viernes, 27 de noviembre de 2015

Día 138... 5 Kilómetros.

Centésimo trigésimo octavo día de entrenamiento. La suerte está echada, último entrenamiento antes de la maratón, y los nervios corren por todo el cuerpo. Ya no hay vuelta atrás, ahora toca poner en práctica todo lo que me he estado preparando durante estos cuatro meses y medio; que cuando comencé no tenía narices a hacer más de 5 o 7 kilómetros seguidos asfixiándome de calor. Y ahora ya parezco una cebolla con las capas de ropa que me llego a poner encima para no pasar frío. Han sido cuatro meses y medio en los que he corrido por el parque de al lado de casa, por Hospitalet, Barcelona, la carretera de les Aigües, el delta del Llobregat, Ossó de Sió, Mérida, Linares, la vía verde de Linares. Entrenamientos que se me han hecho pesados, entrenamientos en los que he tenido que hacer paradas de emergencia, entrenamientos en los que he tenido que abandonar; pero también ha habido entrenamientos en los que me he sentido genial y lo he dado todo. Pero en fin, pasado mañana será lo que tenga que ser. Lo que sí que tengo clarísimo es que voy a disfrutar de lo lindo. Tengo muchas ganas de subirme al tren con destino San Sebastián, una ciudad en la que estuve por primera vez allá por el año 1999, y de la cual me enamoré mucho antes de bajarme del autocar. No sé que tiene Donosti, pero atrae, sus pinchos, su paseo de la concha, el monte Igeldo y el monte Urgull, los pueblos de los alrederores Zarautz, Zumaia, Getarea, Orio, Deba, Hondarribia... vamos que es un lugar precioso y que el domingo volveré y además a correr, y no a correr una cursa de 10 kilómetros o una media maratón, no. El domingo correré una maratón, porque ya que vamos, pues vamos a hacerlo bien ahí va la ostia!!

Hoy, sí que no tengo mucha cosa que contar, ya he ido explicando mis sentimientos en pasadas entradas; lo que sí que puedo decir, es que ya me lo estoy empezando a creer. No está a la vuelta de la esquina, sino que ya está aquí. Mañana a esta hora, más o menos estaré llegando a Tudela. Que mañana no tendré que salir a correr, pero tendré que madrugar (el tren sale a las 7:30 de la mañana). Aunque ya digo que mañana no me dará ninguna pereza tener que salir de la cama. Y el domingo menos aún. Eso sí, estas dos noches que me quedan no sé realmente si conseguiré dormir bien o iré con nervios y me costará dormir. Pero bueno, a estas alturas que sea lo que tenga que ser y a dejarme llevar por los acontecimientos, ya que así es la única manera de no sufrir y de pensar si todo saldrá bien. Lo mejor, eso, dejarse llevar por los acontecimientos. El domingo dejarme llevar por la gente, y no estar pendiente si voy a tardar 4 o 5 horas; tardaré lo que tenga que tardar y hasta me da igual ser de los últimos en cruzar la línea de meta. Pero voy a disfrutar. ¿Por qué son tan repetitivo con este tema? Pues muy fácil, es una motivación que yo mismo me doy, y también es una manera de preparar la mente para estar corriendo durante tantas horas. Lo que ha durado esta preparación he ido sin música y muchas veces por sitios monótonos para acostumbrarme a las situaciones adversas; y cuando llegue el momento tener ese plus de motivación. La maratón no es sólo correr y ya está. Para lograr hacer los 42,195 metros hay que prepararse la mente y constantemente hay que estar dándose ánimos. Esta vez no estará ni mi hermana ni mi sobrino por distintos puntos animándome; tampoco tendré a mi cuñado de liebre durante los 11 primeros kilómetros; pero estaré en San Sebastián, y con eso me basta para hacer todo el recorrido. No quiero hacerme planteamientos, porque a lo mejor me lo planteo de una manera y luego sale de otra. Lo que sí que tengo muy claro, es que la primera mitad la haré muy tranquilamente para así la segunda mitad poderla afrontar con garantías. No quiero que me pase como en algunos entrenamientos, que me noto que voy bien y realmente le estoy metiendo más caña.

Esta mañana he variado un poco el recorrido para venir a trabajar. Normalmente suelo llegar a plaza España y continúo por Gran Vía hasta la calle Aribau. Sólo que en lugar de hacer 5 kilómetros me iba más o menos a los 5,8 Km.; en cambio si me iba por Sants, subiendo por la calle Sagunto hasta más o menos la estación de Sants (lugar al que tendré que ir mañana) y de allí coger avenida Roma y calle Mallorca hasta el trabajo. Con lo que más o menos son unos 5,2 Km. Así que me ahorrado unos 600 metros. Pues hoy me ha ocurrido que me ha sabido a poco el entrenamiento, prácticamente ni me he enterado de éste. Cuando menos cuenta me he dado estaba ya en la estación de Sants; y el tramo de la calle Mallorca lo he hecho pero volado. Vamos que ha sido un visto y no visto; cosa que me ha gustado mucho, porque eso quiere decir que la mente la tengo en los 42 kilómetros, y tendré que ir kilómetro a kilómetro, sin ninguna prisa por llegar. Llegaré cuando tenga que llegar. Del entrenamiento de hoy, también he de decir que el tramo de la calle Sagunto (que es subida) lo he hecho pero prácticamente con los ojos cerrados. Así que la cabeza la tengo ya en el domingo.

Mañana, será día de viaje, no sé si escribiré algo o no. Todo se verá si tengo ganas de escribir o no. Ya se verá; como he dicho antes, me dejo llevar por los acontecimientos y que lo que tenga que ser será. Si mañana hay entrada pues perfecto, que no la hay, pues nada, ya la habrá el domingo o el lunes cuando haya cumplido mi objetivo.

Día: 138
Distancia recorrida: 5 Km.
Distancia acumulada: 837.1 Km.

Saludos y a dejarse llevar por las piernas.

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