viernes, 13 de noviembre de 2015

Días 123 y 124... 13 y 7 Kilómetros.

Centésimo vigésimo tercer y centésimo vigésimo cuarto día de entrenamiento. Otra vez que por culpa del sueño se me descarajota el plan semanal y tengo que hacer dos entrenamientos con unas diez horas de diferencia. Lo peor de todo es que estoy viendo que me gusta más salir a correr por la tarde, me he empezado a acostumbrar, se corre de coña y luego después de la ducha a cenar y en el sofá se está de maravilla con toda la relajación de después de hacer ejercicio. Es curioso que yo diga esto cuando siempre he sido partidario de salir a correr por la mañana, porque así ya cumplo, no surgen improvistos y demás; el único inconveniente el tener que salir de la cama. Pero me he dado cuenta que salir a correr por la tarde también tiene su encanto, está el inconveniente que hay más tráfico y hay que evitar las zonas de semáforos para así no romper el ritmo. Y he averiguado que después de tener un día realmente malo, saliendo a correr se van todas esas tensiones de paseo. Pero claro, para una preparación de una maratón no voy a salir a correr un sábado por la tarde, porque eso es algo impensable. El sábado por la tarde siempre ha sido para dedicarlo a la familia, los amigos, perrear en el sofá o si uno es masoca para ir al centro comercial o al Ikea, porque hay que tener una paciencia para estar ahí metido entre tanta gente, menudo agobio; aunque alguien pensará que en las cursas también hay un montón de gente. Sí, así es, hay un montón de gente, pero antes de la salida todo el mundo está quietecito y uno tiene su espacio, y cuando dan la salida todo el mundo va en la misma dirección; no como en los centros comerciales que cada uno va a su bola y es imposible caminar.

Después de esta pequeña aclaración voy a explicar el porqué de este descarajotamiento semanal. Más que nada todo se achaca como siempre al sueño. Como ya dije, de aquí a la maratón voy a tomarme los lunes también como días de descanso para así evitar agotamiento innecesario; bastante tuve ya hace unas semanas cuando me dio ese ataque de agotamiento; por eso prefiero ser prudente y descansar un pelín más. El martes se me empezaron a quitar todas las tonterías que me entraron durante el fin de semana y volví a encontrarme bastante cómodo corriendo; pero el miércoles por la mañana me pasó lo de siempre, que no había manera de salir de la cama. Cuando decidí levantarme ya era muy tarde para salir a correr y más aún para hacer 13 kilómetros; así que decidí que saldría a correr el miércoles por la tarde dicha distancia. Pero cuando llegó la tarde tuve varios improvistos y podría haber salido a correr cuando llegué a casa. Lo malo que eran ya las 20:30 y primero, no me apetecía llegar a las 22:00; y segundo, que tenía bastante hambre y no hubiese sido muy conveniente correr 13 kilómetros con hambre. Así que decidí lo que he hecho ya en otras ocasiones, tomarme el miércoles como día de descanso y el jueves salir a correr. Mi primera idea era la de salir a correr por la mañana, pero ¿qué pasó?, pues que tuve una de esas noches como las que hacía tiempo que no tenía en las que no había manera de pegar ojo; y lo más curioso es que estando en el sofá se me cerraban los ojos; pero fue irme a la cama y los ojos como platos, con lo que hasta las mil que no me dormí, y como era de esperar a la que sonó la alarma mi cuerpo no estaba en condiciones para salir de la cama. No me quedó más remedio que tener que salir a correr ayer por la tarde y esta mañana también. Vamos lo que viene ya siendo habitual estas últimas semanas que es raro que no "empalme" dos entrenamientos de manera consecutiva.

Suerte que ayer por la tarde tuve un entrenamiento de los mejores que he tenido en mucho tiempo. Decidí marcarme un ritmo suave (todo hay que decirlo), a modo de test para afrontar la primera parte de la maratón de dentro de dos semanas. Y la verdad es que me sentí muy cómodo y muy a gusto, no noté nada de agotamiento, ni cansancio; las piernas me respondían a la perfección. Vamos que ayer podía haber sido el día de la maratón, que creo que hubiese cumplido a la perfección. Yo creo que la clave está en eso, en saber llevar el ritmo y sobretodo en pasar por la media bien fresco. Si consigo eso, la probabilidad de acabar los 42,195 Km. es bastante alta.

Esta mañana, en cambio mis piernas han notado un poquillo de cansancio, y es normal habiendo transcurrido solo 10 horas entre un entrenamiento y otro. A ver si en estas dos semanas que quedan me centro un poco, que luego ya podré dormir y salir a correr por las tardes con toda la tranquilidad del mundo. Lo importante, que he podido hacer el entrenamiento bien, con un poco de cansancio, pero he rendido, eso sí, he empezado a marcar mi ritmo y no era capaz de aflojar; así que el día de la maratón tendré que controlarme muho el ritmo a llevar en San Sebastián. Aunque en San Sebastián lo tengo claro, al principio me engancho a alguien que lleve un ritmo suave y luego ya me dejo llevar. Que raro es que yo diga esto, que me engancho a alguien para seguir su ritmo; cuando siempre he criticado esto (como lo de las liebres en las cursas), porque uno ha de saber marcarse su propio ritmo y no estar condicionado por nadie. Pero un día es un día y yo a lo que voy realmente es a disfrutar y a pasármelo en grande corriendo por las calles donostiarras.

Mañana me toca hacer 19 kilómetros, así que estoy dudando en si irme a la carretera de les Aigües (que son 18 Km. ida y vuelta... y para completar los 19 hacer un kilómetro extra), o bien irme hasta el Prat por el rio y volverme. La carretera de les Aigües me llama mucho la atención porque hace ya unas cuantas semanas que no la piso y tengo muchas ganas de hacerla. Mañana no lo sé, pero la semana que viene, que ya será mi último sábado la hago fijo sí o sí. Dependiendo de como me despierte tomaré una decisión u otra.

Día: 123
Distancia recorrida: 13 Km.
Distancia acumulada: 749.1 Km.

Día: 124
Distancia recorrida: 7 Km.
Distancia acumulada: 756.1 Km.
Saludos y a dejarse llevar por las piernas.




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