lunes, 9 de noviembre de 2015

Día 118... 21 Kilómetros.

Centésimo décimo octavo día de entrenamiento. No estoy muy fino últimamente. Supongo que es porque no está haciendo el tiempo que tiene que hacer; y a mi estos cambios de tiempo, estación o como se quieran llamar me afectan muchísimo y no me dejan ser yo mismo. Vamos, que el agotamiento y el cansancio reinan en mi estado anímico. Ya me extrañaba a mi que no me diese este bajón hace cosa de un mes... y tarde o temprano me da, y es que lo peor que no se ni como reaccionar y lo que he de hacer para animarme un poco. Supongo que todo esto tiene que ver con esos momentos en los que no hay manera de poderme despertar. Y lo peor de todo esto es que me afecta a la hora de correr, el sábado me estaba agobiando de tal manera corriendo, que a la que llegué al kilómetro 21 decidí parar y marcharme para casa.

Esto es lo que más me preocupa, el haber desistido a las primeras de cambio; ahora voy con el run run (y no precisamente correr, correr, jeje) en la cabeza de si voy a saber dar la talla el día clave. Yo creo que sí, pero veo que me costará lo suyo, o no, también depende de como me coja el cuerpo. Pero si hace unas semanas decía que me veía con ganas de hacerlo, ahora mismo no tengo narices; aunque bueno, me quedan tres semanas para cambiar el chip y crecerme; además aunque sea caminando acabaré, y que leches que tengo ganas de entrar con los brazos en alto en el estadio de Anoeta. Aunque ahí lo daré todo.

Hoy, por ejemplo, he decidido darme un descanso, y creo que los lunes que quedan (que son sólo dos más) me los voy a tomar de descanso para ir más fresco y que sea lo que tenga que ser. Yo tengo que ir a disfrutar al máximo y a pasármelo en grande; si eso lo consigo la cosa irá sobre ruedas, y sobre todo tener la cabeza bien puesta... cosa que estos tres últimos días no lo tengo. Es que al final me estoy comiendo más de la cuenta la cabeza con el tema y eso no es nada bueno. No iban a ser todos los días buenos, hay días que uno está mejor y días que a falta de sólo tres semanas da el bajón y uno se acojona de mala manera.

El sábado, después de desayunar y echarme a la calle a correr me notaba cómodo. Y en un principio iba la cosa bien, me encontraba bien, tenía la cabeza entretenida, hacía muy buena temperatura. Pero las buenas sensaciones duraron poco. Al llegar a la zona de Pedralbes digamos que me empezaron a entrar las prisas y a comerme la cabeza con pensamientos tipo "no llevo ni diez kilómetros y lo que me queda aún". Luego cada dos por tres se me pasaban pensamientos del tipo al llegar a la media maratón parar, que ya me estaba agobiando. Claro una parte de mí decía de seguir para alante; peso las cosas como son, cuando el subconsciente hace estas malas pasadas ya es imposible seguir. Con todo esto se me iba haciendo una bola en la cabeza; y como era de esperar por la calle Aragón / Rambla Guipúzcoa el agobio era tremendo, al ver que aún ni llevaba la mitad de recorrido. Así que cuando llegué a la torre Agbar (plaza de las Glorias) y di la vuelta para bajar de nuevo al Forum y encarar el paseo marítimo dije que ya no tenía más ganas de seguir; podría haber seguido tranquilamente, pero la cabeza no quería tirar más. Como bien he dicho muchas veces correr estas larguísimas distancias no sólo depende de resistencia y piernas, sino que también cuenta mucho la cabeza; y en este caso fue la cabeza la que no me respondió. Con lo que cuando di media vuelta en la torre Agbar me fui hacia un poste de catenaria del trambesòs para hacer mis estiramientos; y como tenía metro y renfe al lado decidí irme a la renfe para volver a casa.

Cuando llegué a casa no me notaba cansado ni mucho menos, pero sí que me notaba agotado, como si estuviese sin batería, no sé, es una situación difícil de explicar. Y así he ido todo el fin de semana, con los mismos síntomas que me dan cuando se dan los cambios estacionales. Además que no es nada normal que en el mes de noviembre vaya por la calle en manga corta, cuando yo siempre he sido una cebolla por las cantidades de capas de ropa que llevo encima. En fin espero que en estas tres semanas vuelva a hacer el tiempo que toca hacer, me anime y esté ahí para darlo todo y volver a ser ese runner peleador por sus propósitos.

Mañana me tocan 8 kilómetros, a ver si vuelvo a mi rutina de hacerlos como si nada y no rallarme mucho; porque normalmente después de estos bajoncillos me cuesta tener una mentalidad positiva. Pero bueno, me queda el consuelo que el sábado hice una media y me quedé como que podía haber acabado el entrenamiento tranquilamente (si no hubiese sido por mi cabecita loca). Pero en fin, se acabaron ya las tiradas largas, así que ya solo queda esperar a ver que pasa el 29 de noviembre.

Día: 118
Distancia recorrida: 21 Km.
Distancia acumulada: 728.1 Km.

Saludos y a dejarse llevar por las piernas.


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