viernes, 4 de diciembre de 2015

Día 140... La Maratón.

Centésimo cuadragésimo día de entrenamiento. ¡Se acabó! Después de cuatro meses y medio en los que he pasado un poco por todos los estados de ánimo se acabó la preparación y la maratón... y ahora sí que puedo decir ya que soy corredor de maratones porque he conseguido acabar la maratón donostiarra. Sí, tenía dudas porque los maldítos 38 kilómetros de la preparación, o en las tiradas largas cuando me quedaba a nada y menos. Pero una vez estando corriendo por las calles de San Sebastián pasé esos 35 y esos 38 kilómetros sin dudar ni un solo momento. Todo el rato estuve seguro de mi mismo, durante todo el recorrido creí en mí, estuve todo el rato con la moral por las nubes y súper motivado. Además el viernes tuve sesión de acupuntura-masaje descontracturante-puesta a punto y salí como nuevo; lo pasé bastante mal porque iba un pelín (por no decir mucho) cargado, pero por suerte Rosa tiene manos de santa y me dejó como nuevo.

Si he tardado varios días en escribir la entrada del domingo ha sido porque quería digerir bien la maratón, disfrutar de mi momento para mi, y reponerme de todas las emociones. Porque acabar una maratón es algo único y espectacular; que no sabría describirlo, vamos, que hay que vivirlo. Da igual tardar tres horas que cuatro horas, lo importante es acabarla y poder decirlo lleno de orgullo y sin cortarse un pelo. Me viene a la cabeza cuando empecé a prepararme la primera maratón, gente cercana a mi me dijeron que estaba loco, que no sabía lo que hacía. Cuando he acabado esta segunda maratón su manera de pensar es totalmente distinta a la inicial. No sé, ya te miran con más respeto, orgullosos de la gran azaña que he realizado, del reto cumplido. Otra gente cercana me admira por la dedicación, superación, esfuerzo empleado y grandísima fuerza de voluntad para estar durante cuatro meses y medio preparándome, sufriendo frío, lluvia, viento, calor, madrugando cuando me hubiese encantado estar en la cama. Pero no sé, esto de correr crea muchísima adicción, hace tres días que he acabado de correr y ya me he apuntado a una media maratón para el 10 de enero, y se me está pasando por la cabeza el año que viene irme a Valencia a hacer la maratón... y conociéndome seguro que me acabaré apuntando.

Al igual que en la maratón de Barcelona haré un resumén de la maratón por las horas y los kilómetros recorridos para así llevar un orden y no liarme explicando unas cosas y otras, o subiéndome por las nubes como me suele pasar normalmente, que empiezo a contar cosas que no vienen a cuento.

Sábado 28 de Noviembre: Por fin ha llegado el día de ir para Donosti. Son muchas ganas las que tengo de coger el tren y embarcarme en esta nueva aventura, que veo que no será la única. A las 7:30 sale el tren con destino Irún; y ya no hay vuelta atrás, es lo que hay y es mi elección. Por mi cuerpo corren mil y una emociones de todo tipo, que si tengo unas ganas que llegue el domingo, no sé si lo haré bien, ¿y si me quedo a medias?, ¿cómo me planteo la carrera?, uff que ganas tengo de poder entrar en Anoeta.
A las 13:03 por fin llego a la capital guipuzkoana con unas ganas locas de estar por allí y disfrutar al máximo el fin de semana. El sábado aprovechar para pasear por la Concha y aún sáltandome un poco la dieta a la víspera de la maratón, no puedo irme de San Sebastián sin probar los pintxos donostiarras.
De momento aprovecho el sábado para desconectar de la maratón y dedicarme a disfrutar de la ciudad y de quedar con unos amigos a los que hacía como unos tres o cuatro años que no veía. Esto me va bien para tener la mente bastante despejada y no obsesionarme ni ponerme nervioso con la carrera, porque como ya he dicho tantas veces las obsesiones tampoco es que sean buenas, y no hay que ser estricto con uno mismo; también hay que dejarse llevar y disfrutar del sitio al que voy. Porque después de 11 años sin pisar dicha ciudad tenía ya ganas y así lo hice. Y también aunque no les dije nada en persona quiero agradecer a Patri y a César lo bien que me lo pasé y como me hicieron desconectar y pasar un buen rato.
Eso sí, cuando me llevaron a la feria del corredor y ya pude tener el dorsal en mis manos entonces me entró un no sé que por el cuerpo, porqué el momento ya llegaba. Pero en el fondo estaba como tranquilo, había una parte de mi que me decía que iba a salir bien la cosa.

Domingo 29 de Noviembre.

5:55. Suena la alarma. Esta vez no me da pereza levantarme, pero tampoco me levanto de buenas a primeras. Estoy en un momento raro; no estoy realmente nervioso por la maratón, ni tampoco tengo especial interés por hacerla. No sé estoy en un estado de tranquilidad y aprovecho para visualizar un poco la carrera y empezar a concentrarme.

7:00. Hay que reponer fuerzas; así que bajo a desayunar un desayuno como dios manda con sus tostadas, fruta, frutos secos, yogurt y té. La verdad es que sigo estando demasiado tranquilo, desayuno con toda la calma del mundo sin estar nervioso y sin pensar en la carrera; disfrutando de mi desayuno y además sin ninguna prisa. Sé que tengo tiempo de sobras y no me hace falta correr; además, las prisas nunca fueron buenas.
Cuando subo de desayunar aprovecho para hacer la visita obligadísima en este caso al baño. Ese día no me podía permitir bajo ningún concepto sorpresas inesperadas y que me fastidiasen media carrera. Porque ya se sabe, con el agotamiento como uno pare ya no hay manera de volver a arrancar.

8:15. Llego a Anoeta. El ambiente es espectacular. Hace fresco, pero no lo tengo en cuenta. El estar al lado de Anoeta ya es mucho para mi, un estadio que siempre me ha gustado en una ciudad preciosa. Vamos la combinación perfecta. Pero dejando emociones a parte me voy para el guardarropa a dejar mis cosas, a prepararme y a ponerme a calentar antes de dirigirme hacia el cajón de salida.
9:00. Ahora sí, no me he enterado del pistoletazo de salida, pero tal y como ha empezadoa rugir la gente quiere decir que la cosa ya ha empezado. Lo estoy escribiendo ahora, y aún se me ponen los pelos de pollo. Para quien no ha corrido una cursa no lo entenderá, pero para alguien que se ha pegado una gran preparación de tanto tiempo y llega el momento de demostrarlo todo es un momento único. Hasta estoy por decir que cuando pasé el arco de salida alguna lágrima se me escapó de la propia emoción. Y ahí comenzaba mi gran reto. Los primeros kilómetros suelen ser los más difíciles porque hay que buscar un ritmo adecuado, es la puesta a punto, el tomar sensaciones con el terreno, y el momento de no desesperarse si uno ve que le empieza a pasar mucha gente. Es el inicio, el cajón de salida es muy grande y cada uno tiene que encontrar su ritmo.

Km. 1. Parece ser que las primeras sensaciones son buenas, mantengo un buen ritmo, prácticamente a 6 minutos el kilómetro. Dudo un poco de si aflojar un poco, pero viendo que al paso por el segundo kilómetro sigo al mismo ritmo me dejo llevar con este ritmo. Me encuentro bien y tengo muy buenas sensaciones. He de decir más o menos por el primer kilómetro mientras voy paralelo a la ría (una imagen espectacular a las 9 de la mañana), al otro lado de la ría ya se pueden ver a los primeros tirando fuerte.

Km. 5. Una vez ya he tomado contacto con la carrera, me amoldo al ritmo de prácticamente 6 minutos el kilómetro (5:58). Voy cómodo, pero no todo lo concentrado en la carrera como me gustaría. Se me pasa por la cabeza la maratón de Barcelona, recordando que los cinco primeros kilómetros los hice como si nada y quizás el domingo no estaba todo lo a gusto que me gustaría. Al cabo de un rato me doy cuenta por qué no voy tan cómodo. Resulta que el paso por el Km. 5 es por el túnel (de unos 600 metros de longitud), y resulta que en el tramo de ida hacía un poco de subida, porque al dar la vuelta me noté que iba más suelto. Así que ya me puse serio y a seguir. Paso por el Km. 5 0:29:48.

Km. 10. Llevo diez kilómetros corridos y aún no he visto la playa de la concha (si hay algún latinoamericano leyendo esto que no sea malpensado, en España concha no significa lo mismo que en latinoamérica), con lo que ya hay ganas de ver la famosa playa. Por suerte es a partir de este punto kilométrico cuando se enfila el paseo de la concha y es algo precioso; correr viendo la bahía, con el monte Igeldo en frente y el islote de forma de tortuga. Con tal maravilloso paisaje es imposible agotarse corriendo. Me encuentro bien, sigo a mi ritmo (6:02 minutos el kilómetro) y pasando por el Km. 10 haciendo un tiempo de 0:59:58. Sabiendo que hay cámaras grabando hago alguna de las mías al pasar por la cámara, jeje.

 

Km. 13. Una vez dejada la bahía atrás entro en el tramo más aburrido (al menos para mi) de la carrera. Avenida ancha con una pequeña mediana de setos en medio y muy larga (me he dado cuenta que a mi los tramos rectos muy largos me agobian un poquillo); y para colmo empiezo a notar un poco de rozadura o formación de ampollas por un par de dedos. Por suerte a lo lejos veo a mi mujer que me está grabando; con lo que me pongo a hacer el payasete, y me cargo de moral.

 

Km. 14. Por suerte ya doy la vuelta a un tramo de tres kilómetros que se me han hecho pesadillos y ya vuelvo hacia la bahía de la concha. Y mejor no pensar en que dentro de unos 20 kilómetros aproximadamente tendré que volver, serviría para desmotivarme; así que por suerte mi mente la tenía a tope y a seguir, ya que el ritmo seguía siendo bueno y constante (6:02 minutos el kilómetro). El paso por el Km. 14 lo hago a 1:24:04

Km. 16. Por fin dejo atrás la avenida pesada, y también para rematarlo bien, y como dejando huella hay una subida fuertecilla de unos 50 metros justo antes de llegar al túnel que da acceso al paseo de la concha; esta vez con el ayuntamiento y el monte Urgull a lo lejos. Sigo disfrutando y pasándomelo bien, disfrutando del paisaje y de la gente que anima.

Km. 18. Dejo ya atrás la playa de la concha y me dispongo a bajar al estadio de Anoeta. Sí, he dicho bien, bajar. No sé cómo, pero San Sebastián da la sensación como que está por debajo del nivel del mar, porque cuando uno se mete para el interior da la sensación de que está bajando, en lugar de subir. También puede ser que como el paseo de la concha está unos metros por encima de la playa, pues eso puede servir de margen. Bueno, a lo que iba, al dejar atras la playa y girar para dirigirme por primera vez a Anoeta, en esa curva me entró de todo, un montón de gente animando. En esos momentos tuve que aflojar un poco el ritmo, porque de la emoción me costaba respirar.

Km. 21. Por fin consigo entrar en Anoeta, aunque fuese la primera vuelta, y luego tuviese que volver a entrar, ya había entrado; a ver que no es lo mismo ir de paso que acabar ahí, pero bueno, no todos los días uno puede decir que ha entrado en una pista de atletismo de un club de primera división. Aunque también he de decir que cada vez que he entrado en el estadio olímpico de Barcelona me ha entrado ese no se que. Pero llevaba muchos meses diciendo las ganas locas que tenía de entrar en Anoeta. Pues sí, por fin lo hice y la emoción fue brutal, que aunque fuese la primera vuelta y solo de paso entré al estadio con los brazos en alto y con alguna lagrimilla de más. A la salida veo a unos niños que quieren que le choque la mano, pues yo voy y lo hago, como agradecimiento me dan ánimos y me crezco para afrontar la segunda mitad de la carrera. Que cuando hago el paso por la media maratón, al ver que también hay una cámara hago de las mías. Entre el Km. 14 y la media me relajé un poco y bajé el ritmo a 6:13 minutos por kilómetro y tardando 2:07:34.

 

Km. 26. Cuando uno lleva, unos 26 kilómetros corriendo no hay cosa peor que encontrarse con una rampa considerable de un paso subterraneo (me recordó tanto a la cursa que hice en Chile cuando tuve que pasar por debajo de la autopista). Por suerte en este punto tan fastidioso iba enganchado a un grupito de dos o tres corredores, y el que marcaba el ritmo iba diciendo por que zona tirar mejor y cómo tirar; así que aunque no me guste mucho me aproveché de la situación. Si una cosa no tenía esta maratón era mucha gente. Durante la primera mitad aún se iba rodeado de gente y en ningún momento se perdía la estela de alguno de los de delante; pero claro, mucha de esta gente hacía sólo la media maratón, con lo que después de pasar por el punto de la media maratón me di cuenta que había muchos trozos en los que corría solo, y a la que podía intentaba engancharme al de delante. Pero eso es difícil ya que cada uno lleva su propio ritmo, y lo que siempre he dicho, cuesta adaptarse al ritmo de otro (a no ser que un montón de gente siga a una liebre.

Km. 30. Y después de algo más de tres horas estoy esperando ansioso la llegada del Km. 30 para demostrar que eso del muro no existe; bueno, y más que nada estaba esperando como agua de Mayo el gel para tener un plus de energía, que después de tanto correr apetece. Normalmente esa es la barrera psicológica en la que el cuerpo empieza a tirar de las propias reservas y la gente se viene abajo. Yo, en lugar de irme para abajo, me pasó todo lo contrario, me vine arriba y fue cuando empecé a tirar un poco más y ya iba siendo hora de bajar de los 6 minutos el kilómetro para contrarrestar el tramo que me había tomado de relax. Eso quería decir que me lo estaba pasando en grande, estaba disfrutando y estaba en mi salsa. Tan bien estaba que cuando vi la cámara me puse a hacer otra vez de las mías.

 

Km. 31. Por raro que pareciese y después de llevar más de tres horas corriendo me encontraba fenomenal, las rozaduras no me molestaban y las molestias musculares eran leves, vamos lo habitual cuando se llevan tantos kilómetros hechos. Las motos de la cruz roja iban arriba y abajo preguntando si todo iba bien, yo siempre con el pulgar hacia arriba y además bajando tiempo; con decir que del Km. 21 al Km. 31 había bajado un poco el tiempo a 6:07 minutos el kilómetro. Se acabó ya la relajación, porqué aunque fuese a disfrutar de la carrera no deja de ser una competición y sí, da igual el tiempo que haga, pero si consigo superar mi marca mejor aún; y al encontrarme bien, me pude permitir subir el ritmo un poquillo. Es lo que venía diciendo en entradas anteriores, si me encuentro bien pues aprieto, si no pues aflojo. El paso por el Km. 31 lo hice a 3:08:46.

Km. 35. Ya es la cuenta atrás, la meta está cada vez más cerca y además la gente que hay en la calle animando lleva a uno en volandas con comentarios tipo "vamos... aupa... oso ondo (muy bien)... vamos que esto ya está hecho... sigue así que este es el ritmo que debes llevar". Con comentarios así es normal que uno se crezca y no piense ni en muro, ni en cansancio, ni en nada. Son estos los pequeños detalles que hacen que me encante correr maratones y como las consigo disfrutar al máximo. Es un no sé qué, que me hace sentirme realizado y a gusto conmigo mismo; y es en esos momentos cuando uno se olvida por completo del sufrimiento de los madrugones, las tiradas largas y los abandonos en los entrenamientos. Además en este punto kilométrico me di cuenta que acababa, porque me encontraba fenomenal, mientras que el día que tuve que hacer los 35 acabé casi arrastrándome. A parte de eso, también era el punto de dar la vuelta y tirar ya para el estadio, con lo que más motivo aún para subirme. Mi motivación era tal que ya había bajado de los 6 minutos el kilómetro a 5:55 minutos y pasando por los 35 kilómetros a 3:32:24.

Km. 39. Claro, tanto subir el ritmo cuando llevo un montón de kilómetros las piernas se empiezan a agotar un poco. Ya he pasado la barrera de los famosos 38 kilómetros; es un subidón, pero el cansancio empieza a notarse y cualquier desnivel pasa factura. En estos momentos es cuando más he de hacer trabajar a la mente para no pararme y tirar de la fuerza de voluntad. Así que me lleno de valor y a por todas, a por la recta final. Las emociones también van aflorando, la meta está cerca y eso la gente lo sabe y anima más. Son momentos en lo que no sé que es mejor si dejarme llevar en volandas por la emoción, o bien concentrarme al máximo, porque hacer caso a la gente hace que me emocione y me cueste ventilar; con lo que no me quedó otra que pegar un par de respiraciones profundas, soltar un pequeño grito y a por la meta.

Km. 41. El bajoncillo sólo me dura dos kilómetros; dos kilómetros que se han hecho algo durillos, pero cuando paso por el cartelón del último kilómetro y a lo lejos veo el estadio de Anoeta, se me pasa por completo el bajoncillo y me crezco mucho más. Las emociones van creciendo y más cuando no las tenía todas de acabar (mucha gente con la que hablaba se lo comentaba), pero además de acabar, es que voy a bajar mi marca. Así que de bajón nada, todo lo contrario. La gente ya lleva en volandas a todos los heroes de esta maratón hacia la línea de meta. Es algo brutal, además que ya voy pensando como voy a reaccionar cuando entre en Anoeta, o más bien cuando empiece a rodear el estadio, porque allí hay un montón de gente concentrada aplaudiendo, animando y cargando la moral en los últimos metros. Es ahí cuando hay que darlo ya todo, así que la botellita de agua que llevaba la tiré para ir despejado y poder hacer la entrada triunfal en Anoeta con las manos libres.

Km. 42,195. Ahora sí que es mi entrada triunfal el Anoeta, se me corta la respiración, se me saltan las lágrimas de la emoción, mil y una emociones corren por todo mi cuerpo porque ya acabo, han hecho efecto los cuatro meses y medio de preparación; y ahí están dando sus frutos. Entro al estadio con los brazos en alto y dando muestras de conseguirlo agitando el brazo en alto. Intento apretar el ritmo pero me es imposible por todas las emociones que llevo encima. Así que en la recta de contrameta decido ir suave pero emocionado, sin dejar de mirar en la meta. Si alguien me pregunta que sentía en esos momentos no sabría responder. Pero mucha ilusión y mucha emoción. Hago la curva de los últimos 200 metros creciéndome al ver que delante tengo a dos corredores y los adelanto. Y ahora sí, por fin llego a la recta de meta. Son mis últimos metros y lo he conseguido. En esos momentos uno no puede ya contener sus emociones y se pone a llorar de la emoción por haber hecho la segunda maratón en nueve meses. Levanto los brazos, grito, la gente que está apoyada en la valla anima. Veo a mi mujer, me dirijo a ella y le lanzo un beso enorme. Me giro y atravieso la línea de meta siendo el protagonista por unos pocos segundos, que hasta el speaker centra en mi los comentarios. Es ahí cuando ha valido la pena todo el esfuerzo y por mucho que diga que no volveré a correr una maratón, sé que estoy mintiendo porque correré otra lo más seguro. Aunque el crono marque 4:19:06, mi tiempo real fue 4:13:12, consiguiendo bajar en dos minutos y medio mi marca. Y además los últimos 7 kilómetros hice un promedio de 5:40 minutos por kilómetro. También es aquí cuando ya después de duchado y preparando el equipaje para volver a Hospitalet me preguntaba si realmente es necesario hacer la famosa tirada de 38 kilómetros, si he conseguido acabar. Yo creo que sí que es necesaria si se intenta bajar la marca para ir más preparado. Aunque también en esos momentos me doy cuenta que no me tenía que haber comido tanto la cabeza por esos días que no pude cumplir. Así que lo tendré en cuenta para la próxima maratón. (como acabo de decir, dije que no correría más, pero sé que es mentira jeje).

 


Y con esto se ha acabado esta nueva aventura de cuatro meses y medio entrenando, 140 días en los que he vivido de todo y en los que he ido explicando todas mis experiencias; esta vez no ha sido centrándome tanto en los entrenamientos, sino que ha sido más en como lo he ido viviendo. Quiero agradecer a todo el mundo que me ha apoyado a conseguir este reto, a los que me han dado ánimos, a los que me han tratado en mis momentos de bajón y cuando estaba cargado muscularmente dándome consejos de estiramientos y demás... vamos amigos, familia, acupuntora... y como no a mi mujer que ha sido la que siempre ha estado ahí y quien más me ha tenido que aguantar en mis momentos de bajón. También quiero agradecer a todo el público donostiarra por lo bien arropado que me he sentido durante toda la carrera dando ánimos y llevándome en volandas hacia la pista de atletismo (a una mujer la vi animando por lo menos en siete puntos distintos).

Ahora sí que el blog lo dejaré un poco apartado y sólo lo utilizaré para decir alguna cursa que haga. De momento ya estoy apuntado a tres más; cursa dels Nassos (31/12 - 10 Km.), media maratón de Sitges (10/1 - 21,097 Km.), y cursa de Sant Antoni (17/1 - 10 Km.). Así que seguiré estando presente por aquí; no tanto como para escribir a diario; pero al menos entradas como resumen de las cursas sí que habrá. No os libráis tan fácilmente de mi, jeje.

Como último apunte antes de acabar esta entrada tan larga decir que durante el viaje de vuelta estuve casi todo el camino durmiendo, pero eso no impidió que pudiese ver este precioso atardecer por tierras navarras.



Día: 140
Distancia recorrida: 42.195 Km.
Distancia acumulada: 879.295 Km.

Saludos y a dejarse llevar por las piernas.

Que bonito queda el cuadro finalizado.

viernes, 27 de noviembre de 2015

Día 138... 5 Kilómetros.

Centésimo trigésimo octavo día de entrenamiento. La suerte está echada, último entrenamiento antes de la maratón, y los nervios corren por todo el cuerpo. Ya no hay vuelta atrás, ahora toca poner en práctica todo lo que me he estado preparando durante estos cuatro meses y medio; que cuando comencé no tenía narices a hacer más de 5 o 7 kilómetros seguidos asfixiándome de calor. Y ahora ya parezco una cebolla con las capas de ropa que me llego a poner encima para no pasar frío. Han sido cuatro meses y medio en los que he corrido por el parque de al lado de casa, por Hospitalet, Barcelona, la carretera de les Aigües, el delta del Llobregat, Ossó de Sió, Mérida, Linares, la vía verde de Linares. Entrenamientos que se me han hecho pesados, entrenamientos en los que he tenido que hacer paradas de emergencia, entrenamientos en los que he tenido que abandonar; pero también ha habido entrenamientos en los que me he sentido genial y lo he dado todo. Pero en fin, pasado mañana será lo que tenga que ser. Lo que sí que tengo clarísimo es que voy a disfrutar de lo lindo. Tengo muchas ganas de subirme al tren con destino San Sebastián, una ciudad en la que estuve por primera vez allá por el año 1999, y de la cual me enamoré mucho antes de bajarme del autocar. No sé que tiene Donosti, pero atrae, sus pinchos, su paseo de la concha, el monte Igeldo y el monte Urgull, los pueblos de los alrederores Zarautz, Zumaia, Getarea, Orio, Deba, Hondarribia... vamos que es un lugar precioso y que el domingo volveré y además a correr, y no a correr una cursa de 10 kilómetros o una media maratón, no. El domingo correré una maratón, porque ya que vamos, pues vamos a hacerlo bien ahí va la ostia!!

Hoy, sí que no tengo mucha cosa que contar, ya he ido explicando mis sentimientos en pasadas entradas; lo que sí que puedo decir, es que ya me lo estoy empezando a creer. No está a la vuelta de la esquina, sino que ya está aquí. Mañana a esta hora, más o menos estaré llegando a Tudela. Que mañana no tendré que salir a correr, pero tendré que madrugar (el tren sale a las 7:30 de la mañana). Aunque ya digo que mañana no me dará ninguna pereza tener que salir de la cama. Y el domingo menos aún. Eso sí, estas dos noches que me quedan no sé realmente si conseguiré dormir bien o iré con nervios y me costará dormir. Pero bueno, a estas alturas que sea lo que tenga que ser y a dejarme llevar por los acontecimientos, ya que así es la única manera de no sufrir y de pensar si todo saldrá bien. Lo mejor, eso, dejarse llevar por los acontecimientos. El domingo dejarme llevar por la gente, y no estar pendiente si voy a tardar 4 o 5 horas; tardaré lo que tenga que tardar y hasta me da igual ser de los últimos en cruzar la línea de meta. Pero voy a disfrutar. ¿Por qué son tan repetitivo con este tema? Pues muy fácil, es una motivación que yo mismo me doy, y también es una manera de preparar la mente para estar corriendo durante tantas horas. Lo que ha durado esta preparación he ido sin música y muchas veces por sitios monótonos para acostumbrarme a las situaciones adversas; y cuando llegue el momento tener ese plus de motivación. La maratón no es sólo correr y ya está. Para lograr hacer los 42,195 metros hay que prepararse la mente y constantemente hay que estar dándose ánimos. Esta vez no estará ni mi hermana ni mi sobrino por distintos puntos animándome; tampoco tendré a mi cuñado de liebre durante los 11 primeros kilómetros; pero estaré en San Sebastián, y con eso me basta para hacer todo el recorrido. No quiero hacerme planteamientos, porque a lo mejor me lo planteo de una manera y luego sale de otra. Lo que sí que tengo muy claro, es que la primera mitad la haré muy tranquilamente para así la segunda mitad poderla afrontar con garantías. No quiero que me pase como en algunos entrenamientos, que me noto que voy bien y realmente le estoy metiendo más caña.

Esta mañana he variado un poco el recorrido para venir a trabajar. Normalmente suelo llegar a plaza España y continúo por Gran Vía hasta la calle Aribau. Sólo que en lugar de hacer 5 kilómetros me iba más o menos a los 5,8 Km.; en cambio si me iba por Sants, subiendo por la calle Sagunto hasta más o menos la estación de Sants (lugar al que tendré que ir mañana) y de allí coger avenida Roma y calle Mallorca hasta el trabajo. Con lo que más o menos son unos 5,2 Km. Así que me ahorrado unos 600 metros. Pues hoy me ha ocurrido que me ha sabido a poco el entrenamiento, prácticamente ni me he enterado de éste. Cuando menos cuenta me he dado estaba ya en la estación de Sants; y el tramo de la calle Mallorca lo he hecho pero volado. Vamos que ha sido un visto y no visto; cosa que me ha gustado mucho, porque eso quiere decir que la mente la tengo en los 42 kilómetros, y tendré que ir kilómetro a kilómetro, sin ninguna prisa por llegar. Llegaré cuando tenga que llegar. Del entrenamiento de hoy, también he de decir que el tramo de la calle Sagunto (que es subida) lo he hecho pero prácticamente con los ojos cerrados. Así que la cabeza la tengo ya en el domingo.

Mañana, será día de viaje, no sé si escribiré algo o no. Todo se verá si tengo ganas de escribir o no. Ya se verá; como he dicho antes, me dejo llevar por los acontecimientos y que lo que tenga que ser será. Si mañana hay entrada pues perfecto, que no la hay, pues nada, ya la habrá el domingo o el lunes cuando haya cumplido mi objetivo.

Día: 138
Distancia recorrida: 5 Km.
Distancia acumulada: 837.1 Km.

Saludos y a dejarse llevar por las piernas.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Día 135... 7 Kilómetros.

Centésimo trigésimo quinto día de entrenamiento. Penúltimo entrenamiento antes de la maratón. Me repetiré no se cuantas veces, seré muy cansino, o todo lo que sea; pero ya está aquí la maratón y los nervios (o impaciencia) ahí están ya aflorando. Llevo un par de días con una cosilla en el estómago; entre las pequeñas dudas que tengo, las ganas de estar allí, los nervios; son un cúmulo de sensaciones que se revuelven todas esas sensaciones en mi estómago. Que se yo, tengo una sensación como cuando uno queda por primera vez con esa persona que le gusta y está hecho un flan, pues más o menos estoy así yo. Intento pensar lo mínimo posible en el evento, pero no hay manera, siempre en algún momento la cabeza me va a Euskadi. Además también hace 11 años que no voy por allí y tengo muchas ganas de estar ya por allí. Pero bueno, podré estar todo lo nervioso que sea, pero tengo una ilusión por que llegue ese ansiado momento; y también por la novedad de ir a correr por un sitio nuevo, del que tengo vagos recuerdos de las calles. Claro, como acabo de decir, en San Sebastián estuve hace 11 años, pero esa última vez no me acerqué a Anoeta; fue por el año 2001 la única vez que me acerqué al estadio txuri urdin, y además estaba cerrado (no pongo la foto que tengo en la puerta del estadio porque no la tengo a mano, además que la tengo en papel... por aquellos años aún no se llevaba la fotografía digital). Pues eso, que tengo unas ganas locas de estar por allí y poder entrar en dicho estadio en el estado que sea, pero yo tengo que acabar allí, no me vale acabar en cualquier otro lado, no, tengo que acabar la maratón. Me he esforzado mucho para este momento.

Hoy realmente, no es que tenga que explicar muchas cosas, a parte de más de lo mismo. Como ayer ya estuve explicando sensaciones, entre ayer y hoy no es que haya muchas variaciones. Lo que sí que hice ayer cuando llegué a casa fue salir a hacer mi penúltimo entrenamiento antes del gran momento. Y lo mal que lo llegué a pasar, no por la carga física, sino por el frío, que me costó bastante comenzar a entrar en calor, hasta el kilómetro 5 o 6 no se me quitó el frío, y tenía que hacer 7 kilómetros; pero como siempre digo es lo que hay, y hay que aceptarlo, porqué el domingo haga el tiempo que haga me tendré que aguantar y apechugar haga frío, haga calor, llueva o nieve.

Dejando el frío a parte, he de decir que ayer, habiendo corrido 19 Km. el domingo y habiendo hecho el lunes 8 Km. con cambios de ritmo, me encontré genial, nada cansado y muy animado. Esto de correr por las tardes y poder perrear en la cama es una gozada realmente; el no tener que madrugar me ha hecho motivarme mucho más. Aunque la real motivación ha venido por estar estos tres días rindiendo muy bien y respondiendo correctamente; además ayer me pude permitir hacer el entrenamiento a muy buen ritmo; y en el último kilómetro darlo todo en la subida, asimismo como los últimos 300 metros ya lo di todo. Vamos que ayer estaba "on fire"... que viene a decir que estaba a tope, y eso uno quiera que no, a cuatro días de la maratón motiva mucho. El estar la última semana con muy buenas sensaciones ya es mucho; esto hace que se me carguen las pilas y disfrute al máximo el domingo. Que disfrute de mi estancia por la capital guipuzkoana y el domingo que disfrute de la maratón al máximo, corriendo por las calles y recibiendo el apoyo del público que estará animando a los 3478 inscritos en la maratón, 2158 inscritos en la media maratón y 1020 inscritos en la de 10 Km. Vamos un total de 6656 inscritos (ni punto de comparación con las cursas de Barcelona); espero que no me pase factura al haber tan "pocos" inscritos y haya trozos en los que esté corriendo solo. A correr sólo me refiero a lo mejor sin nadie a mi alrededor en unos cinco metros.

Después de estos tres días seguidos corriendo con tan buenas sensaciones, me tocan dos días de merecido descanso para ir relajando las piernas y comenzar a concentrarme al máximo para ir mentalizándome del gran momento. Así que hasta el viernes ya no escribiré nada; y el viernes ya será mi último entrenamiento antes de la maratón, que después de ese entrenamiento no sé si escribiré alguna entrada desde San Sebastián el sábado. Supongo que sí, pero no digo nada seguro. Ya se verá según las ganas que tenga.

Día: 135
Distancia recorrida: 7 Km.
Distancia acumulada: 832.1 Km.

Saludos y a dejarse llevar por las piernas.


martes, 24 de noviembre de 2015

Día 134... 8 Kilómetros Fartlek

Centésimo trigésimo cuarto día de entrenamiento. La leche que frío que hace, ayer empecé a entrar en calor cuando ya estaba acabando el entrenamiento; pero es lo que hay y lo que toca. Además pronostican lluvia, así que tengo que hacerme a las condiciones climatológicas que haya, frío, calor, viento o lluvia. Si llueve será más meriotorio aún. Pero bueno, con una gorra, las lentillas y el cortavientos ya me taparé bien. Sólo espero que la zapatilla agarre bien, ir con cuidado de no pisar pintura ni ninguna tapa para evitar resvalones y lesiones absurdas.

Esta semana va a ser un poco rara en cuanto a entrenamientos; bueno, últimamente estoy haciendo muchas variaciones, pero al menos corro lo que toca. Ya que el domingo fue el primer domingo que corrí, y ayer y sin tomarme día de descanso volví a salir a correr; lo mismo que haré esta tarde cuando llegue a casa. Para así, miércoles y jueves tomármelos de descanso; el viernes venir al trabajo corriendo con toda la calma del mundo, lo hubiese hecho el sábado, pero el sábado será el día de viaje y quiero tomármelo con calma y disfrutar de San Sebastián, y quien dice que a lo mejor me haga una escapada a Zarautz, vamos disfrutar y olvidarme durante unas horas del gran reto. Y el domingo, sí, a por todas, empezar en la avenida Madrid, ir ría arriba, ría abajo, pasar por la Concha, ir hacia las afueras volver, entrar en Anoeta y volverlo a repetir. El domingo quiero entrar en el estadio con los brazos en alto, me da igual si es arrastrándome, caminando o cojo... pero yo tengo que acabar como sea. Me he pegado cuatro meses y medio esforzándome para esto precisamente; si el día de los 38 no los pude hacer, no me tiene por qué influenciar. Yo tengo capacidad suficiente para hacer una maratón. La clave está en el sábado pegarme una buena cena de pasta; y el domingo llevar un ritmo suave y disfrutar del momento, porque no sabré cuando volveré para Donosti.

Es curioso como en cuatro meses y medio ha cambiado el tiempo radicalmente. Aún recuerdo el lunes 13 de julio, primer día de entrenamiento el calor que hacía, aquello era insoportable; después de haber estado más de tres meses sin salir a correr creía que me moría y que la cabeza me iba a estallar. A los 3 kilómetros de comenzar quería ya acabar. Y lo peor, acabé de correr chorreando de sudor, me duché y continuaba sudando, vamos, algo horrible. En cambio ayer lunes 23 de noviembre, centésimo trigésimo cuarto día de entrenamiento, hacía un frío de mil pares de narices, las manos las tenía congeladas. Pero digo una cosa, prefiero mil veces salir a correr con frío que con calor, porqué con el frío tarde o temprano entraré en calor y ya me encontraré a gusto; en cambio con el calor y ese bochorno horroroso se pasa fatal. Al principio sí que pasé frío, pero no es cuando peor lo he pasado. A los 5 o 6 kilómetros ya no tenía frío en las manos y el cuerpo estaba caliente. Lo que me sorprendió es que los cambios de ritmo los hice bastante bien, sin encontrarme muy cansado, aguantando bien el tipo, yendo a un ritmo normalito y cuando pegaba los cambios los hacia yendo a un ritmo fuerte durante unos 300 metros. También soy masoca, porque el cambio de ritmo lo hacía, eso a falta de 300 metros de completar el kilómetro; y cada vez que empezaba una nueva vuelta era en subida, así que más motivación. Una manera de entrenarse bien, por decirlo de alguna manera. Eso sí en la última vuelta como me encontraba más o menos bien y con fuerza decidí hacer varios cambios de ritmo. Los primeros 200 metros los hice a ritmo normal; a partir de ahí venía la subida fuerte, con lo que dije "vamos a meterle caña"; así que hice los siguientes 200 metros fuertes. Ya llevaba 400 metros hechos, con lo que los siguientes 200 metros los hice suaves, y el último tramo de 400 metros a darlo todo. Evidentemente cuando acabé si que estaba bastante cansado, pero bueno una duchita, una buena cena y a descansar.

Esta tarde, o noche (depende de como se mire) me toca hacer 7 kilómetros, así que me lo puedo tomar con calma; aunque creo que lo podré hacer perfectamente. Después del domingo los 19 kilómetros y ayer los cambios de ritmo me encuentro muy bien y con más ganas de guerra. He de decir que esta semana estoy ya con la vista puesta en la maratón y sólo tengo ojos para el gran momento. Así que creo que lo podré dar todo; pero nunca hay que confiarse. Hay que ir entrenamiento a entrenamiento, poquito a poco, despacito y con buena letra. Hoy tocan 7 Km., mañana y pasado descanso; y el viernes después del entrenamiento ya me puedo concentrar en la maratón. Pero mientras tanto a acabar la semana.

Día: 134
Distancia recorrida: 8 Km.
Distancia acumulada: 825.1 Km.

Saludos y a dejarse llevar por las piernas.

lunes, 23 de noviembre de 2015

Día 133... 19 Kilómetros.

Centésimo trigésimo tercer día de entrenamiento. No fue ni el viernes, ni el sábado; al final salí a correr ayer domingo por la mañana. Los motivos muy sencillos. Pese a tener fiesta el viernes, tenía de tiempo límite llegar de correr como muy tarde a las 8:30. Y pasó lo que me ha pasado tantísimas veces; ya me levanté tarde (con el tiempo justísimo), pero tuve que ir a evacuar y allí ya perdí todo el tiempo del mundo. Así que para ir con prisa preferí no salir a correr, depende a que hora llegase el viernes por la tarde iría a correr. Pero qué se puede esperar de mí, después de una boda; evidentemente el viernes por la tarde no llegué a casa en condiciones para salir a correr (al menos en esta boda no llegué tan perjudicado como en la última boda). Al no salir el viernes a correr pensé en salir a correr el sábado; pero nada más despertarme escuché que hacía un viento tremendo; y no hay cosa peor que correr con viento, ya que como no sea a favor es horrible correr con el viento en contra o racheado lateral. Así que no me quedó más remedio que quedarme en casa a descansar por segundo día. Con lo que ayer ya me daba igual el tiempo que hiciese que yo iba a salir a correr, no podía perder un día más, y más aún (valga la redundancia) siendo el último día de una tirada larga. Así que me vestí como las cebollas y a la calle a correr, y si me daba el viento de cara o racheado lateralmente me aguantaría. Estoy a una semana de la gran cita y sólo espero poder responder y acabar bien la maratón.

Ayer, entre una cosa y otra, salía a correr bien pasadas las 8:45, pero bueno, al ser domingo no tenía ninguna prisa por salir antes o después. Y aunque fuese como las cebollas con varias capas de ropa, el frío que hacía se notaba; en uno de los termómetros por los que pasé sólo marcaba 7 grados. Pero lo peor no era el frío, porque eso a la que se llevan un par de kilómetros hechos se pasa; lo peor es el viento, porque mientras iba por zonas donde había edificios no había ningún problema, ya que más o menos me refugiaba, pero en zonas anchas (como la Gran Vía) era brutal las rachas de viento. Y eso que no hacía tanto viento como el sábado, pero igualmente lo hacía. También he de decir que lo pasé peor la semana pasada volviendo por el río Llobregat cuando me tuve que hacer casi 5 kilómetros seguidos con el viento en contra sin poderme refugiar en ninguna parte.

Ayer, también, se me pasó por la cabeza irme a la carretera de les Aigües, pero en seguida lo descarté, primero por el frío, ya que si por Hospitalet hacía 7 grados, en la carretera de les Aigües tranquilamente podrían ser 4 grados, si a eso se le suma el viento pues la sensación térmica podría ser de 1 o 2 grados. Me hubiese gustado, así como para finalizar mi entrenamiento, pero no ha podido ser. Tal y como dije en mi anterior entrada ya buscaré otra oportunidad, sea en bici o corriendo, o incluso caminando con la perrilla.

Me cuesta aún hacerme a la idea que ya estoy en mi última semana de preparación, y los sábados podré perrear, y los viernes trasnochar sin pensar en que el sábado tengo que madrugar para hacer una tirada larga; o cuando mejor esté en la cama tener que salir de ésta. Es que si en la anterior preparación el problema fue el insomnio, en esta ha sido claramente el sueño y las pocas ganas de ponerme a correr por las mañanas. Eso sí, cuando he salido a correr he cumplido lo mejor que he podido y luego me he encontrado genial; porque mi problema ha estado en salir de la cama. Pero bueno, ya es sólo esta semana y se acabó. Cuando vaya haciendo el mantenimiento podré ir tranquilamente por la tarde; y si un sábado me despierto con ganas de salir a correr, pues salgo a correr la distancia que me apetezca. Eso sí, arrepentido tampoco estoy, ni mucho menos, tengo unas ganas locas que llegue el domingo y poder correr por las calles donostiarras. Aunque aún no me creo que es este fin de semana ya. Hasta que no esté allí, con el dorsal en mi mano, no me lo creeré; y eso que reserva de hotel y billetes de tren ya tengo. Pero he de estar allí físicamente para creermelo; y cuando me lo crea, pues a darlo todo tanto si llueve, como si hace frío o sol. Llevo cortavientos, gorra, braga y lentillas por si las moscas; así que nada me tiene que impedir darlo todo el domingo. Que poca gente puede decir que ha entrado en el estadio de Anoeta, o que ha hecho la cocura de cascarse algo más de 600 kilómetros para ir a correr una cursa. Pero estas cosas hay que hacerlas sin pensárselo, porque sino, no se hacen; y para cuatro días que vivimos hay que hacer estas cosas y disfrutar de lo que a uno le gusta.

Entre una cosa y otra ni me he puesto a explicar como me fue ayer, que a parte del viento en la Gran Vía y el último kilómetro donde sufrí un poquillo; el resto fue como la seda. Me encontré muy bien y nada cansado, con lo que eso se puede transmitir en buenas sensaciones para el domingo. Lo que sí que he de hacer es suavizar el ritmo, ya que haciendo cálculos creo que fui a algo menos de 6 minutos el kilómetro; y como dije en alguna entrada mi idea es hacer más o menos un ritmo de 6:10 el kilómetro (al menos hasta los 21 Km.), para así afrontar la segunda mitad con fuerza. También está la ventaja que el último tramo hace una ligera bajada; así que no será como en Barcelona, que los dos últimos kilómetros son en subida. Si también hay que tener en cuenta que yo en los tramos finales me crezco puede ser un final apoteósico entrando en Anoeta con los brazos en alto. Y habiendo "pocos" atletas no llegaré con mucha aglomeración. Es más, creo que seré de los últimos en cruzar la meta, pero a mi me da igual, porque mi objetivo es disfrutar y acabar.

No sé aún si correré esta tarde o mañana. Lo que sí que sé es que me toca hacer cambios de ritmo, cosa que no me gusta mucho hacer, pero es importantísimo que lo haga para ir poniéndome ya a tono. Así que creo que lo haré hoy y así ya me lo quito de encima, para luego tener miércoles y jueves de descanso. Pero, eso ya lo iré explicando poco a poco a lo largo de la semana.

Día: 133
Distancia recorrida: 19 Km.
Distancia acumulada: 817.1 Km.

Saludos y a dejarse llevar por las piernas.

jueves, 19 de noviembre de 2015

Día 130... 5 Kilómetros.

Centésimo trigésimo día de entrenamiento. Ya sólo me quedan diez días de entrenamiento para el gran momento. Aunque esta mañana venía corriendo para el trabajo y me ha surgido una duda ¿el día de la maratón se puede considerar como día de entrenamiento? Menudo dilema a diez días (o nueve según como se mire) del gran evento. En la pasada maratón, el día clave lo conté como centésimo cuadragésimo día de entrenamiento. Así que el domingo que viene lo consideraré como centésimo cuadragésimo día de entrenamiento y fuera dudas; que sino empiezo a darle vueltas y vueltas y no acabo; es como el huevo o la gallina ¿qué fue primero, el huevo o la gallina? Muchos dirán el huevo; sí, muy bien, pero ese huevo lo tuvo que poner alguna gallina. Pues entonces la gallina... ah, pero esa gallina tuvo que salir de algún huevo. Nos podríamos pegar hablando de esto horas y horas sin llegar a nada fijo. Aunque también puede aparecer el enteradillo de turno que salte con "eso está relacionado con la teoría de la evolución de Darwin".

Bueno a lo que voy, que sino hablo de cualquier cosa menos del running y es lo que realmente importa en este blog; bueno, aunque como he dicho tantísimas veces, esto es mi blog y escribo lo que quiero, como si me pongo a decir que "yo he venido aquí a hablar de mi libro" o sino a decir "hablemos del milenarismo... el milenarismo va a llegar... déjame hablar". Será mejor que no desvaríe, jeje. Ahora sí, después de esta nota de humor/frikismo, vuelvo a ponerme a escribir sobre la preparación, que todo esto ha venido por una duda que me ha surgido esta mañana. Dudas a parte, he de decir que ya voy notando la presencia de la maratón aquí mismo; casi cuatro meses y medio que han pasado volando, con mis dudas, que no es para menos, pero ya no hay vuelta atrás y como salga saldrá, y si me tengo que retirar en el kilómetro 24 (por decir alguno), que no me quiten lo bailado. Al menos me he pegado un viajecio a San Sebastián y habré comido unos cuantos pinchos. Pero mi objetivo es acabarla, y la acabaré, que para eso voy para allí, y me lo pasaré en grande, además que podré correr a gusto porque son pocos participantes (en comparación con la maratón de Barcelona, 19.000 inscritos); en esta entre la cursa de 10 Km., la media maratón y la maratón hacen un total de 7.000 inscritos. Así que llegaré de los últimos, pero ya lo dicen, los últimos serán los primeros, porque son los que más mérito tienen, los que tenemos que hacer un esfuerzo para completar los poco más de 42 kilómetros. Para Carles Castillejo no le costará mucho, además que es muy probable que me doble en mi primer paso por Anoeta (y yo encantado); pero para mi me costará correr más de cuatro horas para completar el recorrido que los que ganan tardan la mitad. Por eso digo que a la hora de correr una maratón todos son campeones, del primero al último por lo que nos hemos esforzado para recorrer dicha distancia. Escribiendo estas palabras ya me estoy llenando de moral, así como viendo fotos, vídeos y leyendo mis logros de principio de año.

Otro punto más de la motivación maratoniana es que ya tengo dorsal asignado para el domingo 29, a ver, que es un simple y sencillo número para cualquier otra persona, pero para mí es algo más que un número. Para mi, es un símbolo, un reto, una meta, un logro por haber conseguido un objetivo, y porque hay un largo camino hasta llegar a este momento. Vamos que para mi, el número 3597 es mucho más que un número.


Hoy me he puesto a hablar de motivaciones y demás, y realmente no me he puesto a hablar nada de mi entrenamiento de hoy. La verdad es que poca cosa puedo decir de un entrenamiento de 5 kilómetros y correr hasta el trabajo. Como lo he hecho ya tantas veces, no hay mucho que contar, vamos más de lo mismo. Quizás, decir que me he cansado un poquillo para enganchar más semáforos en verde pegando sprints. Y bueno, que salir a correr casi a las 8 de la mañana, entre semana viene siendo un poco caótico. Porque a no ser que vaya por aceras anchas hay que ir esquivando a la gente de mala manera. Algunos te ven y se apartan, les das las gracias y te las devuelven; pero hay otros que ni aún diciéndoles si me pueden dejar pasar, ni se apartan y tengo que hacer unas virguerías tremendas. Al final tendré que hacer como en la última cursa del Corte Inglés que corrí. Si en estas cursas se sale por cajones es para que nadie entorpezca el ritmo a los otros, pero hay gente que se cuela unas calles más alante y lo único que hacen es estorbar porque no valen ni para correr; porque si esas personas que no pueden ni con su alma en lugar de colarse saliesen atrás del todo no habrían estorbos; cada uno que vaya acorde con su ritmo y salga de donde le toca. Pues bueno, iba yo por la calle Aragón más o menos por el kilómetro 2, y ya iba mosquedado cansado de esquivar a los que se cuelan y van a un ritmo más lento. Pero lo que ya pudo conmigo fue cuando me encontré a un tío que era como una bola que iba sudando grasa (vamos que ya iba chorreando en el Km. 2). Vamos que me lo encontré de golpe y ya no aguanté más y le tuve que pegar un empujón y soltarle una bronca tremenda. Yo no es que suela ser así, pero llega un momento que ya estaba hasta los mismísimos; a parte que me fastidia mucho que se me interrumpa el ritmo; por eso no puedo con la gente que se cuela en los cajones de salida por no querer salir cinco o diez minutos después.

Mañana me toca hacer 19 kilómetros, mi última tirada larga antes de la maratón. Al final no será en la carretera de les Aigües, que le haremos, en otra ocasión será. Aunque creo que la próxima vez que haga dicho camino será con la bici.

Día: 130
Distancia recorrida: 5 Km.
Distancia acumulada: 798.1 Km.

Saludos y a dejarse llevar por las piernas.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Días 127 y 128... 8 y 10 Kilómetros.

Centésimo vigésimo séptimo y centésimo vigésimo octavo día de entrenamiento. Últimamente me estoy volviendo demasiado vago a la hora de ponerme a escribir una entrada del blog. No sé cómo explicarlo, pero al no ser tan novedoso el tema y estar aquí ya mismo el gran evento mis sentimientos son una gran montaña rusa. Un día estoy eufórico perdido, y al rato me entran todos los miedos de repente. Luego, como ya he corrido una maratón me confío y estoy la mar de tranquilo, y al momento me pongo nervioso pensando por ejemplo en la meteorología o en si estará bajo buen recaudo en el guardarropa la mochila. Es eso, demasiado cambio de ánimo junto; y esto conlleva a que las ganas de escribir sean pocas. Pero por suerte las ganas de correr no se me quitan, y es más, esta semana lo estoy disfrutando de lo lindo porque estoy saliendo a correr por las tardes; eso quiere decir que llevo tres mañanas perreando en la cama y despertándome poco a poco, como a mi me gusta. Y para la semana que viene lo tengo más que claro que voy a hacer exactamente lo mismo, además de salir a correr cuatro días en lugar de cinco (maratón incluida). No tengo ganas de agotarme antes de tiempo; y si tenía que haberme preparado bien, lo tendría que haber hecho ya y no todo corriendo a ultima hora. Con lo que el pescado ya está vendido.

Ayer estuve revisando una de las entradas de la anterior preparación, precisamente la de justo después de la maratón. La leo y aún se me pone la piel de gallina y me emociono pensando en los últimos metros de aquella maratón. Fue un momento único donde también hubo mucha emoción. Y yo quiero que de aquí al domingo 29 sea exactamente igual; quiero disfrutar cada kilómetro que corra. Eso sí no pienso tener ninguna prisa en recorrer los 42,195 Km. tengo cinco horas de tiempo límite para hacerlo, así que me lo puedo tomar con toda la calma del mundo. Además correr por el paseo de la Concha ha de ser una pasada. Pensándolo bien, a parte de cuando voy hasta el Prat no he corrido por al lado de la playa. También entrar en el estadio de Anoeta tiene que ser una pasada; si ya cuando lo he hecho en el estadio olímpico de Barcelona he alucinado, pues ni quiero contar como será en el estadio donostiarra. Vamos que me he de empezar a motivar y a concentrar para pasármelo en grande, que es el motivo por el que corro y así pegarme un fin de semana por Guipúzkoa.

Al salir a correr tanto lunes, como martes por la tarde no he tenido ninguna clase de problemas para despertarme, evidentemente, y hasta me he notado mucho más cómodo, con más ganas y más motivado. Lástima que me haya dado cuenta de esto a dos semanas de acabar la preparación. Eso no quiere decir que tanto jueves y viernes salga a correr por la mañana (ya que hoy me he tomado el día de descanso). Pero yo creo que no tendré ninguna clase de problemas en salir a correr, ya que creo que estos dos días he tenido una subida de adrenalina y me ha subido también la moral. Necesitaba un cambio así para crecerme un poquillo, ya que últimamente iba con un poco falto de ganas. Falto de ganas no es la palabra exacta; es lo que he comentado en estos días anteriores, quitarme los miedos y acabármelo de creer porque soy capaz de esto y más. Además el sábado pasado hice el último tramo a ritmo fuerte, eso quiere decir que aún me quedaban bastantes reservas. O sino ayer mismo, que el último kilómetro lo hice a ritmo fuerte (incluso estoy por decir que iba a ritmo de series). Esto lo hago para medir mis fuerzas. Yo creo que si el día de la maratón voy a un ritmo más o menos de 6:10 la primera mitad, luego para la segunda mitad o últimos 10 kilómetros puedo apretar y acabar por todo lo alto. Pero bueno tampoco quiero hacer muchas previsiones y como tenga que ser será. Lo único que no quiero es sufrir y acabar arrastrándome por los suelos.

Esta semana al haber hecho un cambio en los días he descansado hoy en lugar de mañana jueves; más que nada porque sólo voy a correr cuatro días en lugar de cinco. Para así, mañana, venir al trabajo corriendo; y el viernes hacer los 19 kilómetros, para así el sábado no tener ninguna prisa en despertarme y quitarme de la cabeza la cosilla esta que tenía de los sábados de tener que salir a correr.

Día: 127
Distancia recorrida: 8 Km.
Distancia acumulada: 783.1 Km.

Día: 128
Distancia recorrida: 10 Km.
Distancia acumulada: 793.1 Km.
Saludos y a dejarse llevar por las piernas.


lunes, 16 de noviembre de 2015

Día 125... 19 Kilómetros.

Centésimo vigésimo quinto día de entrenamiento. Ya sólo me faltan quince días para la gran cita, y si digo la verdad llevo un acojone encima tremendo. El haberme quedado sólo en 35 kilómetros... y de eso ya hace unas cuantas semanas me hace tener muchas dudas; y también el ver que unos días estoy de coña, y otros, en cambio me cuesta más tirar. Hoy por ejemplo, no es que fuese agotado y lo pasase mal, pero me ha costado tirar. Pero yo creo que es este miedo lo que me "bloquea" un poco. Más que nada un miedo a no querer fracasar, bueno más que fracasar (que no me gusta nada esa palabra), yo diría miedo a no poder acabar. El pegarme un viaje a 500 kilómetros de casa, me hace tener demasiada responsabilidad, y esto creo que es lo que me hace tener esta barrera, y estas pocas ganas de salir a correr los sábados. Una cosa lleva a la otra haciendo una reacción en cadena y haciendo malas pasadas a la mente. Y como ya he dicho en tantísimas ocasiones la mente hay que tenerla bien centrada para una cursa de tal envergadura. Por suerte ya sólo me queda un sábado por madrugar y además será en mi querida carretera de les Aigües, que mejor que una buena antesala para la maratón donostiarra.

Para variar, dejo de escribir y al cabo de los dos días vuelvo. Porque empecé a escribir la entrada el sábado, pero como no tenía muchas ganas de escribir hoy ya es lunes. Así que tengo que hacer una pequeña rectificación con respecto al párrafo anterior. No sé a ciencia cierta si este sábado que viene saldré a correr, o lo haré el viernes, si me iré a la carretera de les Aigües o no. Todo se debe a que el sábado pronostican cambio de tiempo, así que estoy pensando en hacer un pequeño cambio. Salir a correr esta tarde y mañana por la tarde, para así tomarme el miércoles como descanso; el jueves hacer el entrenamiento del viernes, y el viernes el del sábado. Esto lo estoy diciendo ahora, y luego en realidad a lo mejor todo cambia y sigo con el transcurso de siempre. Con lo que está todo un poco en el aire, y lo mejor es ir día a día, y lo que toque pues tocó. Si me voy a la carretera de les Aigües perfecto; que no voy pues lo dejo para después de la maratón para hacerlo algún día con la tranquilidad y disfrutar al máximo del camino; vamos, que ya se verá.

El sábado, otra vez me costó salir a la calle a correr; no sé si es que estoy acojonado por si no consigo llegar o que. En el fondo, en mi subconsciente mejor dicho, creo que llevo un bloqueo precisamente por ese miedo. Lo he dicho ya varias veces, me voy a 500 kilómetros de casa y tengo tanto miedo a hacerlo mal que se me hace un bloqueo mental. Cuando en realidad yo puedo y tengo capacidad sobrada para hacerlo, porque ya he hecho una maratón y sin problemas, pero bueno, lo que tenga que ser será y la suerte ya está echada.

Como acabo de decir me costó un poco echarme a la calle a correr, pero cuando empecé a correr me encontré bastante bien y cómodo a la ida, pero ya temía que a la vuelta iba a sufrir bastante, al menos durante el tramo del rio Llobregat (he de decir que me fui por el Llobregat hasta el Prat). Cuando iba por Cornellá ya iba notando las rachas de viento y como casi siempre en sentido a favor de la corriente del río; eso quiere decir que a la ida me iría de coña, pero a la vuelta lo pasaría mal. Y efectivamente así fue; el viento en contra, sin protección alguna y solo, pues me costó llegar hasta el puente para cruzar el río; me costó y lo pasé mal, pero llegué y una vez cruzado el río apreté el ritmo, con dos narices, y los kilómetros se me pasaron volando. Eso sí, cruzando el río me vinieron un par de rachas, que gracias a la barandilla del puente, pero me desplazaron y todo de mi trazado. También como viene siendo habitual en mi, en el último kilómetro fui a por todas y aceleré más aún el ritmo. Eso quiere decir que tengo fuerzas guardadas para hacer más kilómetros. En fin el día 29 se verá realmente si estoy preparado o no.

Aún no sé si esta tarde saldré a correr o mañana por la mañana. Si salgo a correr esta tarde me evito tener que madrugar mañana por la mañana y podré perrear un poco más en la cama. Y si voy mañana por la mañana, hoy cuando llegue a casa podré perrear. Así que dependiendo de con que ánimo llegue a casa decidiré una cosa o la otra.

Día: 125
Distancia recorrida: 19 Km.
Distancia acumulada: 775.1 Km.
Saludos y a dejarse llevar por las piernas.

viernes, 13 de noviembre de 2015

Días 123 y 124... 13 y 7 Kilómetros.

Centésimo vigésimo tercer y centésimo vigésimo cuarto día de entrenamiento. Otra vez que por culpa del sueño se me descarajota el plan semanal y tengo que hacer dos entrenamientos con unas diez horas de diferencia. Lo peor de todo es que estoy viendo que me gusta más salir a correr por la tarde, me he empezado a acostumbrar, se corre de coña y luego después de la ducha a cenar y en el sofá se está de maravilla con toda la relajación de después de hacer ejercicio. Es curioso que yo diga esto cuando siempre he sido partidario de salir a correr por la mañana, porque así ya cumplo, no surgen improvistos y demás; el único inconveniente el tener que salir de la cama. Pero me he dado cuenta que salir a correr por la tarde también tiene su encanto, está el inconveniente que hay más tráfico y hay que evitar las zonas de semáforos para así no romper el ritmo. Y he averiguado que después de tener un día realmente malo, saliendo a correr se van todas esas tensiones de paseo. Pero claro, para una preparación de una maratón no voy a salir a correr un sábado por la tarde, porque eso es algo impensable. El sábado por la tarde siempre ha sido para dedicarlo a la familia, los amigos, perrear en el sofá o si uno es masoca para ir al centro comercial o al Ikea, porque hay que tener una paciencia para estar ahí metido entre tanta gente, menudo agobio; aunque alguien pensará que en las cursas también hay un montón de gente. Sí, así es, hay un montón de gente, pero antes de la salida todo el mundo está quietecito y uno tiene su espacio, y cuando dan la salida todo el mundo va en la misma dirección; no como en los centros comerciales que cada uno va a su bola y es imposible caminar.

Después de esta pequeña aclaración voy a explicar el porqué de este descarajotamiento semanal. Más que nada todo se achaca como siempre al sueño. Como ya dije, de aquí a la maratón voy a tomarme los lunes también como días de descanso para así evitar agotamiento innecesario; bastante tuve ya hace unas semanas cuando me dio ese ataque de agotamiento; por eso prefiero ser prudente y descansar un pelín más. El martes se me empezaron a quitar todas las tonterías que me entraron durante el fin de semana y volví a encontrarme bastante cómodo corriendo; pero el miércoles por la mañana me pasó lo de siempre, que no había manera de salir de la cama. Cuando decidí levantarme ya era muy tarde para salir a correr y más aún para hacer 13 kilómetros; así que decidí que saldría a correr el miércoles por la tarde dicha distancia. Pero cuando llegó la tarde tuve varios improvistos y podría haber salido a correr cuando llegué a casa. Lo malo que eran ya las 20:30 y primero, no me apetecía llegar a las 22:00; y segundo, que tenía bastante hambre y no hubiese sido muy conveniente correr 13 kilómetros con hambre. Así que decidí lo que he hecho ya en otras ocasiones, tomarme el miércoles como día de descanso y el jueves salir a correr. Mi primera idea era la de salir a correr por la mañana, pero ¿qué pasó?, pues que tuve una de esas noches como las que hacía tiempo que no tenía en las que no había manera de pegar ojo; y lo más curioso es que estando en el sofá se me cerraban los ojos; pero fue irme a la cama y los ojos como platos, con lo que hasta las mil que no me dormí, y como era de esperar a la que sonó la alarma mi cuerpo no estaba en condiciones para salir de la cama. No me quedó más remedio que tener que salir a correr ayer por la tarde y esta mañana también. Vamos lo que viene ya siendo habitual estas últimas semanas que es raro que no "empalme" dos entrenamientos de manera consecutiva.

Suerte que ayer por la tarde tuve un entrenamiento de los mejores que he tenido en mucho tiempo. Decidí marcarme un ritmo suave (todo hay que decirlo), a modo de test para afrontar la primera parte de la maratón de dentro de dos semanas. Y la verdad es que me sentí muy cómodo y muy a gusto, no noté nada de agotamiento, ni cansancio; las piernas me respondían a la perfección. Vamos que ayer podía haber sido el día de la maratón, que creo que hubiese cumplido a la perfección. Yo creo que la clave está en eso, en saber llevar el ritmo y sobretodo en pasar por la media bien fresco. Si consigo eso, la probabilidad de acabar los 42,195 Km. es bastante alta.

Esta mañana, en cambio mis piernas han notado un poquillo de cansancio, y es normal habiendo transcurrido solo 10 horas entre un entrenamiento y otro. A ver si en estas dos semanas que quedan me centro un poco, que luego ya podré dormir y salir a correr por las tardes con toda la tranquilidad del mundo. Lo importante, que he podido hacer el entrenamiento bien, con un poco de cansancio, pero he rendido, eso sí, he empezado a marcar mi ritmo y no era capaz de aflojar; así que el día de la maratón tendré que controlarme muho el ritmo a llevar en San Sebastián. Aunque en San Sebastián lo tengo claro, al principio me engancho a alguien que lleve un ritmo suave y luego ya me dejo llevar. Que raro es que yo diga esto, que me engancho a alguien para seguir su ritmo; cuando siempre he criticado esto (como lo de las liebres en las cursas), porque uno ha de saber marcarse su propio ritmo y no estar condicionado por nadie. Pero un día es un día y yo a lo que voy realmente es a disfrutar y a pasármelo en grande corriendo por las calles donostiarras.

Mañana me toca hacer 19 kilómetros, así que estoy dudando en si irme a la carretera de les Aigües (que son 18 Km. ida y vuelta... y para completar los 19 hacer un kilómetro extra), o bien irme hasta el Prat por el rio y volverme. La carretera de les Aigües me llama mucho la atención porque hace ya unas cuantas semanas que no la piso y tengo muchas ganas de hacerla. Mañana no lo sé, pero la semana que viene, que ya será mi último sábado la hago fijo sí o sí. Dependiendo de como me despierte tomaré una decisión u otra.

Día: 123
Distancia recorrida: 13 Km.
Distancia acumulada: 749.1 Km.

Día: 124
Distancia recorrida: 7 Km.
Distancia acumulada: 756.1 Km.
Saludos y a dejarse llevar por las piernas.




martes, 10 de noviembre de 2015

Día 121... 8 Kilómetros.

Centésimo vigésimo primer día de entrenamiento.  Parece que la moral vuelve a subir y las piernas vuelven a responder bien; bueno, las piernas en ningún momento me han fallado, lo que no he tenido en su sitio ha sido el coco. Aunque pensándolo bien este sábado me pasó exactamente lo mismo que en la anterior preparación, que tenía que hacer los 42 y me quedé a 21. Así que no tengo por qué comerme la cabeza de esta manera. ¿Que mi subconsciente me quiere hacer malas pasadas? Pues que me las haga ahora que puede, porque el 29 de noviembre si que no le voy a dejar pasar ni una sola; además el recorrido donostiarra es propicio para la motivación ya que la playa de la Concha no la piso (bueno el paseo, que la maratón no baja a la arena) hasta el kilómetro 10; con lo que ya tengo una motivación para llegar a esa distancia. Luego el siguiente objetivo es Anoeta, que ya llevaré la mitad de recorrido. Todo esto a un ritmo bastante suave, si puedo llevar entre 6:00-6:10 por kilómetro perfecto; para así afrontar la segunda parte fresco y con motivación porque tendré ganas de volver a pasar por la Concha y poder acabar en el estadio de Anoeta levantando los brazos como un campeón y habiendo conseguido mi objetivo después de 140 días de entrenamiento.

Los días pasan rápidamente pero a la vez lentos, ya que son muchas ganas que tengo de que llegue el momento, así como también tengo muchas ganas de poder darme una semanita de descanso, un viernes por la noche poder trasnochar y no tener que madrugar el sábado; quizás eso es lo que más me afecta en mis bajones de los sábados, eso, el saber que es un día en el que no tengo que ir a trabajar y he de estar ahí media mañana corriendo. Pero bueno, eso ya mismo se acaba y el esfuerzo habrá valido mucho la pena.

A veces pienso, que no voy a correr más maratones y dedicarme a las medias, pero es que me veo que para la maratón de Barcelona de 2017 seré tan masoca que me apuntaré, y volveré a quejarme de que si estoy de bajón, que palo salir de la cama y todas las demás historias. Es que claro, cuatro meses y medio dan para muchos estados de ánimo, porque no es lo mismo estar una hora corriendo, que cuatro. Porque en una hora ala, listo y para casa, pero cuatro horas es estar ahí requiere mucha dedicación y saber trabajar bien la mente; cosa que este sábado pasado no supe tener, pero creo que es por este bloqueo que acabo de contar, vamos que creo que he dado con la clave. Por suerte, en toda la preparación sólo son cuatro o cinco sábados los que son de tiradas largas. En fin, con lo que estaba, que ahora estoy diciendo que no sé si seguiré corriendo maratones... pero mañana seguro que como buen masoca me estoy apuntando en otra.

Hoy por increíble que parezca me he levantado sin problema alguno, yo aún ni me lo estoy creyendo, a ver si mañana consigo la misma azaña. Eso no quita que sí, me haya levantado bien, pero iba muy dormido hasta que me he echado a correr, que ha sido cuando me he despertado del todo, pero hasta entonces ahí he ido más dormido que despierto y con pocas ganas de correr. Por suerte ha sido arrancar y todo eso se ha ido.

He de decir que me he encontrado bastante cómo corriendo y hasta creo que he mantenido un ritmo fuerte, vamos menos de 5 minutos el kilómetro, porque desde que he salido por la puerta de casa, hasta que he vuelto a entrar (con estiramientos y todo incluidos) habrán pasado unos 55 minutos. Además que yo también me he notado que iba rapidillo, he querido aflojar pero no podía, mi cuerpo quería caña. Con esto sí que me he de ir con cuidado el día de la maratón para no desfondarme. Los mejores tiempos se consiguen haciendo las primeras mitades con la calma, para luego así afrontar la segunda parte con garantías y no arrastrándose por el suelo.

Como hoy sólo eran ocho kilómetros también podía permitirme el ir un poco más rápido. Mañana en cambio tendré que ir más tranquilo, ya que me tocan otra vez los famosos 13 kilómetros de los miércoles, para así no perder la costumbre; con lo que haré el recorrido de todos los miércoles.

Día: 121
Distancia recorrida: 8 Km.
Distancia acumulada: 736.1 Km.

Saludos y a dejarse llevar por las piernas.


lunes, 9 de noviembre de 2015

Día 118... 21 Kilómetros.

Centésimo décimo octavo día de entrenamiento. No estoy muy fino últimamente. Supongo que es porque no está haciendo el tiempo que tiene que hacer; y a mi estos cambios de tiempo, estación o como se quieran llamar me afectan muchísimo y no me dejan ser yo mismo. Vamos, que el agotamiento y el cansancio reinan en mi estado anímico. Ya me extrañaba a mi que no me diese este bajón hace cosa de un mes... y tarde o temprano me da, y es que lo peor que no se ni como reaccionar y lo que he de hacer para animarme un poco. Supongo que todo esto tiene que ver con esos momentos en los que no hay manera de poderme despertar. Y lo peor de todo esto es que me afecta a la hora de correr, el sábado me estaba agobiando de tal manera corriendo, que a la que llegué al kilómetro 21 decidí parar y marcharme para casa.

Esto es lo que más me preocupa, el haber desistido a las primeras de cambio; ahora voy con el run run (y no precisamente correr, correr, jeje) en la cabeza de si voy a saber dar la talla el día clave. Yo creo que sí, pero veo que me costará lo suyo, o no, también depende de como me coja el cuerpo. Pero si hace unas semanas decía que me veía con ganas de hacerlo, ahora mismo no tengo narices; aunque bueno, me quedan tres semanas para cambiar el chip y crecerme; además aunque sea caminando acabaré, y que leches que tengo ganas de entrar con los brazos en alto en el estadio de Anoeta. Aunque ahí lo daré todo.

Hoy, por ejemplo, he decidido darme un descanso, y creo que los lunes que quedan (que son sólo dos más) me los voy a tomar de descanso para ir más fresco y que sea lo que tenga que ser. Yo tengo que ir a disfrutar al máximo y a pasármelo en grande; si eso lo consigo la cosa irá sobre ruedas, y sobre todo tener la cabeza bien puesta... cosa que estos tres últimos días no lo tengo. Es que al final me estoy comiendo más de la cuenta la cabeza con el tema y eso no es nada bueno. No iban a ser todos los días buenos, hay días que uno está mejor y días que a falta de sólo tres semanas da el bajón y uno se acojona de mala manera.

El sábado, después de desayunar y echarme a la calle a correr me notaba cómodo. Y en un principio iba la cosa bien, me encontraba bien, tenía la cabeza entretenida, hacía muy buena temperatura. Pero las buenas sensaciones duraron poco. Al llegar a la zona de Pedralbes digamos que me empezaron a entrar las prisas y a comerme la cabeza con pensamientos tipo "no llevo ni diez kilómetros y lo que me queda aún". Luego cada dos por tres se me pasaban pensamientos del tipo al llegar a la media maratón parar, que ya me estaba agobiando. Claro una parte de mí decía de seguir para alante; peso las cosas como son, cuando el subconsciente hace estas malas pasadas ya es imposible seguir. Con todo esto se me iba haciendo una bola en la cabeza; y como era de esperar por la calle Aragón / Rambla Guipúzcoa el agobio era tremendo, al ver que aún ni llevaba la mitad de recorrido. Así que cuando llegué a la torre Agbar (plaza de las Glorias) y di la vuelta para bajar de nuevo al Forum y encarar el paseo marítimo dije que ya no tenía más ganas de seguir; podría haber seguido tranquilamente, pero la cabeza no quería tirar más. Como bien he dicho muchas veces correr estas larguísimas distancias no sólo depende de resistencia y piernas, sino que también cuenta mucho la cabeza; y en este caso fue la cabeza la que no me respondió. Con lo que cuando di media vuelta en la torre Agbar me fui hacia un poste de catenaria del trambesòs para hacer mis estiramientos; y como tenía metro y renfe al lado decidí irme a la renfe para volver a casa.

Cuando llegué a casa no me notaba cansado ni mucho menos, pero sí que me notaba agotado, como si estuviese sin batería, no sé, es una situación difícil de explicar. Y así he ido todo el fin de semana, con los mismos síntomas que me dan cuando se dan los cambios estacionales. Además que no es nada normal que en el mes de noviembre vaya por la calle en manga corta, cuando yo siempre he sido una cebolla por las cantidades de capas de ropa que llevo encima. En fin espero que en estas tres semanas vuelva a hacer el tiempo que toca hacer, me anime y esté ahí para darlo todo y volver a ser ese runner peleador por sus propósitos.

Mañana me tocan 8 kilómetros, a ver si vuelvo a mi rutina de hacerlos como si nada y no rallarme mucho; porque normalmente después de estos bajoncillos me cuesta tener una mentalidad positiva. Pero bueno, me queda el consuelo que el sábado hice una media y me quedé como que podía haber acabado el entrenamiento tranquilamente (si no hubiese sido por mi cabecita loca). Pero en fin, se acabaron ya las tiradas largas, así que ya solo queda esperar a ver que pasa el 29 de noviembre.

Día: 118
Distancia recorrida: 21 Km.
Distancia acumulada: 728.1 Km.

Saludos y a dejarse llevar por las piernas.


viernes, 6 de noviembre de 2015

Día 117... 5 Kilómetros.

Centésimo décimo séptimo día de entrenamiento. Antes de comenzar a explicar el entrenamiento de hoy quiero hacer una pequeña aclaración con los días. Resulta que la última entrada fue el día 114 en teoría (miércoles), con lo que hoy tendría que haber sido el 116, ya que es viernes. Pues no es así, porque resulta que el lunes lo conté como día siguiente al sábado. El sábado era el día 111, y el lunes lo conté como día 112, cuando en realidad tenía que haber sido el día 113... con lo que hoy realmente es el día 117 de entrenamiento. Menudo lío me he hecho yo solo.

Ahora ya me puedo centrar en el entrenamiento de hoy viernes, que es lo que toca realmente y no ponerme a hablar que si hoy es el día de ayer o mañana, que ni yo mismo me aclaro ya con todos los días que llevo ya entrenando. Muchas veces tendo que mirar la tabla y multiplicar la semana que llevo por los siete días de la semana para saber por donde voy. Es que ya son días los que llevo entrenando, parece mentira que ya sólo me queden poco más de tres semanas. La verdad es que esta vez se me está pasando pero volando el entrenamiento; voy como más tranquilo, y como más preparado. Confiado del todo no voy porque ni mucho menos eso "está hecho", estamos hablando de algo más de 42 kilómetros y no de 10; porque si son 10 y al 6 te da un bajón, acabas arrastrándote. Pero si en una maratón te da un bajón en el 20, o incluso en el 30 se puede llegar a pasar muy mal; aunque no tiene por qué darme ningún bajón, ya que la preparación que llevo encima es fuerte y mucha dedicación llevo; además que lo que me voy a encontrar allí me va a motivar mucho más.

Todo esto lo llevo de maravilla, pero lo que sigo sin conseguir llevar nada bien es el despertarme sin ningún tipo de problema. Raro es el día que no las paso canutas para salir de la cama, quiero hacer un esfuerzo por salir de la cama pero como digo siempre, hay algo en mi que me engancha a la cama, no sé si es que me han pegado con pegamento ultrafuerte o con silicona, pero me cuesta una barbaridad. En cambio luego llega el domingo, que es mi día de descanso y a las 6 de la mañana ya tengo los ojos como platos, curiosidades de la vida. El caso es que hoy hasta casi las 7 de la mañana no he salido de la cama. También me confío con lo de que tengo hasta una hora límite y estoy ahí aprovechando hasta el último minuto, tal y como dice el gato Garfield "no dejes para hoy lo que puedas hacer mañana" (el refrán es al revés, pero este gracioso personaje de cómic es un gato muy vago).

Por suerte cuando me he puesto a correr he tenido las buenas sensaciones que voy teniendo últimamente, cosa que me gusta, porque mañana tengo como si dijésemos una previa de la maratón. También me lo que querido hoy tomar con calma, vamos eso de tener que marcarme un ritmo bien suave para ir haciéndome con el terreno. Así como otras veces el primer tramo se me hace un poco pesado y luego vuelo, hoy, cuando me he querido dar cuenta ya estaba en la puerta del trabajo haciendo los estiramientos; si estoy por decir que entre que estiro, subo al trabajo, me lavo y me cambio tardo más que el entrenamiento en sí.

Tal y como he dicho antes, mañana tengo ya una pequeña previa de la maratón (faltarían 4 kilómetros para que fuese maratón), así que lo considero como previa, maratón o test. Esto es lo que tenía que haber hecho hace dos semanas, pero por culpa del agotamiento que tuve no lo pude realizar como era debido. Vamos que directamente ni me puse a correr porque el cuerpo me pedía descanso; así que mañana tendré que darlo todo, primero subiendo a la Diagonal por la zona del campo del barça, de allí ir para la zona universitaria y subir a la avenida de Esplugues, para bajar por la avenida de Pedralbes para otra vez coger la Diagonal hasta la calle Aragón; calle Aragón hasta la rambla Prim y volver a parar al final de la Diagonal, subir la Diagonal hasta la torre Agbar, volver a bajar la Diagonal hasta el Forum, de ahí tirar paralelo a la playa hasta las torres Mapfre, rodear el zoo (habiendo subido antes al arco del triunfo), estación de Francia ir a buscar la avenida Paralelo hasta plaza España para encarar la Gran Via hasta plaza Cerdà donde buscaré la avenida Carrilet para ir a parar hasta casa haciendo un total de 38 kilómetros. Así que espero dar la talla, para eso esta noche me cenaré un buen plato de pasta. Y mañana, el domingo o el lunes ya contaré como me ha ido.

Día: 117
Distancia recorrida: 5 Km.
Distancia acumulada: 707.1 Km.

Saludos y a dejarse llevar por las piernas.