martes, 17 de marzo de 2015

El día después

Ya no me hace falta poner nosecuantísimo día de entrenamiento, porqué se acabó el entrenamiento. Hoy ya con la cabeza centrada y más calmado emocionalmente puedo ponerme a explicar mi gran experiencia de la maratón después de haber estado durante 140 días dando el callo (fallando en muy pocas ocasiones) y habiendo hecho un total de 948,392 kilómetros; vamos como si hubiese ido de Hospitalet a Extremadura, que se dice bien pronto.

Bueno comenzaré el relato de un maratoniano, porque ahora sí que soy un auténtico maratoniano, ya que he hecho los 42,195 Km. Que a gusto que me quedo cuando puedo decirlo, he hecho la aaratón, y me quedo tan ancho; me siento realizado al poder haber conseguido finalizar mi gran reto. Tenía mis dudas, porque claro, hacía cinco semanas queno hacía una tirada larga (desde el día de los 38 kilómetros). Cuando tenía que haber hecho 42 Km. me quedé a medio camino. Así que era eso lo que me hacía dudar. Aunque como bien me dijo mi primo Xavi, una vez en el meollo la gente y el ambiente lleva a uno en bolandas y es todo mucho más fácil.

Esta vez haré la crónica de la maratón por horas hasta el momento de la salida, y a partir de ahí iré haciendo la crónica por kilómetros.

6:00 Suena la alarma del móvil, aunque yo llevo ya un buen rato despierto. Realmente he dormido poco, porque el sábado me iba a dormir a las 0:30. Supongo que con los nervios y todo eso me costaba conciliar el sueño. Aunque para despertarme no he tenido ningún problema.

6:45 Después de estar como tres cuartos de hora perreando decido ya salir de la cama y desayunar con la calma mis tostadas con mermelada y mi yogurt con semillas de chia.

7:15 Visita obligada al baño para así evitar posibles contratiempos durante la carrera. Eso sí he quedado con mi cuñado a las 7:30 y yo en el baño y aún sin vestir, ni dorsal preparado, ni brazalete, ni reproducto de mp3. Con lo que después de mi visita al baño y beberme mi batido de maca le mando un mensaje a mi cuñado diciéndole que por causas de fuerza mayor llegaré un pelin tarde.

7:45 Me encuentro con mi cuñado y camino a plaza España a darlo todo. Los nervios van por dentro; y viendo un montón de runners en el ferrocarril aún me da más intríngulis.

8:00 Ya he llegado a plaza España. Madre mía la de gente que hay. Pues si que hay personas a las que le gusta ponerse a correr durante un montón de kilómetros; creía que era yo el único loco y no es así. Vamos según consta en la web más de 19.000 inscritos, y de esos la mitad extranjeros; además puedo decir que prácticamente vi a gente de toda Europa.

8:15 Una vez ya hechos los estiramientos, haber calentado y haber evacuado aguas menores toca irse al cajón de salida; en este caso irse atrás del todo y desde que salen los corredores de élite hasta que me toque salir a mi pueden pasar tranquilamente de 15 a 20 minutos. Pero bueno una cosa es la carrera de los etíopes y kenianos acostumbrados a correr maratones y a hacer tiempos estratosféricos, y otra cosa es la carrera que vale la pena. La carrera de los del último cajón, a los que más les cuesta hacer el recorrido, los que por orgullo, por ser su primera vez, por superación o por una promesa lo hacen. No le estoy quitando valor a ninguno de los más de 19.000 inscritos, pero esos corredores del último cajón son los que más mérito tienen. Ya lo han dicho siempre los últimos serán los primeros. Seguro que la última persona que cruzó la línea de meta se llevó la mayor ovación del público.
 

8:30 La gente empieza a gritar, eso quiere decir que ya se ha dado la salida para los corredores de élite, mientras tanto en el cajón magenta reina la calma y el buen ambiente y de momento no se mueve nada. Bueno sí, lo que se mueven son mis pulsaciones que la cosa parece que se va acelerando, hay ganas, nervios y concentración para que todo salga bien y pueda disfrutar.

8:50 Ahora sí, veinte minutos después que los Philip Cheruiyot, Lawrence Kimayo, Carles Castillejo arrancasen; por megafonía sonase el Barcelona de Freddie Mercury y Montserrat Caballé; y por mi mp3 sonase el Run to the hills de Ironmaiden, ya se puede decir que comienza mi maratón, pasar por la moqueta de salida, crono en marcha y a disfrutar y dedicarme a jugar al "dónde esta Wally" para buscar a mi hermana y a mi sobrino en los puntos donde iban a animar. Porque ya digo yo que no es fácil ir corriendo y entre tanta gente animando encontrar a alguien a quien estoy buscando. Según La Vanguardia, más de 200.000 espectadores en los 42,195 kilómetros de recorrido.

Km. 1 Carretera de Sants. El primer kilómetro de rodaje, ver sensaciones, mantener un ritmo y demás ya está hecho. Parece ser que llevo un buen ritmo. Mi cuñado a mi lado haciéndome de liebre y con quien puedo ir charlando alguna cosilla. Aunque claro, para mi lo que es un ritmo suave para él ya es un ritmo considerable y no puede hablar mucho.

Km. 7 Una vez rodeado el Camp Nou toca subir hasta la avenida Diagonal, primera subida considerable del recorrido. Mientras yo lo voy subiendo sin ningún tipo de problemas poco a poco mi cuñado se va quedando rezagado. En esos momentos yo me parezco a Fermín Cacho en la final de los 1.500 metros de Barcelona '92 que cada dos por tres voy echando la mirada hacia atrás en busca de mi cuñado, que lo veo allí a lo lejos. Así que cuando llego a la Diagonal decido aflojar un poco el ritmo para esperarlo y hacer los tres últimos kilómetros acompañado.

Km. 9 Vale que es el principio de la cursa, pero que a la altura de la plaza Francesc Macià venga un tío con la moto pitando y dando ánimos pues como que carga un montón las pilas.

Km. 10 y algo más. Calle Berlín esquina calle Numancia, allí veo un conocido de la peña de Fans del Hospi como responsable de que la cursa siga su buen camino. Unos metros más abajo consigo ver por segunda vez a mi hermana y mi sobrino. Eso me pone las pilas a tope, me despido de mi cuñado (porque el ya se retira), le doy las gracias por haberme acompañado y ahora sí que empieza un nuevo reto para mi. Por mi mente me entra un no sé que, porque ahora estoy totalmente solo ante el peligro. Pero bueno, la preparación que tengo me hace ser fuerte y tirar para adelante.

Km. 16 Sagrada familia. Siempre se agradece cuando la gente está animando, y más aún cuando a la altura del mítico monumento diseñado por Antoni Gaudí vi a un hombre que rondaría los setenta años, bien vestido de domingo, con su chaqueta, camisa y corbata. Y animando como nadie diciendo que nosotros sí que somos unos valientes. Quiera uno que no, pero esas palabras llenan muchísimo. De momento mis piernas estaban perfectas y mi mente a tope.

Km. 18 Calle Valencia esquina Avenida Meridiana. Siguiente punto en el que la familia me estaba esperando. Los ánimos van perfectamente bien, las piernas sin problema alguno y las fuerzas van genial. Tan bien me encuentro que cuando veo a mi hermana me pongo a saltar y a medio bailar antes de afrontar la temida avenida Meridiana. Dos kilómetros de subida y otros dos de bajada. Pero me encuentro tan bien que eso ni me importa.

Km. 21,097 Paso por el punto medio de la maratón con un tiempo de 2:10:39 mientras que hacía dos minutos que el keniano Philip Cheruiyot se proclamaba campeón de la maratón. A mi sólo me faltaba por hacer otra media maratón. Para el que piense que menuda paliza tanto rato corriendo yo sigo diciendo que hasta se me pasó rápido. Así que otra media maratón? Eso estaba hecho.

Km. 22 y algo más. Avenida Meridiana esquina Calle Valencia. Si mi hermana, mi cuñado y mi sobrino estaban a la subida de la Meridiana, evidentemente estaban a la bajada; vamos, otra inyección de adrenalina. Y al encontrarme tan bien le digo a mi hermana que se encargue de difundir por whatsapp que voy genial y con la moral a tope. Vamos, que esto ya está hecho.

Km. 28,5 Cambio de sentido en la avenida Diagonal. Este es uno de los puntos en los que más he agradecido el apoyo familiar; porque ya puede ser la cursa dels nassos, la media maratón, o la maratón que el tramo de la avenida Diagonal siempre se me hace pesadísimo. Como hablaba el domingo en los ferrocarriles con otro runner que también hizo la maratón. La avenida Diagonal tanto se suba o se baje siempre da la sensación que se está subiendo. Por eso cuando vi a los "animadores" familiares me volví medio loco y a afrontar la segunda parte de la Diagonal.

Km. 30 Avenida Diagonal. Después de hacer el pesadísimo tramo de la Diagonal me encontraba con el famoso MURO. Dicen que a los 30 kilómetros se hace un muro psicológico en el que hay un bajón moral y también donde el cuerpo empieza a tirar de sus propias reservas. ¿Quién ha dicho que hay un muro a los 30 kilómetros? Todo eso es mentira, no hay ningún muro. Si uno quiere ese "muro" lo derriba de un soplido. Y eso es lo que hice yo. Al hacer el paso por dicho punto kilométrico me puse a gritar como un loco que no había muro, que el muro no existía. No sé si alguien se fijaría en lo que dije o no, pero estoy más que seguro que los runners de al lado mío también se motivaron cuando me puse a gritar como un loco.

Km. 35 Calle Marina. Este ha sido el único punto donde me han flaqueado las fuerzas. Se me ha empezado a sobrecargar el bíceps femoral y he tenido un poco de bajón. Y ha sido aquí cuando he tenido que poner a trabajar mi mente pensando en que yo puedo hacer eso y mucho más, ha de valer de algo los cuatro meses y medio de entrenamiento que me he pegado. Los madrugones, el frío, la lluvia, el viento, la falta de ganas. Y también porque sólo me faltaban ya 7 Km. para acabar; eso estaba ya hecho. Además que no podía defraudar a todos los que me estaban siguiendo. Así que me hice fuerte, me olvidé de la sobrecarga y a seguir. Además pasado el arco del triunfo estaba mi cuñado animando (estaba mi cuñado solo porque mi hermana y mi sobrino se habían ido hacia Colón para acompañarme durante el tramo final. Al ver a mi cuñado me puse a gritarle que ya lo tenía hecho y que sólo me quedaban 6 kilómetros.

Km. 40 Plaza Colón y avenida Paralelo. Ahora ya solamente queda el tramo final, la temida avenida Paralelo, 2 kilómetros en los que va picando la subida. Dos kilómetros en los que se empieza a ver a mucha gente destrozada, que ya no puede más, que les han dado calambres, tirados en el suelo haciendo estiramientos para poder acabar, o incluso exhaustos. Pero yo no era ninguno de esos. Yo en ese momento iba muy animado porque ya lo tenía listo y más aún cuando vi a mi hermana y a mi sobrino que se lanzaban a correr conmigo. Aunque mi hermana sólo aguantó un kilómetro, decía que iba muy rápido. Pero mi sobrino como practica atletismo no había ningún problema y me podía hacer de liebre perfectamente. También he de decir que el primer kilómetro del Paralelo me costó un poquillo, pero el segundo viendo de lejos la plaza España ya me puse a mil. Aunque al final del Paralelo tuve que aflojar un poquillo porque me empecé a emocionar y me costaba tirar.

Km. 42 Plaza España. Ya sólo me faltan 195 metros para acabar. Esto ahora sí que está hecho, voy pegado al borde derecho buscando entre el público a mi madre y a mi mujer. Consigo dar con ellas, les pego una voz y me voy hacia ellas. Ahí ya ha sido cuando la emoción ha podido conmigo y rompo a llorar como un loco mientras estoy abrazando a mi mujer diciéndole que lo he conseguido, que he acabado la maratón. Para evitar que se me agarroten las piernas sólo me estoy unos segundos, vuelvo a la carrera y ahora sí. ¡HE ACABADO LA MARATÓN! Todo esto gritándolo, quedándome sin voz y llorando, levantando los brazos en alto, lanzando besos, saludando y dando las gracias.

Luego, evidentemente, gritos de emoción, incredulidad, risa, llanto. Vamos un sinfín de sentimientos que no sabría describir ni ahora ni no sé cuando. Y además que prefiero guardarme este momento para mi.

Y hasta aquí han llegado todo este tiempo de entrenamiento y maratón. Dar las gracias desde el primero hasta el último que en algún momento me han apoyado familia, amigos, acupuntora, fisio, compañeros de trabajo. En fin, no me cansaré de dar las gracias a toda esta gente, que cuando he tenido momentos de bajón, de insomnio, de sobrecargas musculares han estado ahí dando todo el apoyo. Así que ¡¡GRACIAS!!

P.D.: Ahora ya no escribiré todos los días, pero voy a seguir corriendo, y continuaré haciendo cursas. Así que no os vais a librar de mi tan fácilmente.






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