernes tenía pensado ir corriendo al trabajo (como así hice), mi último entrenamiento al trabajo corriendo, que tuve que variar un poco la ruta, ya que como tenía que correr 8 kilómetros di un poco más de vuelta.

El sábado, aunque tuviese que correr solamente 8 kilómetros no me lo pensé dos veces y me fui hacia la carretera de les Aigües, donde veo que cada vez me gusta más ir para allí, porque la temperatura y el clima son totalmente distintos al clima que hace en Hospitalet, y eso que está muy cerca, pero supongo que el cambio de altitud hace mucho. Eso sí, el entrenamiento del sábado se me pasó volando, cuando menos cuenta me di, ya había dado media vuelta para volverme hacia el coche, cambiarme y bajar para casa. Que esta vez volví a irme por el lado de la avenida Tibidabo y está visto que por allí van muchos Robocops fosforitos, que tampoco hace falta transformarse tanto para salir a correr, aunque eso lo debatiré en alguna otra entrada. Por esta semana ya basta.


Saludos y a dejarse llevar por las piernas.

lunes, 18 de julio de 2016

Semana 5. Como cuesta levantarse pronto

A lo tonto, a lo tonto ya llevo un cuarto de entrenamiento y prácticamente sin darme cuenta. Vale, las dos primeras semanas son algo durillas para ir cogiendo la forma, y el resto es ir tirando porque tampoco hay que hacer grandes distancias. La cosa ya se empezará a complicar a partir de tener que ir corriendo más de dos horas, que es cuando parece que uno va bien y va a responder, y de repente le empiezan a fallar las fuerzas a uno. Pero bueno para eso estoy haciendo este entrenamiento de 20 semanas, para coger fuerzas, fondo y poder hacer la maratón con garantías de acabarla, y acabarla bien. Yo como he dicho muchas veces no voy ni a competir ni a forzarme, yo voy a disfrutarla y a superar un reto, ya que cruzar la meta después de 42 kilómetros y estar corriendo más de cuatro horas es una pasada. Hay que pensar que soy un simple aficionado y hasta donde llegue he llegado y no forzar. Eso es un peligro. Por eso en las noticias cada vez salen más noticias de gente que se muere corriendo una maratón; pero ahora yo me pregunto, ¿cuánto se habría sobreesforzado esa gente? o ¿cuánto tiempo de preparación habrían tenido? Me viene a la cabeza otra maratón de las vías verdes, en este caso la de Castellón, donde dos personas supuestamente preparadas murieron. La gente tiene que ver donde están sus límites, si ves que no estás bien, no fuerces. La vida es mucho más importante que una simple carrera. O sino que se preparen bien la gente, que controlen sus pulsaciones, y al mínimo síntoma de malestar parar. Eso lo tengo yo más que clarísimo; si tengo que abandonar, abandonaré y no pasará nada. Y el otro fallecido, por lo que dijeron en las noticias llevaba no se cuantas maratones corridas en un año. A ver, ¿es que un corredor amateur o semiprofesional no se da cuenta que no es bueno hacer tantas maratones en un año y que requieren mucha dedicación y esfuerzo? Entonces digo yo, eso que fue, ¿mala suerte o imprudencia? Yo opto más bien por imprudencia; a ver que cuando se está corriendo y se tiene que abandonar fastidia mucho, pero el cementerio está lleno de valientes y eso no va conmigo.

Bueno, después de dar esta charla voy a centrarme en mi quinta semana de entrenamiento, que la he podido hacer al completo y muy satisfecho dándome cuenta que mi cuerpo va cogiendo la forma como es debido; y lo que dije la semana pasada, que la cabeza juega muchísimo. Es difícil de explicar, pero entre semana voy con la cabeza puesta en hacer la distancia que me toca y punto; no sé si ire más rápido o no, porqué como voy sin cronómetro pues no lo puedo saber. Pero que un martes me toca correr 7 kilómetros, los hago y para de contar que no voy a hacer más. En cambio llega el sábado, tocan correr 19 kilómetros, y los hago a las mil maravillas. Por eso digo que la mente hace correr a uno lo que le dice el plan de entrenamiento... ahora que no me hagan correr todos los días 20 kilómetros, porque entonces va a ser que me da algo jejeje.

Esta semana de entrenamiento se ha visto marcada principalmente por el sueño. No sé si es el calor, o soy yo ya por naturaleza, que me cuesta muchísimo salir de la cama, porqué quiero levantarme y despertarme, pero no hay manera, los ojos se me cierran y no hay manera de salir de la cama. En invierno no pasaba nada malo, hasta tenía el lado bueno, ya que se había hecho de día. Pero ahora en verano, cuanto más tarde en salir a correr, más calienta el sol y peor es el bochorno. Puedo salir a correr también por las tardes, sería otra opción, y así dormir tranquilamente más rato, pero está el inconveniente que hasta las 9 de la noche es prácticamente imposible salir a correr, y luego entre una cosa y otra me darían las tantas para cenar y luego irme a dormir. Así que prefiero pegarme los madrugones, salir a correr temprano y ya quitármelo de encima. Cuando sea invierno y no tenga que entrenarme para nada, vamos que sólo salga a correr por gusto, ya lo haré por la tarde/noche. Aunque esta semana he tenido la suerte que las temperaturas se han suavizado bastante y he podido correr la mar de bien. Con lo que no hay mal que por bien no venga.

A parte de lo que me costaba salir de la cama, la semana la comenzaba con las temidas series, que serán de poca distancia pero lo que llegan a cansar. Con la tontería que son sólo 200 metros y cinco series pues uno va prácticamente a tope, y a media serie ya me iba agotando; pues ala, descansar un ratillo y a hacer otras cuatro series más apretando, para así ir cogiendo buena resistencia y fondo. Lo que digo una y otra vez, no me gustan las series pero son muy útiles. Del resto de semana tampoco puedo decir gran cosa. Sigo rindiendo en los entrenamientos, agradeciendo la bajada de las temperaturas, porque como el lunes por la noche llovió, el martes fue un entrenamiento genial (aunque ya podía haber llovido mientras estaba haciendo el entrenamiento). El viernes quería haber ido al trabajo corriendo, como he hecho otras semanas, pero el jueves cambié de opinión y preferí salir a entrenar por Hospitalet y desayunar tranquilamente en casa.

Como no, yo ya estaba ansioso de que llegase el sábado, tocaba correr 19 kilómetros, y evidentemente me iba a ir a la carretera de les Aigües, ya que esta vez la tenía que hacer entera de ida y vuelta más un kilómetro extra, que lo decidí hacer al principio. Al llegar a los primeros 500 metros di la vuelta hacia el inicio y vuelta a empezar. Nueve kilómetros de ida y otros nueve de vuelta disfrutando de los paisajes, del aire fresco, de una temperatura muy agradable y cruzándome con bastante gente. Mi idea era empezar a correr a las 7 de la mañana, pero evidentemente eso fue imposible; me ponía a correr entre las 7:40-7:45; y aún así ya había movimiento de gente. Por suerte el coche lo pude aparcar perfectamente (esta vez decidí salir del lado de Sant Just, que hay mucho más aparcamiento), porque cuando llegué al otro extremo prácticamente ya ni se podía aparcar y allí sí que había gente; vamos que durante los primeros kilómetros de vuelta tenía referencia de gente. Aunque también he de decir que a la vuelta me vino un poco de bajón, como de uff lo que me queda, pero por suerte fueron solamente unos 500 metros, luego ya me recuperé y a seguir tirando hacia Sant Just. También he de decir que hubo un momento en el que me acojoné algo cuando empecé a notar molestias en mi gemelo izquierdo temiendo una rotura de fibras o algo que me impidiese seguir o lo que es peor que me tuviese dos o tres semanas retirado. Por suerte fue solo una pequeña sobrecarga, ya que el domingo estaba como nuevo.

Eso sí, la satisfacción que le entra a uno cuando acaba un entrenamiento de los que ya se pueden empezar a considerar largos. Por eso ni me preocupé en no hacer el entrenamiento de la semana pasada (16 Km.), porque el sábado rendí de maravilla, no se me hizo pesado, y a parte de la leve molestia muscular (he de decir que gracias a mi mujer que me hizo unos masajes en los gemelos no tengo molestias), todo fue sensacional, disfrutando del paisaje y viendo a otros runners completar sus pequeños retos. Así que al final, después de refrescarme un poco en una de las fuentes y hacer mis estiramientos, que mejor que sentarse a descansar unos minutos, y que mejor sitio que el maletero de mi coche; cualquier sitio es bueno, jeje.


Saludos y a dejarse llevar por las piernas.

jueves, 14 de julio de 2016

Semana 4. El sábado no hubo entrenamiento

Hay muchos motivos por los que un día no se salga a hacer un entrenamiento, bien porque se haya cenado demasiado y aún se esté empachado; bien porque no hay muchas ganas de salir a correr; uno se puede quedar a medio entrenamiento, o nada más comenzar ver que no se va a aguantar. Pero hasta ahora no me había pasado lo que me pasó el sábado pasado a la hora de ponerme a correr. He de decir que se juntaron varios factores. Primero, que el viernes me fui a la cama bastante tarde; claro, eso no es excusa, ya que cuando me despertase me pondría a correr. Pero claro al despertarme a las 8 de la mañana hacía un calor y un bochorno tremendo... y claro entre una cosa y otra pasé de salir a correr los 16 kilómetros que me tocaban; aunque tampoco me alarmé porque como esto ya no me coge de nuevo, y por un día que me salte al principio tampoco va a pasar nada. Eso sí, no me puedo ir columpiando todos los sábados porque sino no sé cómo podré coger el fondo necesario.

De esta cuarta semana de entrenamiento tampoco es que tenga mucha cosa que contar, a parte del bochorno que hace ya de buena mañana. Es salir a correr a partir de las 8 de la mañana y ya se nota que el sol calienta de lo lindo; pero no es por el calor en sí, sino que más bien es por ese bochorno insoportable, que a los cinco minutos de estar corriendo ya tengo la camiseta empapada; y cuando acabo de correr y me la quito pesa bastante de lo empapada que la dejo. También será cuestión de salir a correr con la mochilita-cantimplora y llenármela de bebida isotónica.

La semana empezaba con los temidos cambios de ritmo, con lo que a mi me gustan. Me encanta eso de ir a un ritmo, acelerar y luego volver a coger el ritmo, no cansa para nada y se hace a las mil maravillas. Evidentemente estoy hablando en un tono hirónico. Ya he dicho por activa y por pasiva que odio hacer series y los cambios de ritmo, que yo soy un Carlos Sastre del running, voy a mi ritmo y cuando llegue pues llegue. El único motivo por el que hago las series y los cambios de ritmo es porque así me lo dice el plan de entrenamiento; y luego para ir cogiendo fondo va muy bien. Pero si tuviese que hacerlo por gusto ya me han visto a mi. Es más, cuando entreno por libre (vamos cuando no tengo nada importante a la vista) ni de coña me voy a poner a hacer cambios de ritmo o series.

A lo que iba, el pasado lunes comencé con los cambios de ritmo; y como me desperté tarde y perreé bastante en la cama, hasta las nueve de la mañana no salí a correr. Evidentemente el bochornazo que hacía era pequeño, pero aún así rendí y pude hacer mis 7 kilómetros con sus respectivos cambios de ritmo; me costó un poco acabar, pero lo conseguí. Eso sí, mientras estaba haciendo los estiramientos de recuperación seguía sudando la gota gorda y notaba que pesaba como diez kilos más de lo que había empapado la ropa, siendo la camiseta técnica, que si llega a ser una camiseta de las normales ni quiero contar lo que podría llegar a pesar.

El resto de semana transcurrió como van transcurriendo las semanas normalmente, que lo más curioso es como trabaja la mente dependiendo de la distancia que tenga que recorrer. Si por una de esas he de correr 5 kilómetros, cuando los hago, que nadie me pida más porque no hay manera de seguir. En cambio, cuando tengo que hacer las tiradas largas, el chip me cambia totalmente y resisto la tirada entera; de ahí a que no me preocupe por no haber salido a correr el sábado. Primero porque aún es poca distancia, y segundo porque por un sábado que me salte no va a pasar nada. En la primera preparación creo que fueron los 29 kilómetros los que no hice; y en la preparación para la maratón donostiarra, hubo alguna que otra tirada que me quedé a medias y aún así conseguí acabar la maratón y bajando marca. Pues por eso voy la mar de tranquilo.

He de decir que esta preparación me la estoy tomando con otra mentalidad. Sí, me voy levantando por las mañanas, hago mi entrenamiento y listo. Por eso, suerte que ahora sólo me ha dado por escribir una vez por semana, porque sino ni sabría que escribir. También tiene mucho que ver la situación personal por la que estoy pasando (que no viene a cuento contarlo). Pero a lo que voy diciendo siempre, que la mentalidad juega muchísimo en la preparación de una maratón.

En fin, la semana que viene seguiré comentando mis aventuras.


Saludos y a dejarse llevar por las piernas.

lunes, 4 de julio de 2016

Semana 3. Volvemos a la carretera de les Aigües

Ya ha finalizado la tercera semana de entrenamiento y poco a poco el cuerpo va cogiendo la forma necesaria; sólo que hay un pequeño pero, y es el que me lleva por la calle de la amargura, cosa que por ejemplo en Andalucía o Extremadura (como estuve por allí el año pasado) no ocurre, y no es ni más ni menos que el maldito bochorno, sí, eso de salir a correr y a los diez minutos ir ya con la camiseta empapada en sudor. Como vengo diciendo en estas pasadas entradas, todo lo que sean adversidades a la hora de la verdad (el día de la maratón en concreto) puede ser un punto a mi favor; ya que siendo la maratón a finales de octubre, la temperatura que hará será la perfecta; ni excesivo frío, ni calor. Con lo que el bochorno se irá a paseo. Eso querrá decir que si voy cogiendo la forma durante los meses de intenso calor en Barcelona, y consigo hacer tiradas largas aguantando el bochornazo puedo tener bastantes puntos ganados a mi favor para poder hacer una buena marca. Porqué siendo mi tercera maratón, sé que mientras no haya ninguna lesión y siga el plan de entrenamiento la conseguiré acabar. Ya no soy un novato y esto no me pilla por novedad, además que son muchas horas de entrenamiento, y muchas horas para pensar, plantearme la situación y saberme dosificar. Con la mente bien puesta, yo aseguro que unas tres cuartas partes del trabajo está bien hecho. Lo he dicho muchas veces, y no me cansaré de repetirlo, una maratón es más cabeza que físico; el físico y tanto que cuenta, que nadie pretenda correr los 42 kilómetros sin haberse preparado bien porque no lo consigue. Pero la mente hay que tenerla muy bien amueblada.

He de decir que durante estas primeras semanas de entrenamiento me está costando bastante centrar la mente en lo que lo tengo que centrar. No consigo dejar de lado mis cosas personales y ponerme al 100% en los entrenamientos. Se juntan muchas cosas y uno no consigue comprender porqué no puede rendir a tope. No sé si es la situación que estoy viviendo que me retiene un poco, el bochorno, o la monotonía de algunos entrenamientos lo que no me deja tirar para alante como a mi me gustaría; aunque también he de decir que el sábado, que me tocó correr 13 kilómetros, los hice bastante bien, llevando un ritmo incluso más rápido del que me pensaba. Con esto también me he de empezar a ir con cuidado. Ya van viniendo las tiradas largas y he de empezar a controlar bien el ritmo de entrenamiento para no acabar demasiado fatigado; o quedarme a pocos kilómetros de la finalización del entrenamiento (como me pasó un par de veces durante la preparación de la maratón donostiarra). Así que la dosificación y la mente son dos elementos fundamentales para los entrenamientos. Porque una cosa es correr una cursa de 10 kilómetros, donde ahí es ir medio fuerte desde el principio, ya que es una carrera "corta", y por eso yo quiero dejarlas (las cursas de 10 kilómetros) un poco de lado, porque las veo como muy exigentes. Hombre, una maratón es mucho más exigente, evidentemente, pero no fatiga tanto, ni hay que exigir mucho al cuerpo. Esto el que se esté adentrando en el mundo de la media maratón y más fondo lo comprenderá.

Bueno, voy a hablar de mi tercera semana de entrenamiento, que me pongo a escribir de otras cosas y
no estoy por lo que tengo que estar, que es mi entrenamiento. Claro al escribir, ahora, sólo una vez por semana, pues la cosa cambia. Pero a lo que iba. La semana no es que empezase demasiado bien para mi. El lunes, y recién llegado del pueblo me tocaba hacer mis queridos cambios de ritmo; y no sé si entre una cosa y la otra mi cuerpo no quería rendir, con lo que cuando comencé a correr ya noté que iba a costarme mucho poder acabar el entrenamiento. Y así fue, no me notaba nada finas las piernas, como que no me respondían, y me di cuenta finalmente de eso a la que pegué el cambio de ritmo; mis piernas no querían correr y yo me notaba bastante fatigado. Con lo que decidí abandonar el entrenamiento y no forzarme; por un entrenamiento que no hiciese tampoco iba a pasar nada del otro mundo. Eso sí esto no lo puedo ir haciendo todos los días y cogiéndolo como un mal vicio. Porque ya se sabe lo que ocurre cuando se empieza a dejar de lado algo, que al final se deja definitivamente; sino cuantos se apuntan al gimnasio y empiezan "uff, hoy estoy cansado, ya iré mañana" y al día siguiente lo mismo, hasta que al final se está pagando para nada.

Pero la semana rara no se acaba aquí, ya que el martes, por ciertos improvistos (que no tiene nada que ver con el entrenamiento), no pude salir a correr por la mañana, así que me tocó pasar a la tarde/noche el entrenamiento; suerte que no fue un día muy sofocante y se pudo hacer el entrenamiento con toda la normalidad del mundo; además me ingenié un circuito bastante majo que hizo que no se me hiciese para nada pesado el entrenamiento, porque no sé que me pasa, que cuando tengo que dar vueltas por un sitio, enseguida me agobio. El miércoles otro día de esos raros, ya tenía pensado en mente que no iba a correr por la mañana, habiendo corrido la tarde/noche anterior; así que tenía pensado volverlo a hacer a última hora del día cuando el sol empezase a bajar; pero desgraciadamente el miércoles tuve un día muy movidito, vamos que no paré para nada, y cuando se iba acercando la hora del entrenamiento ni me molesté en cambiarme de ropa porque me sentía muy cansado; así que el descanso del jueves lo pasé al miércoles, y el jueves sí que salí a entrenar por la mañana, el viernes también; y el viernes como me desperté demasiado pronto, antes de ir corriendo al trabajo, preferí salir a correr a eso de las 6:30 y entrenar cerca de casa, para así poder ducharme y desayunar tranquilamente.

Esta vez sí que estaba esperando el sábado como agua de mayo, ya que, aunque fuese a correr solo, me iba a la carretera de les Aigües, ese sitio ideal para salir a correr, porque está en plena naturaleza, es un recorrido prácticamente llano, y además cada 500 metros hay un punto kilométrico para saber en todo momento la distancia recorrida. Este camino no es circular, sino que es lineal; con lo que se puede acceder por Sant Just Desvern (por donde suelo ir siempre), o por el final de la avenida Tibidabo, que es por donde he ido esta vez. Quería cambiar el recorrido, para hacerlo más entretenido, y también para evitar subir la rampa del primer kilómetro... y que leches, que tenía ganas de empezar por el lado contrario. Siempre voy por el mismo sitio y el sabado quise variar; aunque esa carretera me la conozco al dedillo de las veces que he salido a correr por allí. No sé, para mi aquel camino tiene algo especial, el respirar aire puro, el poder ver la ciudad de Barcelona y su periferia a mis pies, el ver a otra gente que con el mismo entusiasmo ha salido a entrenar, que cada vez que voy a la carretera de les Aigües no acabo excesivamente cansado porqué disfruto al máximo. Y luego cuando acabo, como suelo dejarme el último kilómetro para hacerlo caminando disfruto de las vistas, y puedo pararme a hacer alguna foto y poderla poner en este blog. Con esto creo que sin explicar como me fue el entrenamiento del sabado, uno se puede hacer a la idea de la dinámica del entrenamiento. Eso sí, como se nota que por el lado que fui esta vez es zona de pasta, demasiado Robocop fosforito y algún que otro coche de muchos billetes.

La cuarta semana, creo que de momento ha empezado bien, mejor de lo que me esperaba. Aunque no voy a avanzar nada, y así lo cuento más tranquilamente en la entrada de la semana que viene.


Saludos y a dejarse llevar por las piernas.

miércoles, 29 de junio de 2016

Semana 2. Corriendo por Andalucía

Segunda semana de entrenamiento completada y parece que poco a poco voy cogiendo el estado de forma deseado; aunque como siempre hay días que parece que me cuesta mucho llegar y otros en cambio que lo hago como si nada, o sino otros días en los que nada más ponerme a correr noto que las piernas no me responden y he de parar porque no hay manera de tirar (esto último me pasó al inicio de la tercera semana de entrenamiento). Pero bueno, me voy a centrar esta vez en la segunda semana de entrenamiento, y la tercera semana pues ya la contaré cuando tenga que contarla.

En esta entrada no creo que me extienda mucho a hablar, porque como aún es el principio del entrenamiento no es que tenga muchas cosas que contar, tiradas cortas, madrugones y demás; y que tampoco es que tenga muchas ganas de escribir, pero bueno, haré un esfuerzo e intentaré resumir esta segunda semana de entrenamiento lo mejor que pueda.

Esta semana se planteaba de una forma especial, más bien distinta; estaba por medio la verbena de San Juan y yo, para huir de los petardos, decidí marcharme para Andalucía, precisamente a Linares, donde ya estuve el verano pasado y por donde salí a correr unos cuantos días. Así que ya tenía las rutas estudiadas para viernes y sábado. El viernes me tocaba hacer 5 kilómetros y me fui por la famosa vía verde rodeando el pueblo por fuera (tengo que empezar a familiarizarme con las vías verdes), y el sábado me tocaba hacer 11 kilómetros; en un principio me había ideado una ruta para llegar desde donde estaba hasta el poblado íbero-romano de Cástulo; pero como quedé con un amigo de allí para salir a correr nos quedamos al final por Linares haciendo un circuito más o menos circular. Al fin y al cabo me daba igual ir por un sitio que por otro, ya que lo importante era hacer un entrenamiento acompañado, que siempre se agradece y se hace más ameno.

Los tres primeros días fueron más de lo mismo, corriendo por el parque de al lado de casa, no fuese que me perdiese si me iba muy lejos; más que nada me fui por el parque de al lado de casa por no ponerme a diseñar una ruta y tenerme que comer un montón de semáforos; es algo más aburrido, pero voy a lo seguro. Durante estos días tuve la sensación que me cansaba y me costaba llegar (aún seguía tomándome la medicación de la que hablaba la semana pasada). Si a todo esto añadimos que también durante los tres primeros días de la semana corrí con las zapatillas viejas, pues aún tiene más mérito. ¿Y por qué corrí con las zapatillas viejas? Pues la respuesta es bien sencilla. Como tenía la maleta medio preparada para no olvidarme nada decidí meter las zapatillas nuevas (bueno, las nimbus), no fuese que me las olvidase y entonces adiós entrenamiento; y con las ganas locas que tenía yo de correr por el sur porque no hace ese bochorno agobiante; con lo que fui prudente, metí las Nimbus en la maleta y salí a entrenar con mis viejas Asics (las mismas con las que corrí el duatlón). Pues claro, entre el cansancio de la medicación y la poca amortiguación de las zapatillas, pues normal que me costase hacer los entrenamientos... pero esto en el fondo es un punto a mi favor, ya que si corro en condiciones adversas, cuando me ponga en serio rendiré mucho más. Ese es uno de los motivos por los que muchas veces salgo a correr por sitios monótonos; y también es un motivo por el que no llevo música, para así mentalizarme más y trabajar más la mente. Es un caso que ya lo he hablado un montón de veces en las anteriores preparaciones y que en esta no va a ser menos.

Así que entre una cosa y otra me casqué media semana de entrenamiento y con unas ganas locas de viajar hacia el sur para volver a correr por la naturaleza rodeado de olivos y así también poder calzarme tranquilamente mis Nimbus y dar lo mejor de mí. El jueves fue día de viaje, y el viernes a las 7:30 de la mañana ya estaba por las calles de la Estación Linares-Baeza corriendo y dirigiéndome hacia la vía verde para cruzar el río Guadalimar, rodear todo el pueblo y entrar de nuevo a éste volviendo a cruzar el río por la otra punta del pueblo. He de reconocer que se me pasó volando el entrenamiento, lo disfruté y para nada se me hizo pesado. También me hizo mucha gracia ver al grupo de mujeres ya rozando la tercera edad haciendo su paseo matutino para mantenerse en forma antes que apretase el calor. Vamos, que parecía que no había pasado el tiempo desde que estuve por allí en Agosto.

Pero el día que yo estaba esperando ansiosamente era el sábado, porque parece que se va a ser costumbre cada vez que vaya para Linares buscar algún día para salir a correr con mi amigo, ya que en mis últimas dos visitas (también han coincidido con preparaciones maratonianas) hemos quedado para salir a correr; y esta vez el recorrido ha sido el mismo que la otra vez, sólo que haciendo alguna vuelta más y haciendo alguna variante para poder completar los 11 kilómetros del entrenamiento. Claro, a la vez que espero con ganas este día es jugar con un arma de doble filo, ya que desde el minuto 1 hasta el final del entrenamiento no paramos de hablar, con lo que eso acaba fatigando más. Pero por raro que parezca eso es sólo al principio, porque a la que cogimos el ritmo, prácticamete a cada kilómetro bajábamos uno o dos segundos el tiempo. Yo tenía pensado hacer el entrenamiento en una hora, o quizás un pelín más; y para nuestra sorpresa es que lo hicimos en unos 58 minutos. De ahí a que me encante tanto correr sin mirar el crono, porque voy a mi ritmo y a mi gusto sin estar condicionado por tiempos ni demás. Con lo que el entrenamiento fue genial y otra experiencia más para mi vida de runner.

Y así finalizó mi segunda semana de entrenamiento; empezó siendo cansada y monótona; y acabó por todo lo alto y con síntomas de ir motivándome y cogiendo el estado de forma esperado. Con la próxima semana de entrenamiento serán ya 21 días entrenando, con lo que en teoría el cuerpo ya se tiene que adaptar a una rutina. La tercera semana no ha empezado como me hubiese gustado; pero eso ya lo explicaré en la siguiente entrada... mientras tanto yo sigo con mis entrenamientos.


Saludos y a dejarse llevar por las piernas.

lunes, 20 de junio de 2016

Semana 1. Vamos cogiendo forma

Primera semana de entrenamiento completada. Aunque sea una de las semanas que menos hay que correr, viene siendo una de las más duras. Más que nada, porque tengo la mala costumbre que antes de empezar el entrenamiento serio como que ni salgo a correr para no "cansarme" demasiado; y si por una de esas he salido a correr ha sido solamente una o dos veces por semana; rara es la semana que salía a correr tres días en una semana. Claro con la tontería de que "en un mes tengo que ponerme a entrenar en serio" pues uno sale a entrenarse lo mínimo y necesario para no perder demasiado la forma. ¿Qué es lo que pasa? Pues bien sencillo, que en la primera semana de entrenamiento, cuando a uno le toca correr tres días seguidos, y luego haciendo un global de cinco días por semana, pues se acaba como se acaba.

Pues así ha finalizado mi primera semana de entrenamiento, bastante agotado, sobretodo el miércoles, al tener que estar tres días seguidos corriendo. No es que tuviese que correr muchas distancias, pero el simple hecho de correr tres días seguidos no lo venía haciendo desde la preparación de la anterior maratón (aunque ahora dudo si también corrí tres días seguidos en mi preparación para el duatlón). Y claro, cuando el miércoles empecé a correr y me di cuenta que las piernas iban funcionando de aquella manera ya sabía que costaría un poco. Aunque también el pasado sábado que hice 10 kilómetros, también se me acabó haciendo pesado los dos últimos kilómetros. También he de decir que me estoy tomando una medicación (cosas de la piel) que me deja agotado; así que dentro de lo que cabe es un mérito lo que estoy consiguiendo hacer tomándome la medicación y saliendo a correr cuando me toca.

Otro handicap que tengo, para variar, es el sueño y la perrería de estar en la cama. He de decir que aún no he cogido el hábito de sonarme la alarma y al momento levantarme, que va. Voy apurando hasta el último momento para salir de la cama. Aunque voy a tener que ir planteándome eso de apurar tanto, ya están viniendo días en los que está comenzando a apretar el calor y sobretodo el odioso bochorno. Porqué puede hacer calor y se puede llevar de alguna manera, pero cuando empieza a hacer este bochorno que hace en Barcelona es horroroso; temo cuando tenga que hacer las tiradas largas de más de 20 kilómetros. Algo tendré que hacer para combatir el calor y no deshidratarme; tengo una de esas mochilitas-cantimploras, que creo que tendré que empezar a entrenar con ella y ponerme bebidad isotónica para así además de ir hidratándome poder ir recuperando energías. Es que hoy he salido a correr a las 8 de la mañana y ya estaba comenzando a pegar fuerte el calor; si eso ocurre el primer día de verano, ni me quiero imaginar en pleno mes de agosto. Tengo la opción de salir a correr de noche, pero claro a la que tenga que correr un montón de kilómetros no me voy a ir a las 9 de la noche por el delta del Llobregat ni de coña; primero que no me hace ni pizca de gracia ir por aquellos lugares de noche, y luego que estando al lado del río es un criadero de mosquitos. Así que ya veré como me las apaño... aunque en el fondo esto es un punto a favor para mi, porque estaré corriendo en condiciones adversas, y superando eso, que me echen lo que me tengan que echar.

Siguiendo con mi primera semana de entrenamiento, quería haber hecho alguna foto, pero como nunca me llevo el móvil para correr, porque es un engorro, pues como que, evidentemente, no he hecho ninguna foto para ir añadiéndola. Aunque tampoco es que me haya esmerado mucho en correr por muchos sitios interesantes. Para no romperme mucho la cabeza he estado yendo por los circuitos que me hago cerca de casa, exceptuando el viernes, que para matar dos pájaros de un tiro, aproveché para ir al trabajo corriendo. Y el sábado quería haber ido a correr por mi querida carretera de les Aigües, pero las condiciones climatológicas del sábado fueron muy adversas y por la zona de Collserola estaba muy negro, y no tenía ganas que me cayese una tormenta por aquella zona y que también correr con barro es bastante peligroso porque el suelo resvala muchísimo. Así que en un principio me hice un recorrido alternativo en el que iba hasta Barcelona por los barrios ricos y luego volvía para casa. Pero como he dicho antes, por culpa de la medicación voy bastante como agotado y desganado; y si llovía no tenía ganas que me cogiese lejos de casa (una tontería porque la distancia que recorro es la misma, y aunque me lloviese no tenía pensado parar). Con lo que, aunque fuese bastante monótono, me diseñé un recorrido por el parque de al lado de mi casa y sus alrededores; de ahí a que los dos últimos kilómetros se me hiciesen un poco pesados porque ya se repetía la cosa. Aún no entiendo como cuando me estuve preparando mi primera media maratón pude llegar a dar hasta 16 vueltas por el parque.

Al final, la lluvia me pilló cuando estaba acabando los estiramientos, pero del viento no me libré, que había puntos en los que a la ida iba de maravilla y a la vuelta con el viento en contra se notaba. Pero las condiciones meteorológicas me dan igual, y me he de acostumbrar a ellas, porque si llueve el día de la maratón no la van a aplazar para mi. Así que cuando llueva no me quedará otra que apechugar; aunque como ya dije en anteriores entradas estoy tan centrado en el entrenamiento que me olvido de la lluvia, sólo evitar los tramos con barro para evitar resvalarme y no lesionarme.

Esta segunda semana de entrenamiento se presenta con unas cuantas novedades con respecto a los entrenamientos del viernes y el sábado. Pero eso lo contaré mejor en la entrada que haga la semana que viene; eso sí, sólo diré que puede que el sábado no corra solo... para saber el resto tendréis que esperar.

Esta vez no marcaré en verde los días realizados, sino que ahí dejaré el calendario (comodidad para mi jeje)

Saludos y a dejarse llevar por las piernas.

lunes, 13 de junio de 2016

Proximo reto la maratón de las vías verdes... Día 1

Cuanto tiempo que llevaba sin escribir una sola línea sobre el running o la bici (bueno, más o menos unos dos meses, desde que hice la cursa nocturna de Hospitalet). Pues bien, vuelvo de nuevo a la carga con una nueva preparación para mi tercera maratón; es que no puedo estarme quieto y cada vez que veo un reto nuevo, allí que voy de cabeza. Es lo que tiene eso de correr, que uno empieza como mera afición corriendo poca distancia y diciendo que nunca llegará a correr una maratón, que eso son palabras mayores; y en cambio ahora ya he hecho dos maratones (Barcelona y San Sebastián) y me voy a preparar para una tercera maratón, y esta maratón la considero especial porque transcurre a través de la naturaleza, y tampoco es la típica maratón que empieza y acaba en el mismo lugar. Esta vez la maratón comienza en la localidad tarraconense de Horta de Sant Joan, y acaba en otra localidad de tarragona como es Tortosa. Así que esta vez el desplazamiento será corto, aún así haré noche en Tortosa para ir más tranquilo, y no tener que salir de casa a las 4 de la mañana.

Realmente la decisión de hacer esta maratón ya la tenía tomada desde principios de Enero, cuando hice la media maratón de Sitges. Lo típico que cuando se acaba una cursa te empiezan a dar propaganda de no sé cuantas cursas, y vi maratón vías verdes. Eso me llamó muchísimo la atención, ya que en mi anterior preparación, durante unos cuantos días de Agosto estuve entrenándome por la vía verde de Linares y aquello fue precioso; así que una maratón por un antiguo trazado de ferrocarril tiene que ser una pasada, a parte de ser una maratón minoritaria, en la que corre poca gente y uno se evita las masificaciones. Y lo más importante, correr por la naturaleza, que, a ver correr por la ciudad rodeado de gente que anima es muy guapo, pero me he dado cuenta que correr entre la naturaleza es mucho más bonito.

He de decir que mi primera opción (cuando acabé la maratón donostiarra) y antes de hacer la media de Sitges era apuntarme a la maratón de Valencia, para así hacer maratones en distintos puntos y no estar haciendo siempre la maratón de Barcelona; pero como he dicho antes, cuando me dieron el folleto de la maratón de las vías verdes no me lo pensé dos veces y a los dos días ya estaba apuntado y con una ilusión tremenda para preparar este nuevo reto que será totalmente distinto a las otras dos maratones que he corrido, ya que ha sido por un recorrido con cambios de dirección, bastantes corredores, gente animando. En cambio esta maratón tendrá largas rectas, muy pocos participantes (en la edición del año pasado fueron más o menos 200 corredores los que atravesaron la línea de meta), eso quiere decir que voy a tener muchos tramos en los que esté corriendo totalmente solo sin ningún referente (ya me pasó algo parecido en el duatlón). Así que lo considero como un nuevo reto.

El "pequeño inconveniente" que haya tantos tramos de largas rectas y pocos participantes lo solucionaré con mis entrenamientos diréctamente yéndome a hacer las tiradas largas al Prat por al lado del río Llobregat; además que me tocará estar todo el mes de agosto entrenándome duro con el bochorno y el calor. Así que creo que superando este mínimo inconveniente la maratón la haré sin ningún problema. Ya no soy ningún novato, con lo que me lo puedo plantear a mi manera, sabiendo hasta cuando puedo dosificar y cuando puedo empezar a atacar... bueno, mejor dicho aumentar el ritmo. Eso sí, para la preparación lo tengo bien claro que voy a seguir el mismo plan de entrenamiento que me ha funcionado de maravilla. Mis 20 semanas de entrenamiento corriendo unos cinco días a la semana (aunque cuando tenga tiradas largas lo más seguro que reduzca a cuatro días a la semana). Aunque esta vez no haya perdido mucha forma, yo igualmente empiezo ya la preparación y poco a poco y a mi ritmo.

Esta vez no me he estado dos meses y medios sin salir a correr ni un solo día. La última vez que salí a correr fueron 10 kilómetros hará unas tres semanas, y me fui por la carretera de les Aigües. Aunque aún así esta mañana me ha costado volver a coger el ritmo de madrugar y salir a correr. También cuando estaba corriendo, como he visto que me costaba, me he hecho la pregunta que me hice hará unos cuantos meses ya (casi un año) cuando comencé a prepararme la anterior maratón, "¿voy a ser capaz de aguantar este ritmo si me estoy cansando enseguida?" y la respuesta está bien clara, es un sí rotundo. A la que vaya cogiendo la forma esto se hará de forma habitual, no me costará madrugar y se hará todo mucho más fácil.

Para esta preparación no voy a escribir todos los días, porque se me acaba haciendo un coñazo tener que pensar todos los días que escribir, o decir siempre lo mismo, que si me ha costado levantarme, que si cuando me he puesto a correr no tenía buenas sensaciones, o que si esto o lo otro. Así que durante esta preparación escribiré una entrada por semana, y así hago un resumen de como me ha ido la semana, y así tengo más batallitas que contar y no se hacen tan monótonas las entradas.


Saludos y a dejarse llevar por las piernas.

miércoles, 20 de abril de 2016

Cursa Nocturna de l'Hospitalet

Sé que dije que escribiría una previa de la cursa nocturna, pero al final, entre una cosa y otra no tuve tiempo de ponerme a escribir la correspondiente entrada en el blog, comentando el recorrido, posibles puntos buenos; y bajo mi punto de vista las peores zonas del recorrido y demás. Pues eso no lo hice ni el viernes por la tarde, ni el sábado por la mañana. Con lo que ya me planté el sábado por la tarde, igual que el año pasado, con pocas ganas de ponerme a correr (me había pegado la semana entera sin salir a correr ningún día). Así que aprovecho esta entrada para hacer la antesala de la cursa, y aprovechar para explicar la cursa en cuestión.

Como he dicho anteriormente, esta última semana no he salido ni un solo día a correr. Primero, que quise descansar un poco del duatlón (aunque no lo parezca, el cuerpo queda bastante agotado), y luego que tampoco es que tuviese muchas ganas de ponerme las mallas. Así que como conozco bastante bien mi cuerpo y sé que si estoy una semana sin correr tampoco iba a pasar nada; pues no le di excesiva importancia. Es más, sabría que haría un buen papel en la cursa, aunque tenía claro que mi mejor marca personal no la bajaría ni de coña. Lo de la cursa de Sant Antoni haciendo 47:03 fue una anécdota y creo que ahí se va a quedar durante bastante tiempo. Vamos, que entre una cosa y otra lo dejé todo en manos del destino. Aunque también he de decir que a punto estuve de no correr la cursa, porque entre el jueves y el viernes tenía la garganta un poco chunga y no las tenía todas que la cosa fuese bien. En fin, lo que tuviese que ser sería.

Ahora, centrándome ya en la cursa de nuevo, he de decir que este año ha habido una pequeña variación en el recorrido. Bueno, más que pequeña variación, para los que hacíamos los 10 kilómetros ya no nos metían por toda la zona del polígono Pedrosa, que eso era un agobio, sin nadie animando, calles anchas y solitarias, poca iluminación, y además que por esa zona el viento suele hacer malas pasadas. Por suerte este año ya no se han hecho esos tramos interminables y aburridísimos, y se ha contrarrestado llevando el circuito por la avenida Carrilet hasta avenida Fabregada, vamos, que por fin, la cursa de mi ciudad pasa por al lado de mi casa (ya iba siendo hora jeje); con lo que luego, al dar media vuelta y llegar de nuevo a Amadeu Torner se coincidía con los corredores algo más rezagados del trazado de 5 kilómetros hasta la gran vía, donde éstos ya se dirigían hacia la zona de meta. Esto a mi no me gustó mucho. Como recorrido me pareció muy guapo además de interesante (no va a pasar siempre por Santa Eulalia y las afueras de Gornal). Pero en cuanto a organización estuvo muy mal organizado. A ver señores de la organización de la cursa nocturna de Hospitalet, si está previsto un desdoblamiento para luego volverse a juntar, evidentemente los que han recorrido más distancia cuando se vuelven a juntar con los que han recorrido menos distancia, llevan un ritmo de carrera mucho más rápido. Pues bien cuando llegó el momento de juntarse no había separación entre unos corredores y otros, con lo que tenía que estar esquivando a los corredores que llevaban un ritmo de carrera más lento. Para esto hay varias soluciones. Lo más fundamental era que la organización hubiese delimitado con conos, vallas, cinta o lo que fuese el carril de los corredores de 5 Km. y el carril de los corredores de 10 Km. hasta el punto donde se vuelven a desdoblar las cursas, para así que cada uno pueda ir a su ritmo de carrera tranquilamente; igual que hacen en los metros finales de meta donde está bien delimitada la llegada para los corredores de la cursa de 5 kilómetros y para los corredores de la cursa de 10 kilómetros. Si por una de esas a la organización se le hubiese "olvidado" delimitar con conos las dos cursas, el propio corredor que va más lento ha de ser más consciente y continuar por su lado corriendo y no irse al otro lado de la calzada entorpeciendo a los que van más rápido; aunque ya se sabe que hay muchos algunos corredores que eso les da igual, como también les da igual a la hora de la salida colarse en el cajón que no le toca entorpeciendo el ritmo a los que están en su correspondiente cajón de salida, sólo para poder salir antes sin importarles si van a entorpecer el ritmo. Hablando de los cajones y la no demasiado buena organización; creo que solamente cuatro cajones de salida son muy pocos; lo suyo sería poner uno o dos cajones más, ya que los dos-tres primeros kilómetros de cursa son un poco agobiantes, porque hasta que vas en el grupo de la gente que lleva tu mismo ritmo, te van pasando por todas partes al igual que te ves metido en embudos por los que llevan un poco menos de ritmo. Bueno, siguiendo con las medidas a tomar para evitar estos "choques" de corredores con más ritmo con los de menos ritmo, otra buena medida a tomar por la organización sería hacer camisetas de un color para los que corren 5 kilómetros; y camisetas de otro color para los que corren 10 kilómetros, para así ver venir de lejos a los corredores con menos ritmo y uno poderse ubicar en otro lado para no tener que frenar el ritmo. Como última medida que podría tomar y ya se hizo en una de las ediciones, es que salgan primero los corredores de la cursa de 5 Km. y como una media hora más tarde los corredores de 10 Km. Si se hizo ya un año así no entiendo como no se ha vuelto a hacer; si se tiene que cortar el tráfico más rato se corta.

Después de las quejas (yo me seguiré quejando, pero por muy mal organizada que esté esta cursa la seguiré haciendo, ya que he participado en todas las ediciones, y para una cursa que se corre en mi ciudad no me la pienso perder... además que aunque esté mal organizada tiene lo mejor de todo, que ninguna otra cursa tiene, la fideuá, que mi mujer me la recoje antes de que llegue en un tupper y me la como ya en casita después de duchado) me toca explicar un poco por encima como me fue la cursa. Para empezar, al salir de casa ya me olvidé el cronómetro, y por no volver a subir, y como últimamente me da igual correr sin controlarme el tiempo, pues al igual que en el duatlón de Sant Celoni no me importó olvidarme el crono, en esta cursa tampoco me importó no llevármelo el sábado. Así que iría a mi ritmo y llegaría cuando tuviese que llegar; calculaba que como no me había preparado mucho supongo que estaría entre los 48 y los 49 minutos. Así que se dio el pistoletazo de salida (poco me enteré), me di cuenta porque la cosa empezaba a moverse; y ya cuando pasé por la moqueta de salida a arrancar con toda la masificación de gente intentando buscar el ritmo, adelantando a los que se han colado en el cajón como mi cuñado por ejemplo, que tenía que haber salido un cajón más tarde que el mío, y por casualidades de la vida me lo encuentro delante. Bueno así los dos-tres primeros kilómetros, que siempre se me hacen un poco agobiantes; aunque por suerte el ritmo que llevaba me hacía sentirme cómodo y con buenas sensaciones. Al poco de salir, en la rotonda del hotel Porta Fira, vi que estaba la liebre de 5 minutos el kilómetro, hice todo lo posible por pasarla lo más rápido que pudiese, porque ya me he dado cuenta que adelantar a las liebres, con la de gente que se pega a ellas, es casi misión imposible. El ir por delante de dicha liebre ya me tranquilizaba, pero al poco rato (más o menos por el kilómetro 2) veo que me vuelve a dar alcance la liebre, eso quería decir que me estaba relajando y con razón me encontraba tan cómodo corriendo. Por suerte la cursa poco a poco se iba estirando y podía comenzar a ir más a mi ritmo, excepto en los tramos de giro, que la gente se concentra en la zona cerrada del giro, y siempre están los iluminados que se creen que tardan menos tiempo recortando recorrido en los giros subiéndose por las aceras, cuando en realidad lo que hacen es engañarse a ellos mismos.

Cuando ya pude ir comenzando a encontrarme más cómodo fue en el primer desdoblamiento de la cursa, en el cruce de avenida Carrilet con Amadeu Torner, ahí los de 5 kilómetros giraban para bajar para Amadeu Torner y los de 10 kilómetros seguíamos por avenida Carrilet; y eso que a mi los tramos rectos de ida y vuelta siempre me han agobiado bastante. Pues esta vez no pasó eso. Tenía tantas ganas de pasar por al lado de mi casa, por un camino que estoy cansado de hacerlo tantas y tantas veces que se me pasó volando. Además como punto positivo en el tramo de ida el viento soplaba en contra, con lo que a la vuelta lo tendría todo a favor; con lo que me dejé llevar, vi a cuatro vecinos del barrio, los saludé y a seguir corriendo pasando por el kilómetro 4,5 a 22:15 llevando un ritmo suave de 4:59 el kilómetro. Y como viene siendo típico en mi, siempre hago el principio suave, viéndolas venir, y es luego cuando voy apretando. Aunque al volver a Amadeu Torner me encontré con los que venían de los 5 kilómetros a un ritmo mucho más lento y me tocó ir haciendo eses, y suerte que no me comí a nadie. Por suerte al llegar a la Gran Vía la cursa ya se desdoblaba de nuevo, y la cosa ya iba bastante estirada, con lo que ahí empezó mi verdadera cursa, me encontraba muy bien, tenía espacios y sólo me quedaban tres kilómetros para acabar la cursa, así que para alante. A la hora de atravesar el Gornal no vi a nadie conocido esta vez, aunque mi suegro me dijo que a lo mejor bajaba a verme, pero luego me enteré que se fue a dormir a las 21:30. A la hora de salir del Gornal y adentrarnos en lo que antiguamente era Can Pi era ya el kilómetro 8,5 pasé con un tiempo de 40:57; y del kilómetro 4,5 al 8,5 lo hice a un ritmo de 4:38 el kilómetro. Ya sólo me faltaban 1500 metros para acabar, no sabía ni siquiera cuanto tiempo llevaba (todos estos tiempos los estoy diciendo después de consultar los resultados), pero me encontraba con fuerzas para subir una marcha más y darlo todo hasta la meta. Aumenté tanto el ritmo que este último kilómetro y medio lo hice a un ritmo de 4:15 el kilómetro, parando el crono en 47:19. Vamos que ni yo me pensaba siquiera que iba a volar tanto en la cursa; me ha pasado lo mismo que el año pasado, que iba con pocas ganas y resulta que por 16 segundos no hago mi mejor marca. Aunque el que cuando menos cuenta me de supere mi marca será mi sobrino, que tan solo con 13 años hizo la cursa de 5 kilómetros en 21:05 llevando un ritmo de 4:13 minutos el kilómetro.

Después de la llegada, tocó la ansiada fideua, que tal y como he dicho antes me la recogieron y pude cenar en casa ya duchadito y todo; y a esperar a la 8ª cursa nocturna de Hospitalet. Ahora sí que me voy a tomar un tiempo de descanso, que me lo voy mereciendo; si acaso saldré a correr un día a la semana (si me apetece). Y así estaré hasta mediados de Junio, porque poco antes que comience el verano volveré otra vez a las 20 semanas de entrenamiento. Eso quiere decir que ya tengo en mente la próxima maratón. Aunque esta vez, cuando llegue el momento, no seré tan cansino con las entradas; sino que cuando me apetezca iré escribiendo. Pero ahora me toca descansar, con lo que el blog estará un par de meses prácticamente inactivo.

Saludos y a dejarse llevar por las piernas.