Trigésimo séptimo día de entrenamiento. Hoy ha sido otro de esos días en los que estaba muy a gusto en la cama, y se ha demostrado porque me ha sonado la primera alarma y he seguido durmiendo, vamos que tenía los ojos demasiado pegados y me costaba mucho abrirlos, menudo faenón jeje. Pero bueno, prácticamente una hora después (o algo más) lo he conseguido. Así que a eso de casi las 7:45 me he lanzado a hacer mi entrenamiento de hoy.
Realmente hoy es un día que no es que tenga mucha cosa que explicar, además tampoco es que esté demasiado inspirado para ponerme a contar mis batallitas. El no poder estar delante del ordenador y tener que escribir la entrada del blog con el móvil hace mucho también. También hoy ha sido un día de lo más normal; esta vez no me he desorientado, ni he tenido que hacer una "parada" obligatoria. Lo que sí que he tenido que hacer ha sido aflojar un poco el ritmo a la vuelta, ya que como me encontraba tan bien, sin darme cuenta he ido poco a poco acelerando el ritmo; y eso tampoco me interesaba mucho, ya que mañana me toca correr 10 kilómetros y no era plan de petarse mucho, porque sino mañana a ver quien es el guapo que se pone a correr.
Hasta ahora sólo me he puesto a contar las cosas buenas que tiene correr estando por ahí de vacaciones, que si hace fresco por la mañana, que si es una gozada correr por los alrededores de los monumentos romanos, que si no hace nada de bochorno, que si cada vez me voy encontrando mucho mejor... Hasta ahí todo genial, pero también tiene sus pequeños inconvenientes. Al estar de vacaciones pues es normal que se vaya a un sitio y aotro, visitar familia y demás; con lo que eso conlleva a que a uno le den las tantas de la noche, se haya bebido algunas cervezas (es que el zumo de cebada está muy rico jeje) y que la dieta rica en hidratos de carbono y proteinas se vaya al carajo. Claro, eso hace que luego me cueste muchísimo despertarme. Y si además de eso, después del entrenamiento hago visitas turísticas llega un momento en el que ya estoy KO. Por suerte, como voy cogiendo la forma, luego no me cuesta nada hacer el entrenamiento. Y también gracias a mi autoexigencia puedo ir haciendo los entrenamientos; porque otra persona en mi lugar se quedaría en la cama perreando hasta las 10 o las 11 porque está de vacaciones.
Mañana toca hacer 10 kilómetros; la cosa ya se está empezando a poner seria y divertida. Ya tenía ganas que llegasen estas distancias, porque es que ya menos me empieza a saber a nada. Y esto me gusta mucho, porque ahora me acuerdo de hace un mes cuando comencé a prepararme para la maratón donostiarra lo mal que lo llegué a pasar corriendo 5 o 7 Km. y ahora gracias a mi insistencia y a mi dedicación tengo unas ganas locas de estar ya corriendo por las calles de San Sebastián y entrar alzando los brazos en el estadiode Anoeta finalizando mi segunda maratón; y eso que tiempo atrás decía que no iba a correr ninguna maratón más, pero de momento esta vez me está costando menos; supongo que será porque el cuerpo humano tiene memoria.
Día: 37
Realmente hoy es un día que no es que tenga mucha cosa que explicar, además tampoco es que esté demasiado inspirado para ponerme a contar mis batallitas. El no poder estar delante del ordenador y tener que escribir la entrada del blog con el móvil hace mucho también. También hoy ha sido un día de lo más normal; esta vez no me he desorientado, ni he tenido que hacer una "parada" obligatoria. Lo que sí que he tenido que hacer ha sido aflojar un poco el ritmo a la vuelta, ya que como me encontraba tan bien, sin darme cuenta he ido poco a poco acelerando el ritmo; y eso tampoco me interesaba mucho, ya que mañana me toca correr 10 kilómetros y no era plan de petarse mucho, porque sino mañana a ver quien es el guapo que se pone a correr.
Hasta ahora sólo me he puesto a contar las cosas buenas que tiene correr estando por ahí de vacaciones, que si hace fresco por la mañana, que si es una gozada correr por los alrededores de los monumentos romanos, que si no hace nada de bochorno, que si cada vez me voy encontrando mucho mejor... Hasta ahí todo genial, pero también tiene sus pequeños inconvenientes. Al estar de vacaciones pues es normal que se vaya a un sitio y aotro, visitar familia y demás; con lo que eso conlleva a que a uno le den las tantas de la noche, se haya bebido algunas cervezas (es que el zumo de cebada está muy rico jeje) y que la dieta rica en hidratos de carbono y proteinas se vaya al carajo. Claro, eso hace que luego me cueste muchísimo despertarme. Y si además de eso, después del entrenamiento hago visitas turísticas llega un momento en el que ya estoy KO. Por suerte, como voy cogiendo la forma, luego no me cuesta nada hacer el entrenamiento. Y también gracias a mi autoexigencia puedo ir haciendo los entrenamientos; porque otra persona en mi lugar se quedaría en la cama perreando hasta las 10 o las 11 porque está de vacaciones.
Mañana toca hacer 10 kilómetros; la cosa ya se está empezando a poner seria y divertida. Ya tenía ganas que llegasen estas distancias, porque es que ya menos me empieza a saber a nada. Y esto me gusta mucho, porque ahora me acuerdo de hace un mes cuando comencé a prepararme para la maratón donostiarra lo mal que lo llegué a pasar corriendo 5 o 7 Km. y ahora gracias a mi insistencia y a mi dedicación tengo unas ganas locas de estar ya corriendo por las calles de San Sebastián y entrar alzando los brazos en el estadiode Anoeta finalizando mi segunda maratón; y eso que tiempo atrás decía que no iba a correr ninguna maratón más, pero de momento esta vez me está costando menos; supongo que será porque el cuerpo humano tiene memoria.
Día: 37
Distancia recorrida: 7 Km.
Distancia acumulada: 169.2 Km.
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