Cuadragésimo quinto día de entrenamiento. Último día ya que entreno por tierras andaluzas; ya dejo atrás la vía verde por la que tantos días he ido. Han sido prácticamente dos semanas, lo que se traduce en diez días de entrenamiento, de los cuales siete he tirado siempre por el mismo camino, uno no he salido de la Estación Linares-Baeza, otro día subí hasta Linares desorientándome un poco y teniendo que hacer una parada técnica; y otro día cogí el coche y me fui para Linares. En estos días me he notado muy bien de forma, y eso de no sentir bochorno es una gozada. Tampoco me puedo olvidar de mi experiencia extremeña por las calles de Mérida, corriendo por el parque del río Albarregas, o por la "isla" teniendo a mi lado el río Guadiana, o pasando por el acueducto de los milagros, la estatua de Rómulo y Remo, o cruzando los 792 metros del puente romano. Vamos que durante estas vacaciones he podido disfrutar de buenos paisajes y lo mejor de todo, de muy buena temperatura y nada de bochorno. A ver lo que me encuentro el viernes cuando haga mi entrenamiento... esperemos que se haya calmado el bochorno tan horrible que hacía cuando comencé con la preparación.
A veces es curioso como reacciona el cuerpo, la semana pasada tenía la sensación de como si ni hubiese hecho ningún entrenamiento; las series las hice sin ningún tipo de dificultad; y los días que me tocaba correr 8 o 10 kilómetros estaba como si nada, me encontraba de maravilla; en cambio en estos cuatro días de entrnamiento de esta semana estoy casi para el arrastre, algo de cansancio en las piernas y cada vez me cuesta más salir de la cama. Aunque he de decir que hoy me he encontrado ya mucho más cómodo. Eso sí, que nadie me quite mañana mi día de descanso, que eso sí que es sagrado, jeje. Como iba diciendo, es curioso que la semana en la que es algo más durillo el entrenamiento respondo a la perfección; y en cambio la semana que aparentemente parece más sencilla me cuesta más... aunque yo creo que tiene mucho que ver el sobreesfuerzo que tuve que hacer el lunes con las dichosas series de 1500 metros; cuando las tenga que volver a hacer, o me mentalizo bien o sino creo que podría llegar a obsesionarme. Pero bueno, como no soy un novato en esto, ya sé bien como prepararme mentalmente.
Tal y como he dicho unas líneas más arriba hoy ha sido otro mundo el entrenamiento comparándolo con el de ayer. Lo que no ha cambiado ha sido lo que he tardado en salir de la cama. De la primera alarma casi ni me he enterado, la he apagado como si fuese un acto reflejo; y con la segunda alarma me he hecho un poco más el loco y he aprovechado para perrear un poco en la cama que también viene bien de vez en cuando. Al final habré comenzado a correr a eso de las 8:15; y hoy ha sido uno de esos días que nada más comenzar a correr me he sentido cómodo y a gusto. No sé si habrá sido porque ya voy a cambiar de rutina o que sé yo; pero cuando normalmente me cuesta arrancar, hoy no. Me ha dado un poco de bajóncillo cuando he dado media vuelta, pero enseguida se me ha pasado, me he puesto a pensar que yo doy muchísimo más de sí, y que por llevar cinco kilómetros no me voy a venir abajo. Ahí ha sido cuando se me ha pasado todo y he seguido corriendo. Eso sí, en cuanto me he puesto a cruzar el puente del río Guadalimar ya me he crecido del todo porque me queda nada y menos, y ya inconscientemente he ido apretandoel ritmo. Y ya cuando llego a la avenida de la estación me crezco del todo y aprovecho para hacer el sprint final como si estuviese en la película de "Carros de fuego".
Así que después del entrenamiento he hecho mis típicos estiramientos (incluyendo hombros y espalda, que también son fundamentales). Con lo que después de los estiramientos he subido ya para darme una ducha; y ahí me ha pasado una cosa que hacíatiempo que no me pasaba. Normalmente en Barcelona cuando salgo de la ducha, me siento en la tapa del water (como si fuese un taburete) y ese es mi momento de relax; ahí me quedo sentado durante 5-10 minutos sin hacer absolutamente nada, ni pensar en mis preocupaciones... vamos nada de nada, es un momento único. Pues eso aquí en la Estación Linares-Baeza no lo había podido hacer hasta ahora, más que nada porque la tapa del water es de plástico y no vaya a ser que me siente y la rompa. Pues bien, cuando llego a casa me voy directamente a la galería (lavadero) y allí me quito la ropa para irme a la ducha; como la galería tiene un escalón, aprovecho para sentarme ahí a quitarme las zapatillas. Así que he llegado, me he quitado la camiseta, y cuando me he sentado y me he quitado las zapatillas, ahí me ha dado tal estado de relajación que me he quedado ahí sentado sin hacer ni pensar absolutanente nada; me sentía fenomenal y relajado. Científicamente creo que eso se debe a que el cuerpo segrega unas hormonas que hacen sentir ese estado de bienestar, relajación y ganas de hacer más kilómetros. Esas hormonas son la serotonina, la dopamina y las endorfinas.
Mañana aprovecharé el día de descanso para hacer el viaje de regreso a Hospitalet, y así no perder ningún día de entrenamiento. Ya me irá bien descansar para así poderme recuperar del lunes; y más me vale recuperarme bien porque el sábado ya supero la media maratón. Eso quiere decir que la preparación maratoniana se pone interesante y me encanta (hay que echarle las culpas de esto a las hormonas citadas anteriormente que voysegregando).
Día: 45
A veces es curioso como reacciona el cuerpo, la semana pasada tenía la sensación de como si ni hubiese hecho ningún entrenamiento; las series las hice sin ningún tipo de dificultad; y los días que me tocaba correr 8 o 10 kilómetros estaba como si nada, me encontraba de maravilla; en cambio en estos cuatro días de entrnamiento de esta semana estoy casi para el arrastre, algo de cansancio en las piernas y cada vez me cuesta más salir de la cama. Aunque he de decir que hoy me he encontrado ya mucho más cómodo. Eso sí, que nadie me quite mañana mi día de descanso, que eso sí que es sagrado, jeje. Como iba diciendo, es curioso que la semana en la que es algo más durillo el entrenamiento respondo a la perfección; y en cambio la semana que aparentemente parece más sencilla me cuesta más... aunque yo creo que tiene mucho que ver el sobreesfuerzo que tuve que hacer el lunes con las dichosas series de 1500 metros; cuando las tenga que volver a hacer, o me mentalizo bien o sino creo que podría llegar a obsesionarme. Pero bueno, como no soy un novato en esto, ya sé bien como prepararme mentalmente.
Tal y como he dicho unas líneas más arriba hoy ha sido otro mundo el entrenamiento comparándolo con el de ayer. Lo que no ha cambiado ha sido lo que he tardado en salir de la cama. De la primera alarma casi ni me he enterado, la he apagado como si fuese un acto reflejo; y con la segunda alarma me he hecho un poco más el loco y he aprovechado para perrear un poco en la cama que también viene bien de vez en cuando. Al final habré comenzado a correr a eso de las 8:15; y hoy ha sido uno de esos días que nada más comenzar a correr me he sentido cómodo y a gusto. No sé si habrá sido porque ya voy a cambiar de rutina o que sé yo; pero cuando normalmente me cuesta arrancar, hoy no. Me ha dado un poco de bajóncillo cuando he dado media vuelta, pero enseguida se me ha pasado, me he puesto a pensar que yo doy muchísimo más de sí, y que por llevar cinco kilómetros no me voy a venir abajo. Ahí ha sido cuando se me ha pasado todo y he seguido corriendo. Eso sí, en cuanto me he puesto a cruzar el puente del río Guadalimar ya me he crecido del todo porque me queda nada y menos, y ya inconscientemente he ido apretandoel ritmo. Y ya cuando llego a la avenida de la estación me crezco del todo y aprovecho para hacer el sprint final como si estuviese en la película de "Carros de fuego".
Así que después del entrenamiento he hecho mis típicos estiramientos (incluyendo hombros y espalda, que también son fundamentales). Con lo que después de los estiramientos he subido ya para darme una ducha; y ahí me ha pasado una cosa que hacíatiempo que no me pasaba. Normalmente en Barcelona cuando salgo de la ducha, me siento en la tapa del water (como si fuese un taburete) y ese es mi momento de relax; ahí me quedo sentado durante 5-10 minutos sin hacer absolutamente nada, ni pensar en mis preocupaciones... vamos nada de nada, es un momento único. Pues eso aquí en la Estación Linares-Baeza no lo había podido hacer hasta ahora, más que nada porque la tapa del water es de plástico y no vaya a ser que me siente y la rompa. Pues bien, cuando llego a casa me voy directamente a la galería (lavadero) y allí me quito la ropa para irme a la ducha; como la galería tiene un escalón, aprovecho para sentarme ahí a quitarme las zapatillas. Así que he llegado, me he quitado la camiseta, y cuando me he sentado y me he quitado las zapatillas, ahí me ha dado tal estado de relajación que me he quedado ahí sentado sin hacer ni pensar absolutanente nada; me sentía fenomenal y relajado. Científicamente creo que eso se debe a que el cuerpo segrega unas hormonas que hacen sentir ese estado de bienestar, relajación y ganas de hacer más kilómetros. Esas hormonas son la serotonina, la dopamina y las endorfinas.
Mañana aprovecharé el día de descanso para hacer el viaje de regreso a Hospitalet, y así no perder ningún día de entrenamiento. Ya me irá bien descansar para así poderme recuperar del lunes; y más me vale recuperarme bien porque el sábado ya supero la media maratón. Eso quiere decir que la preparación maratoniana se pone interesante y me encanta (hay que echarle las culpas de esto a las hormonas citadas anteriormente que voysegregando).
Día: 45
Distancia recorrida: 8 Km.
Distancia acumulada: 212.7 Km.
Saludos y a dejarse llevar por las piernas.
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