Octogésimo tercer día de entrenamiento. Antes que me olvide, la semana pasada me olvidé hacer un comentario con respecto a los runners que me encontré por la zona alta de Barcelona, vamos la zona de pasta, la zona en la que ni currando tres vidas seguidas conseguiré vivir. Bueno, pues los runners de aquella zona tienen que estar a la última con todas las tecnologías, que si podómetro, pulsómetro, brazalete, ipad, movil, y los mil trescientos accesorios mecánicos más. Vamos, que además de eso se le añaden las ropas fosforitas. Total que estos runners cargados de pasta acaban pareciendose a Robocop vestido de fosforito.
Bueno, hecho este inciso voy a centrarme en el entrenamiento de ayer, que para variar no tenía muchas ganas de escribir la entrada y la estoy escribiendo ahora. Y lo que se dice hoy no es que tenga tampoco muchas de escribir en la etrada; así que creo que hoy será una entrada corta. Para comenzar, como sólo tenía que hacer 16 kilómetros me permití el lujo de poder perrear un poquito más de la cuenta en la cama. Así que me fui a correr a eso de las 8 de la mañana con la gran duda de si iba a ser un entrenamiento en seco o en mojado o mixto; con lo que me costaría hacer una buena elección de neumáticos... ay no! que no estoy con temas de motor. Después de la gran tormenta que cayo el sábado a las 4:30 de la madrugada, cuando salí a correr el tiempo aún estaba un poco inestable, vamos, que hasta cuando empecé a correr aún tronaba, con lo que empecé a dudar si me ponía a correr o no, pero que leche, era sábado el día que más kilómetros tenía que hacer, y lo que digo siempre que si en San Sebastián llueve nadie va a cancelar la maratón. Al final me puse a correr y a verlas venir, por si acaso me puse el cortavientos en caso de posible lluvia, aunque hubo momentos en que notaba que me sobraba un poquillo. Pero en el tramo en el que me cogió la lluvia (sólo 500 metros, vamos una nube escarriada) no lo eché de menos.
Ayer, al contrario del viernes u otros días, me costó bastante encontrarme cómodo en el entrenamiento. Vamos, que hasta prácticamente la mitad del entrenamiento no empecé a encontrarme a gusto, como que me costaba correr, algo así como llevar unos pesos en las piernas, y ya estaba comenzando a rayarme un poco de porqué me estaba costando tanto; pero sin venir a cuento más o menos a la altura del campo de fútbol del Hospi me empecé a encontrar de maravilla y entonces fue cuando pude disfrutar del entrenamiento, me lo pasé enormemente bien además de disfrutar al máximo de mis zapatillas. Y a partir de ahí pude subir toda la Rambla Just Oliveras perfectamente, dar una vuelta por el parque de Can Buxeres, y conseguir hacer el tramo de avenida Can Serra (ayer me volví a meter por esa gran subida). Y ni la lluvia me molestaba, también como viene siendo habitual en mi cuando llueve casi ni me entero que está lloviendo; sólo que he de ir con más cuidado a la hora de ver por donde piso, y más con las zapatillas nuevas, que dependiendo que tipo de suelo sea resbala más o menos. Por lo demás, pues un entrenamiento normal y corriente, además que 16 kilómetros para mi no empieza a ser nada, tal y como dije en alguna entrada anterior. Así que poco más puedo explicar de este entrenamiento. También hoy, no es que ande muy fino, anoche me iba a la cama a las 5:30 de la mañana, pero no por insomnio, sino porque estuve anoche disfrutando con mis compañeros de trabajo. Vamos que me fui de fiesta. Eso sí, para mañana estaré al 100% para seguir con mi preparación para la gran maratón. Conseguir acabar mi segunda maratón y poder decir que soy corredor de maratones.
Mañana vuelvo a las series, y nada menos que he de hacer seis series de ochocientos metros, vamos que más o menos será como hacer tres series de 1.500 metros. Pero en fin, mañana ya se verá y ahora me toca ya descansar.
Día: 83
Bueno, hecho este inciso voy a centrarme en el entrenamiento de ayer, que para variar no tenía muchas ganas de escribir la entrada y la estoy escribiendo ahora. Y lo que se dice hoy no es que tenga tampoco muchas de escribir en la etrada; así que creo que hoy será una entrada corta. Para comenzar, como sólo tenía que hacer 16 kilómetros me permití el lujo de poder perrear un poquito más de la cuenta en la cama. Así que me fui a correr a eso de las 8 de la mañana con la gran duda de si iba a ser un entrenamiento en seco o en mojado o mixto; con lo que me costaría hacer una buena elección de neumáticos... ay no! que no estoy con temas de motor. Después de la gran tormenta que cayo el sábado a las 4:30 de la madrugada, cuando salí a correr el tiempo aún estaba un poco inestable, vamos, que hasta cuando empecé a correr aún tronaba, con lo que empecé a dudar si me ponía a correr o no, pero que leche, era sábado el día que más kilómetros tenía que hacer, y lo que digo siempre que si en San Sebastián llueve nadie va a cancelar la maratón. Al final me puse a correr y a verlas venir, por si acaso me puse el cortavientos en caso de posible lluvia, aunque hubo momentos en que notaba que me sobraba un poquillo. Pero en el tramo en el que me cogió la lluvia (sólo 500 metros, vamos una nube escarriada) no lo eché de menos.
Ayer, al contrario del viernes u otros días, me costó bastante encontrarme cómodo en el entrenamiento. Vamos, que hasta prácticamente la mitad del entrenamiento no empecé a encontrarme a gusto, como que me costaba correr, algo así como llevar unos pesos en las piernas, y ya estaba comenzando a rayarme un poco de porqué me estaba costando tanto; pero sin venir a cuento más o menos a la altura del campo de fútbol del Hospi me empecé a encontrar de maravilla y entonces fue cuando pude disfrutar del entrenamiento, me lo pasé enormemente bien además de disfrutar al máximo de mis zapatillas. Y a partir de ahí pude subir toda la Rambla Just Oliveras perfectamente, dar una vuelta por el parque de Can Buxeres, y conseguir hacer el tramo de avenida Can Serra (ayer me volví a meter por esa gran subida). Y ni la lluvia me molestaba, también como viene siendo habitual en mi cuando llueve casi ni me entero que está lloviendo; sólo que he de ir con más cuidado a la hora de ver por donde piso, y más con las zapatillas nuevas, que dependiendo que tipo de suelo sea resbala más o menos. Por lo demás, pues un entrenamiento normal y corriente, además que 16 kilómetros para mi no empieza a ser nada, tal y como dije en alguna entrada anterior. Así que poco más puedo explicar de este entrenamiento. También hoy, no es que ande muy fino, anoche me iba a la cama a las 5:30 de la mañana, pero no por insomnio, sino porque estuve anoche disfrutando con mis compañeros de trabajo. Vamos que me fui de fiesta. Eso sí, para mañana estaré al 100% para seguir con mi preparación para la gran maratón. Conseguir acabar mi segunda maratón y poder decir que soy corredor de maratones.
Mañana vuelvo a las series, y nada menos que he de hacer seis series de ochocientos metros, vamos que más o menos será como hacer tres series de 1.500 metros. Pero en fin, mañana ya se verá y ahora me toca ya descansar.
Día: 83
Distancia recorrida: 16 Km.
Distancia acumulada: 482.5 Km.
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